La migraña crónica afecta a más de mil millones de personas en el mundo y representa una de las principales causas de discapacidad global.
Para quienes conviven con esta condición, las opciones de tratamiento son limitadas y muchas veces ineficaces.
Sin embargo, un estudio reciente realizado en Italia reveló que la liraglutida, un medicamento diseñado originalmente para tratar la diabetes tipo 2, podría convertirse en una herramienta eficaz para reducir la frecuencia de los episodios migrañosos.
El hallazgo fue presentado por el Centro de Cefaleas de la Universidad de Nápoles Federico II durante el Congreso 2025 de la Academia Europea de Neurología, en Helsinki. Allí se compartieron los resultados de un estudio piloto que abre nuevas posibilidades para el tratamiento de dolores de cabeza persistentes, especialmente en pacientes que no responden a los enfoques tradicionales.
Qué es la liraglutida y cómo actúa
La liraglutida es un agonista del receptor GLP-1 (péptido similar al glucagón tipo 1), comercializado como Victoza para la diabetes y Saxenda para la pérdida de peso. Este tipo de fármacos han ganado notoriedad por su capacidad para regular el apetito, reducir la glucosa en sangre y favorecer la pérdida de peso.
Pero lo más llamativo en este nuevo contexto es que la liraglutida también reduce la presión del líquido cefalorraquídeo, lo que podría explicar su impacto positivo sobre la migraña.
Este efecto neuroprotector sugiere una nueva vía terapéutica: controlar la presión intracraneal sutil como forma de prevenir las crisis migrañosas.

Menos días con migraña y mejor calidad de vida
El estudio fue realizado en 26 adultos con obesidad y migraña crónica (definida como 15 o más días de cefalea al mes). Tras 12 semanas de tratamiento con liraglutida, los participantes reportaron en promedio:
- 11 días menos de migraña por mes
- Una mejora del 35% en el nivel de discapacidad asociado a los dolores de cabeza
- Una percepción de mayor bienestar desde las primeras dos semanas
Lo más relevante es que estos beneficios no estuvieron relacionados con la pérdida de peso, ya que el índice de masa corporal (IMC) apenas varió. Esto refuerza la hipótesis de que el mecanismo de acción se relaciona con la presión intracraneal y no con el descenso de peso, como inicialmente se pensaba.
La presión intracraneal, una clave ignorada hasta ahora
Hasta hace poco se creía que sólo la hipertensión intracraneal idiopática (HII) podía generar dolores de cabeza vinculados con la presión del líquido cefalorraquídeo. Sin embargo, este estudio sugiere que incluso pequeños aumentos de presión cerebral pueden influir en la aparición y persistencia de la migraña.
La liraglutida, al modular esta presión, podría reducir la liberación de sustancias como el péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP), uno de los principales responsables del dolor migrañoso.
Efectos secundarios y próximos pasos
El 38% de los participantes experimentó efectos secundarios leves, como náuseas o estreñimiento, pero ninguno abandonó el tratamiento por estas razones. El equipo de investigación ya está diseñando un nuevo ensayo clínico aleatorizado, doble ciego y con mediciones directas de presión intracraneal, para confirmar los resultados.
Además, se buscará evaluar si otros fármacos de la misma familia (GLP-1) podrían ofrecer beneficios similares, pero con menos efectos gastrointestinales.
Si los próximos estudios confirman estos resultados, la liraglutida podría representar una nueva línea de tratamiento para millones de personas que sufren migrañas resistentes, sin necesidad de recurrir a nuevas moléculas ni medicamentos experimentales. La reutilización de fármacos ya aprobados, con perfiles de seguridad conocidos, podría acelerar la llegada de nuevas soluciones al consultorio médico.
Una luz de esperanza se enciende para quienes conviven con el dolor de cabeza crónico. Y esta vez, viene desde un lugar inesperado: el tratamiento de la diabetes.