La Municipalidad de Córdoba firmó un convenio con el Observatorio Hidrometeorológico de Córdoba (Ohmc) y se transformó en la primera ciudad que se asocia al organismo. Y ya recibe pronósticos específicos para el ejido urbano, favoreciendo la preparación y actuación ante potenciales eventos hidrometeorológicos de alto impacto que son necesarios monitorear con precisión y rapidez.
Además, recientemente se conformó el Centro de Operaciones de Emergencias Metropolitano, que proyecta la extensión de esas herramientas hacia las otras 15 ciudades que conforman el Ente que agrupa a las localidades del Gran Córdoba, incluida la Capital.
El secretario de Seguridad y Prevención Comunitaria, Claudio Vignetta, explicó el acuerdo con el Ohmc permitirá tener información de pronósticos específicos para el municipio, mediante informes detallados de las zonas con mayor potencialidad de riesgos.
“Trabajan sobre un sistema de alertas tempranas para informar a los vecinos y a los funcionarios de las áreas involucradas. Y solicitamos que brinde informes de toda la red metropolitana que conforman los municipios cercanos a Córdoba”, afirmó.
La tarea del Observatorio
El Observatorio Hidrometeorológico de Córdoba fue creado el 31 de marzo de 2017 para monitorear y prever eventos hidrometeorológicos severos sobre el territorio provincial y la región Centro. Su sede en Capital fue inaugurada en 2019 y es único en su tipo en Argentina.
Está integrado por el Servicio Meteorológico Nacional, encargado de los pronósticos; Defensa Civil y Bomberos, que intervienen en la gestión de riesgo; la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) que capacita a los distintos usuarios; una sede central de monitoreo, que agrupa la información de las tres áreas.
Para su trabajo utiliza modelos matemáticos, una compleja red de estaciones meteorológicas y satélites, para obtener mediciones hidrometeorológicas remotas y en tiempo real.
El Ohmc puede detectar y anunciar las probabilidades, intensidad y alcance de olas de calor y frío; lluvias, crecidas de los ríos, posibles inundaciones, ráfagas de vientos, tormentas eléctricas, caída de granizo, niebla o polvo en suspensión en rutas y autopistas, detección de incendios, entre otras posibilidades.
También diseña informes ante incendios forestales, útiles para prever la evolución del evento. Previamente, los especialistas generan el índice FWI, que mide el riesgo de propagación de incendios en una determinada zona.
Este producto es utilizado por el Plan Provincial de Manejo del Fuego. Durante un incendio, se emiten reportes y se trabaja en permanente conexión con Defensa Civil. Posteriormente, los expertos del Observatorio buscan determinar las áreas quemadas.
Informes sobre precipitaciones
Cuando se visualizan precipitaciones intensas, el Ohmc emite pronósticos con antelación y mediante modelos matemáticos puede estimar la severidad del evento.
Durante las lluvias puede hacer un seguimiento con las estaciones meteorológicas, calculando la acumulación de agua en una zona específica, advirtiendo la posibilidad de anegación a corto plazo.
En este caso colabora con el despliegue de las acciones de Defensa Civil, aportando datos sobre la evolución del fenómeno, facilitando las tareas de cuidado o asistencia en el territorio.
El Ohmc combina el estudio de los fenómenos relacionados con la distribución del agua en ríos, lagos y otros; analizando crecidas e inundaciones (hidrológicos), vinculados a los ocurridos en la atmósfera, tales como la lluvia, el viento, la temperatura, la humedad y las tormentas (meteorológicos). Ambos tienen un impacto directo en el clima, el ciclo del agua y los eventos extremos, cada vez más frecuentes.
Cielo y Tierra
A nivel atmosférico, el seguimiento proviene del RMA-1 (entre otras tecnologías), el primer radar meteorológico argentino, a días de cumplir 10 años en funcionamiento. Tiene una cobertura de 240 kilómetros de radio y está ubicado en la Ciudad Universitaria, fácilmente identificable por su forma de pelota de fútbol.
Aporta datos para realizar los pronósticos a corto plazo (nowcasting) y ver la severidad de lluvias, nieve, granizo, así como analizar su impacto en ciertas regiones, emitiendo los informes necesarios.
Entre el arsenal de herramientas se encuentran los satélites de la serie Goes, de cobertura continental, útil para el monitoreo local y nacional. Permite estimar la aparición de tormentas severas.
El censado automático a nivel de superficie se realiza mediante casi 400 puntos de la Red Provincial de Estaciones Meteorológicas, que proporcionan mediciones locales y detalladas en puntos específicos.
Los datos globales recolectados por los satélites se ajustan con los registrados por las estaciones terrestres locales, integrándose luego en un sistema de modelación numérica WRF, que utiliza una supercomputadora para manejar grandes volúmenes de datos.
Lo que permite generar pronósticos meteorológicos cada cuatro kilómetros en un lapso de tiempo de 72 horas.
Interpretada por el ojo humano, esta información resulta clave para analizar el ciclo de vida del evento, facilitando una actuación rápida y eficaz en casos puntuales, buscando minimizar su impacto.