A casi un año del femicidio de Catalina Gutiérrez por Néstor Soto, su compañero y hoy el condenado a 35 años de prisión; la hermana de la joven se expresó en redes.
Lucía Gutiérrez puso en palabras, mediante su Instagram, el inmenso dolor y la injusticia que atraviesa a la familia.
En el mensaje, la joven reveló la dificultad de seguir adelante sin su presencia: “que difícil se me hace. Que difícil es no tirar la toalla, por momentos me doy por vencida. Que difícil una vida sin vos”, comenzó.
La hermana de Catalina expresó la desgarradora realidad de vivir sin ella, una vida que “jamás imaginé”. Su dolor se manifiesta en la pregunta “cuanto daría y que no haría por tenerte conmigo”, y el deseo de aliviar el sufrimiento que “asfixia y no deja seguir”.

Catalina, quien fue “arrebatada de todos sus sueños”, fue descrita por su hermana como una compañera de vida: “que afortunada fui de tenerte conmigo por 21 años” y “que suerte la mía y que lindo equipo fuimos y seremos toda la vida”. La hermana de Catalina también manifestó un profundo extrañamiento y dolor, resaltando que “la injusticia no se entiende”.
Femicidio de Catalina Gutiérrez
Catalina Gutiérrez perdió la vida la noche del 17 de julio de 2024 en el departamento de Néstor Aguilar Soto, su “amigo” y compañero de la carrera de Arquitectura en la Universidad Nacional de Córdoba.
La justicia determinó que Soto ejerció una sutil pero constante violencia psicológica sobre Catalina, con quien mantenía una amistad calificada como “tóxica”. La sentencia de prisión perpetua se dictó por homicidio agravado en un contexto de violencia de género y para procurar su impunidad, una decisión de la Cámara en lo Criminal y Correccional de 11° Nominación de Córdoba.
Sentencia de Néstor Soto
El tribunal concluyó que Soto pretendía controlar la vida de Catalina, decidiendo cómo gestionaba su tiempo y sus afectos. Esta dinámica de control y posesión se intensificó cuando Catalina inició una relación con otra persona. Según la mayoría del tribunal, Aguilar Soto se creía con el derecho de “reclamar una atención prioritaria” de quien consideraba su “mejor amiga”, una actitud que evidenciaba su creencia de que él debía decidir qué hacía Catalina.
La sentencia subrayó que esta dominación fue impuesta por Aguilar Soto “por el hecho de ser hombre y hacia una mujer”, a quien consideraba en un “plano inferior”, sin derecho a decidir plenamente sobre su autonomía. El tribunal incluso notó un patrón en Soto de mantener “amistades intensas, tóxicas y posesivas con al menos otras tres mujeres”, a diferencia de sus vínculos con amigos varones.

Los hechos que culminaron en el desenlace fatal se desencadenaron tras una discusión en la casa del acusado. El tribunal determinó que Soto golpeó a Catalina dejándola inconsciente, luego la maniató, la estranguló hasta causarle la muerte y posteriormente quemó su cadáver y pertenencias con el objetivo de procurar su total impunidad.
Según los fundamentos de la sentencia dicen que el “plan del acusado para evitar ser descubierto finalmente fracasó gracias a la geolocalización del teléfono celular que Catalina compartía con su hermana y la existencia de cámaras de seguridad”, entre otras pruebas.
La Sentencia n.° 18, del 10 de abril de 2025, condenó a Néstor Aguilar Soto por los delitos de lesiones leves agravadas por mediar violencia de género, en concurso real con homicidio agravado por mediar violencia de género, y homicidio agravado por haberse cometido para procurar la impunidad.
Este fallo representa un avance en el reconocimiento y sanción de las formas más extremas de violencia de género.