Un testimonio clave sacudió la cuarta jornada del juicio por la muerte de Diego Armando Maradona. El médico cirujano Colin Campbell Irigoyen (48), vecino del barrio San Andrés donde falleció el astro del fútbol, declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº3 de San Isidro y brindó un desolador panorama de la situación que encontró al llegar a la casa de Maradona aquel 25 de noviembre de 2020.

Campbell Irigoyen, quien vivía a apenas 60 metros de la residencia de Maradona, relató que recibió un llamado de los guardias de seguridad a las 12:26 solicitándole que se acercara al lote 45 porque “Diego Maradona se había descompuesto y ya habían llamado a la ambulancia”. El médico, especializado en cirugía plástica, se dirigió inmediatamente a la vivienda llevando consigo su tensiómetro y estetoscopio.
Al ingresar a la habitación, Campbell describió una escena impactante. Se encontró con una persona (la enfermera Dahiana Gisela Madrid) realizando masaje cardíaco y otra (Julio Coria, de seguridad) efectuando respiración boca a boca. En la misma habitación estaba la psiquiatra Agustina Cosachov. El médico vecino preguntó cuánto tiempo hacía que habían encontrado a Maradona y le respondieron que se había levantado a desayunar a media mañana y luego había vuelto a su cuarto.
“Al entrar a la habitación me encuentro con una persona haciéndole masaje cardíaco... Intento encontrarle algún signo vital y no le encontré pulso ni le sentí la respiración”, detalló Campbell Irigoyen. Su testimonio se tornó aún más contundente al describir el estado en el que halló al excampeón del mundo: “Vi a una persona que estaba acostada, estaba en una posición como durmiendo, muy obesa y una temperatura más baja de lo normal. Ya no tenía signos vitales hace un tiempo largo”. Ante la pregunta de la jueza Julieta Makintach sobre qué consideraba “un largo tiempo”, el testigo estimó “entre una o dos horas”.
El médico declaró que intentó asistir a Maradona realizando masajes cardíacos y preguntó qué elementos médicos había disponibles, ya que solo contaba con su tensiómetro y estetoscopio. La respuesta fue negativa: no había desfibrilador, botiquín u oxígeno en el lugar.
Además del estado de salud de Maradona, Campbell Irigoyen también se refirió a las condiciones de la vivienda, señalando que la conocía porque era de un amigo suyo. Sostuvo que la casa estaba “muy sucia, desordenada, especialmente el cuarto” y que “no había nada de limpieza básica para tener a una persona recién operada”.
El testimonio de Colin Campbell Irigoyen se suma al de otros testigos en el juicio que busca esclarecer las circunstancias de la muerte de Diego Maradona. Sus declaraciones, especialmente al afirmar que Maradona ya no presentaba signos vitales al momento de su llegada y que esto ocurría “hace un tiempo largo”, podrían complicar la situación de los imputados en la causa.
Previamente a la declaración de Campbell, también testificó Juan Carlos Soto, vigilador del barrio San Andrés, quien confirmó la llamada solicitando un médico de urgencia desde la casa de Maradona alrededor de las 12:15. Soto también registró en el libro de actas el arribo de varias ambulancias y el aviso de la muerte de Maradona minutos después.