Las inesperadas lluvias, las bajas repentinas de la temperatura y el otoño que ya está entre nosotros, sumado a la humedad que se filtra en el ambiente, hacen que la sensación térmica sea más fría.
En muchas ocasiones, el problema no es sólo el frío exterior, sino la forma en la que nos vestimos.
Y es que, aunque parezca lógico pensar que llevar más capas o ropa más gruesa es la mejor solución, un programa japonés demostró que hay una forma más eficaz de conservar el calor corporal.
Cómo maximizar la retención del calor
Según un experimento realizado en el programa japonés ¿Cuál es la diferencia?, la clave para mantenerse realmente abrigado no está en la cantidad de ropa, sino en cómo se usa.
Los resultados de la prueba mostraron que una combinación adecuada de prendas puede marcar una gran diferencia en la temperatura corporal, especialmente al usar un abrigo de plumas y una bufanda de forma estratégica.
Ropa fina debajo de la campera: más eficaz que el pulóver grueso
Para comprobar cómo afecta la ropa al aislamiento térmico, el programa realizó un experimento con varias voluntarias. A cada una se le pidió que permaneciera en una habitación a 10 grados Celsius durante 30 minutos, vistiendo diferentes combinaciones de ropa bajo una campera de plumas. Algunas llevaban camisetas finas, mientras que otras usaban pulóveres gruesos.
Tras media hora, se analizó la temperatura de sus cuerpos con una cámara termográfica y los resultados fueron sorprendentes: las participantes que llevaban camisetas finas debajo de la campera retuvieron mejor el calor que aquellas que llevaban suéteres gruesos.
Los expertos explicaron que esto se debe a la forma en que las camperas atrapan el calor corporal. El relleno de plumas crea una capa de aire que mantiene la temperatura, pero para que este sistema funcione correctamente, el calor debe transmitirse desde el cuerpo hacia la campera.
Las prendas gruesas, en cambio, bloquean parte de esta transferencia térmica, impidiendo que el abrigo cumpla su función de forma eficiente.
El truco definitivo: usar bien la bufanda
El programa también analizó cómo el uso correcto de una bufanda puede marcar la diferencia en la sensación térmica general. Para eso se probaron tres formas comunes de llevarla: doble envoltura, envoltura simple y anudada.
Después de 30 minutos en una habitación a 10 grados, los expertos midieron la temperatura corporal de los participantes y encontraron que la envoltura simple resultó ser la forma más efectiva de mantener el calor.
Según un especialista, este método crea cuatro capas de aislamiento alrededor del cuello, bloqueando la entrada de aire frío y evitando que el calor corporal se escape. Dado que el cuello alberga una gran cantidad de vasos sanguíneos importantes, al mantener esta zona caliente, el calor se distribuye por el resto del cuerpo, elevando incluso la temperatura de las manos.