Ludmila Torres es mamá de M.T, una beba que nació el 6 de junio de 2022, la noche en la que murieron dos bebés y se descompusieron dos, todos con características similares.
El relato de Ludmila llegó después del desgarrador testimonio de Brisa, quien dio a luz el mismo día que ella, y compartieron la sala en el centro de salud. La bebé de Ludmila se salvó del trágico final pero presenta secuelas en su desarrollo y aún no tiene un diagnóstico definido.
El 5 de junio Ludmila, de 17 años entonces, tenía fuertes dolores y ya en la fecha de parto prevista, caminó una hora hasta el hospital Neonatal junto a su madre, también embarazada. Salió a las 9 de la mañana y llegó a las 10. Como tenía solo 1 punto de dilatación (el ideal es 10 para llegar al parto), la hicieron volver a su casa.
En su relato contó que volvió caminando, estuvo media hora en su casa y decidió volver al hospital por los fuertes dolores. Allí esperó un rato adentro y luego la hicieron pasar.
Ludmila tenía una enfermedad de transmisión sexual y por ello estaba bajo tratamiento en su embarazo pero todos los controles le daban normales.
“En la sala de preparto había muchas chicas. Hacen pasar a una y luego a mí. En la sala de parto había 7 u 8 enfermeros y enfermeras. Yo estaba sola en la sala. Mi bebé nació a las 4.58 del 6 de junio, en buen estado, todo normal. Se la llevan para ponerle las vacunas y mi mamá la veía”, dijo.
Luego relató que la llevaron a la sala de posparto donde le dio el pecho a su hija y relató que luego ella se quedó dormida porque estaba con la presión baja. “Dormí como dos horas y al despertar la chica de al lado me dijo que mi bebé había llorado de repente. En ese momento me buscan para irme a sala común. Le doy mi bebé a la enfermera para ponerme la bata. Ya en la sala común la vi a M. con las manitos frías, estaba helada y se dormía mucho”, dijo Ludmila.
Le preguntaron las características de esa enfermera pero no la recordó. Sólo recordó las carcaterísticas de quien le puso las vacunas, al frente de su madre: “Era una mujer gordita, petisa, pelo negro, joven, de unos 23 años”, dijo.
Esa tarde, su compañera de cuarto, Brisa, le pide que llame a la enfemera porque su beba estaba mal. Cuando llegan las enfermeras, revisan a la hija de Ludmila y le dicen que también la tienen que llevar. “La dejaron internada. Me dijeron que tenía el azúcar bajo en sangre. También me dijeron que tenía un virus en la sangre”.
M.T estuvo internada casi un mes. Cuando le dieron el alta, volvieron a la casa pero Ludmila narró que la beba empezó con convulsiones, por lo que primero consulta en el Neonatal y de allí la derivaron al Hospital Infantil.
Secuelas
M.T. sufre secuelas que son asociadas a lo que le sucedió: no pudo gatear bien y los médicos le dijeron que podría tener un retraso de un año en su desarrollo. “Me dijeron que mi hija se salvó de milagro y quedó con secuelas”.
Cuando le consultaron qué espera del juicio la joven respondió: “Que se haga justicia porque M. nació sana y no está como debería estar”.
Ludmila dijo que se enteró por las noticias de lo que estaba sucediendo en el Neonatal y que nadie del Ministerio de Salud se comunicó con ella. Lo mismo que narraron las otras mamás.
El relato de Sonia Torres
Luego habló Sonia, la mamá de Ludmila y abuela de M. T. que relató lo mismo que su hija. Dijo no recibir ayuda del Estado más que la Asignación Universal por Hijo y pidió justicia.