La heladera es uno de los electrodomésticos que más se ensucia dentro de una casa. Y al mismo tiempo, el más olvidado a la hora de limpiar y desinfectar.
Por eso, los expertos en seguridad alimentaria recomiendan limpiar la heladera regularmente, teniendo en cuenta un paso esencial que muchos olvidan.
Según la ingeniera en alimentos Mariana Zapién, en las heladeras domésticas pueden sobrevivir bacterias como E. coli, listeria o salmonella, incluso después de una limpieza superficial.
“Estas bacterias pueden pasar a los alimentos frescos y causar enfermedades si no se eliminan correctamente”, advierte la especialista. Por eso, además de limpiar, el paso crucial que casi nadie hace marca la diferencia entre una heladera visualmente limpia y una realmente higiénica.
Paso a paso para limpiar correctamente la heladera
- El procedimiento comienza por vaciar completamente el interior, desechando productos vencidos o en mal estado.
- Luego, Zapién recomienda usar una esponja suave exclusiva para la heladera, junto con jabón neutro. Hay que frotar las paredes, bandejas y cajones para eliminar restos de comida o líquidos.
- Para manchas resistentes, se puede emplear una fibra más firme, siempre evitando rayar el material.
- Después, enjuagar con agua limpia y pasar una microfibra húmeda para retirar cualquier residuo de detergente, que podría afectar el olor y el sabor de los alimentos.

El paso olvidado
Una vez limpia, llega la fase esencial, que es desinfectar. La experta sugiere preparar una solución casera con una cucharada de hipoclorito de sodio por cada litro de agua y aplicarla con un pulverizador sobre todas las superficies internas. Estas deben quedar visiblemente húmedas y mantenerse así durante seis minutos, el tiempo necesario para que el desinfectante actúe.
Después hay que retirar el producto con una microfibra limpia y dejar que el interior se seque completamente antes de volver a colocar los alimentos.
“Este paso reduce de forma notable la presencia de listeria o salmonella, bacterias capaces de multiplicarse incluso a bajas temperaturas”, explica Zapién.
Una rutina sencilla que previene riesgos
La limpieza profunda de la heladera no debería hacerse sólo cuando hay derrames o malos olores. Los especialistas aconsejan realizarla con frecuencia, mantener la temperatura entre 3 y 5 °C y revisar las juntas de las puertas, donde suele acumularse humedad.
Los especialistas insisten en que una heladera limpia y desinfectada conserva mejor los alimentos. Además disminuye el riesgo de intoxicaciones alimentarias y contaminación cruzada.




























