En las últimos días el precio de la carne comenzó a experimentar aumentos significativos en los mostradores de las carnicerías, con incrementos que rondan entre el 10% y el 15%, según confirmaron a La Voz referentes del sector. Este ajuste se dio en un contexto de suba en el valor de la hacienda, particularmente del novillo, que acumula un alza del 23% en lo que va del año.
Ignacio Marconetti, dueño de En Carne Propia, detalló que los aumentos se aplicaron en dos tandas y que el impacto final en los precios al consumidor fue en torno a un 15%. “Entre los dos aumentos, suman un 15%, y eso se trasladó directamente al mostrador”, explicó. Como consecuencia, el valor del kilo registró un incremento de entre $ 1.500 y $2.000, dependiendo del corte.
Por su parte, Sergio Machuca, dueño de la carnicería La Nueva Reina, ubicada en el Mercado Norte, señaló que los aumentos en su local fueron más moderados, con ajustes de entre $ 300 y $ 500 por kilo en algunos cortes. “Hemos aplicado un toquesito de aumento, pero no trasladamos todo a los precios finales. Estamos esperando a ver cómo evoluciona el mercado”, comentó. Machuca estimó que el incremento promedio en la media res fue de alrededor del 10%.
Tanto Marconetti como Machuca coincidieron en que el aumento de la carne se debe, en gran medida, al incremento en el valor del novillo de exportación. Sin embargo, ambos se mostraron cautelosos respecto al futuro. “Las ventas vienen bien, de acuerdo al bolsillo de la gente, pero esperamos a ver cómo se estabiliza el mercado”, afirmó Machuca.
Menor oferta de hacienda
Los aumentos en las carnicerías coinciden con una fuerte suba en los valores de la hacienda, especialmente del novillo. Según datos recabados en el remate semanal de Consignaciones Córdoba, realizado en la Rural de Jesús María, el novillo de 300 a 350 kilos se pagó a $ 3.080 el kilo vivo, lo que representa un aumento del 14% con respecto a los $2.700 que se pagaron la semana pasada. En lo que va del año, este tipo de ganado acumula un incremento del 23%: en diciembre cotizaba a $ 2.500 el kilo.
El analista Ignacio Iriarte, en su columna en La Voz Agro, había anticipado esta tendencia al alza, señalando que, en 16 de los últimos 17 años, los precios de la hacienda liviana registraron subas en febrero. Esta vez, la tendencia se vio reforzada por el aumento en la demanda de novillos para exportación.
El productor Fernando Bazán explicó que el aumento en los precios se debe principalmente a la dinámica de exportación y a la falta de renovación del stock ganadero. Y agregó que uno de las categorías afectadas es el novillo pesado, que es el que habitualmente se consume en el país. “Al no haber renovación de stock, el mercado interno se queda sin animales para faena. Esto genera un encarecimiento de los precios, ya que no hay suficientes cabezas para abastecer la demanda local”, afirmó.
El productor destacó que la falta de rentabilidad en el sector ganadero desincentiva la cría de nuevos animales. “Criar un ternero y llevarlo a engorde toma aproximadamente dos años, y en el contexto actual ese giro es insostenible. Si el consumidor no tiene dinero para pagar precios más altos, no hay incentivos para reponer el stock”, explicó. Bazán advirtió que esta situación podría agravarse en los próximos años, ya que la recuperación del rodeo ganadero llevaría entre tres y cuatro años.
“Históricamente, en Argentina había casi una vaca por habitante, pero ese ratio se viene cayendo año tras año. Hoy el rodeo se está achicando, y eso no se soluciona de un día para el otro”, afirmó. Además, Bazán señaló que la carne no siguió la curva inflacionaria de otros productos. “Mientras la inflación interanual superó el 150% en 2024, la carne subió entre un 50% y un 60%. Esto muestra que, aunque los precios han aumentado, no han igualado la inflación general”, indicó.
Sin embargo, el productor se mostró preocupado respecto al futuro del sector. “Con los costos actuales, con el aumento del precio del maíz y la soja, y una rentabilidad que no supera el 15% para el productor, es difícil mantener la actividad. Si a eso le sumas la posibilidad de importar carnes más baratas, como cerdo o pollo, la ganadería argentina enfrenta una presión muy fuerte”, concluyó.
Por su parte, Javier Peralta, secretario de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), coincidió en que los aumentos en el precio de la carne eran previsibles. “Es probable que el incremento no haya superado el 12%, pero esto se debe principalmente al aumento del precio de la hacienda, consecuencia de las abundantes lluvias que redujeron la oferta y aumentaron la demanda”, explicó.
Peralta también mencionó el ciclo estacional del mercado ganadero como un factor influyente. “Tradicionalmente, a fines de febrero y principios de marzo, el precio de la carne se ajusta al alza por la dinámica natural del mercado”, señaló. El secretario de Fifra recordó que el sector viene de un período de sequías intensas, lo que generó una sobreoferta de animales para faena y mantuvo los precios de la carne por debajo de la inflación durante mucho tiempo.
“Ahora, la falta de esos animales, vendidos durante la sequía, ha generado una escasez de oferta, lo que está impulsando las subas”, afirmó. Peralta también destacó que, en comparación con otros alimentos, la carne sigue siendo un producto accesible. “Aunque no suene simpático, la carne está barata en relación con otros alimentos. Además, el consumo se mantiene estable, lo que indica que sigue siendo una opción importante para los argentinos”, expresó.
Ambos expertos coincidieron en que el sector enfrenta desafíos estructurales que podrían profundizarse en el corto y mediano plazo, afectando tanto a productores como a consumidores.