El artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos establece el derecho universal a la educación, destacando que esta debe ser gratuita y obligatoria al menos en su nivel elemental, promoviendo el desarrollo integral del individuo y el respeto a los derechos humanos. Aunque Argentina garantiza este derecho constitucionalmente, la educación enfrenta desafíos significativos, entre los que no pueden quedar afuera los que suponen las transformaciones vertiginosas del mundo contemporáneo.
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En los últimos años, las Pruebas Aprender -un instrumento clave para analizar el aprendizaje de los estudiantes- revelan una crisis en áreas fundamentales como lengua y matemáticas. Según el informe de 2023, Córdoba supera el promedio nacional, aunque muestra una leve caída en lengua y en matemática respecto del año anterior.
Pero, ¿Son estas capacidades las únicas a relevar para valorar la preparación de jóvenes para los contextos inciertos del presente y del futuro? ¿Cuáles son las habilidades que requerirán los trabajos del mañana y las realidades sociales por venir?
En un relevamiento propio realizado a 102 ciudadanos de la ciudad de Córdoba acerca de cómo el sistema educativo debería adaptarse mejor al mercado laboral actual, recopila los siguientes datos.
- El 32,7% de los participantes consideró esencial incorporar más formación práctica y tecnológica, mientras que el 28,8% destacó la importancia de fomentar la creatividad y el pensamiento crítico.
- Por otro lado, el 23,1% optó por mejorar la enseñanza de habilidades blandas, como liderazgo y comunicación, y un 15,4% prioriza mayor orientación vocacional y laboral.
Aspectos que debería mejorar el sistema educativo según cordobeses
Estos datos reflejan la percepción de los encuestados respecto de las demandas al sistema educativo para responder a los requerimientos del entorno laboral. La mayor prioridad parece centrarse en fortalecer competencias prácticas y creativas, evidenciando la necesidad de un enfoque educativo más dinámico e integral que prepare a los estudiantes para enfrentar los desafíos de un mercado en constante cambio.
IA y programación: herramientas esenciales para el futuro
La incorporación de la programación y la inteligencia artificial en las escuelas secundarias es esencial para preparar a los jóvenes. Ezequiel Forte, Director de Creativos Digitales, una organización que realiza clases online y presenciales acerca Programación, Creatividad y Robótica para niños y adolescentes, subraya que cumplir con la Resolución del Consejo Federal de Educación de 2016 es clave. La misma aboga por la inclusión de la tecnología en el sistema educativo como una herramienta clave para la formación integral de los estudiantes, aunque para Forte su implementación requiere una gran inversión en infraestructura y capacitación docente. “No basta con enseñar tecnología, hay que despertar la curiosidad de los estudiantes y fomentar el pensamiento estratégico para los trabajos del futuro”, señala.
En este contexto, Forte advierte sobre los riesgos de depender de herramientas como Chat GPT sin pasar por el proceso cognitivo de aprendizaje. “El desafío está en replantear las consignas para que los alumnos no solo busquen respuestas rápidas, sino que desarrollen proyectos donde puedan aplicar su creatividad y defender sus ideas”. A pesar de estos desafíos, Forte ve en la inteligencia artificial una gran oportunidad: “Hoy, el conocimiento está al alcance de un clic. Usada correctamente, la IA puede ser una gran aliada en el aprendizaje”.
Docentes: protagonistas de la transformación educativa
La educación está en constante evolución, y los docentes, según Germán Cara, Director general de la secretaría de Ciudad Inteligente y Transformación Digital de la Municipalidad de Córdoba, deben ser los primeros en adaptarse a los cambios. Con más de 30 años de experiencia combinando la docencia con la tecnología, Cara afirma que la enseñanza de hoy debe estar alineada con los avances digitales y las nuevas demandas del futuro.
Para German, la gran diferencia entre las generaciones actuales y las del pasado radica en el acceso a la información. “Antes, saber dónde encontrar la información era clave; hoy, el desafío es qué hacer con esa información”, dice.
En su opinión, la educación debe ir más allá de enseñar a localizar datos. Los estudiantes necesitan aprender a interpretar, gestionar y aplicar la información de manera efectiva, lo que requiere una formación que se adapte constantemente a la rapidez con la que surgen nuevas herramientas tecnológicas.
Cara concluye que el futuro educativo pasa por un acompañamiento integral a los docentes, que les permita no solo incorporar las tecnologías en sus aulas, sino también adaptar su pedagogía a un mundo cada vez más dinámico. “Es esencial que los educadores tengan acceso a una formación continua que les permita desarrollar nuevas metodologías que respondan a los retos del futuro”, finaliza Cara.
Educación emocional: clave para un aprendizaje integral
La educación hoy en día enfrenta el enorme desafío de adaptarse a una realidad donde el desarrollo de capacidades y habilidades emocionales resulta imprescindible. Cecilia Martínez, ex directora de la Escuela Escuti, destaca que la escuela debe ser un espacio contracultural frente al individualismo promovido por las redes sociales y los algoritmos. Así lo explica: “Hoy falta en la formación de los chicos esta pelea entre la inmediatez y el proceso. Aprender requiere tiempo, intercambio y ensayo-error. No todo se resuelve con un video de YouTube”.
En cuanto a los desafíos del mundo laboral, Martínez destaca que la propuesta curricular debería vincularse más estrechamente con habilidades prácticas, los cuales van desde aprender a moverse en un entorno desconocido hasta adaptarse a espacios percibidos como hostiles. “Mientras más preparado estés para tener un pensamiento propio, mejor vas a afrontar los desafíos”, dice la docente, quien aboga por una educación que fomente la capacidad de frustrarse y aprender de los errores desde el aula.
Martínez finaliza con la idea de que la escuela debe ser un espacio en donde el aprendizaje emocional, la formación de capacidades y la reflexión colectiva confluyen: “Quedan muchos procesos pendientes, pero con un compromiso desde las bases podemos construir un sistema educativo que realmente transforme vidas”.
El derecho a la educación no solo implica el acceso a conocimientos básicos, sino también la capacidad de adaptarse a un entorno en constante transformación. En este sentido, incorporar la programación, la inteligencia artificial y el desarrollo de habilidades emocionales en las aulas no es solo una cuestión de modernización educativa, sino una necesidad para garantizar un futuro más inclusivo y justo.
Tal como establece la Declaración Universal de Derechos Humanos, cada estudiante tiene derecho a una educación que lo prepare para vivir de manera plena en una sociedad democrática y globalizada. Solo a través de una educación integral, que fomente tanto el conocimiento como el desarrollo emocional y ético, podremos brindarles las herramientas necesarias para afrontar los retos de un futuro incierto.
* Producción periodística realizada por Octavio Planas, Lautaro Sánchez, Agustín San Martino, y Santiago Meresman, estudiantes del Colegio Universitario de Politécnico (CUP).