María Becerra debió ser operada de urgencia tras sufrir un nuevo embarazo ectópico que derivó en una hemorragia interna con riesgo de vida. La cantante se encuentra estable y en recuperación tras pasar por terapia intensiva.
Un embarazo ectópico es una afección médica grave en la que un óvulo fecundado se implanta fuera del útero. Generalmente, esto ocurre en las trompas de Falopio, que son los conductos que transportan los óvulos desde los ovarios hasta el útero. Sin embargo, también puede ocurrir en los ovarios, el abdomen o incluso en el cuello uterino, aunque las trompas de Falopio son la localización más frecuente.
Este tipo de embarazo no puede desarrollarse de manera segura y requiere atención médica inmediata porque el óvulo fecundado no tiene el espacio ni las condiciones necesarias para crecer. Puede ser potencialmente mortal y genera riesgos graves para la salud de la mujer.
En el caso de María Becerra, su entorno informó que volvió a atravesar un embarazo ectópico que le causó una hemorragia interna con riesgo de vida. Debido a esto, debió ser operada de urgencia y permaneció en terapia intensiva, aunque actualmente se encuentra estable y en recuperación.
¿Por qué puede repetirse un embarazo ectópico?
Según el doctor Federico Bianchi, ginecólogo oncológico y mastólogo consultado por Infobae, la principal causa para tener otro embarazo ectópico es haber tenido uno previamente.
Además de los embarazos ectópicos anteriores, diversos factores pueden incrementar la probabilidad. Esto ocurre principalmente cuando el óvulo no puede viajar con normalidad a través de las trompas de Falopio hacia el útero. Las causas pueden incluir infecciones previas, endometriosis, o cicatrices de cirugías anteriores en los órganos reproductivos. Intervenciones quirúrgicas en la zona abdominal, como por apendicitis, endometriosis o cirugías en el colon, también pueden alterar la anatomía de las trompas y predisponer a un embarazo ectópico.
El doctor Bianchi explicó que la naturaleza del riesgo de recurrencia puede depender de la cirugía realizada en el primer episodio. Por ejemplo, si se extrajo una trompa, podría ocurrir en la otra debido a la irritación. Subrayó la importancia de considerar si el primer embarazo ectópico presentó o no sangrado, ya que esto puede generar una predisposición para un segundo caso. Aunque un primer embarazo ectópico se haya resuelto, la irritación de las trompas persiste, lo que podría causar complicaciones en embarazos futuros.
El riesgo de la hemorragia interna
El mayor riesgo de un embarazo ectópico es que se presente con un “abdomen agudo”, lo que implica una hemorragia interna. Esta hemorragia se origina cuando las arterias que nutren la trompa comienzan a sangrar hacia el abdomen, generando un hemoperitoneo. Esto provoca una disminución del volumen sanguíneo en el cuerpo, un cuadro conocido como hipovolemia. El especialista afirma que “ese es el mayor riesgo”.
Si un embarazo ectópico no se detecta a tiempo, puede causar la ruptura de la trompa de Falopio, generando un sangrado interno grave y potencialmente mortal. En estos casos, es fundamental buscar atención médica de emergencia de inmediato.
El embarazo ectópico suele presentarse entre las seis y ocho semanas después de la última menstruación, aunque esto puede variar según dónde se haya implantado el óvulo. A medida que el embarazo crece, las complicaciones se incrementan. Lo más frecuente es que el embarazo se detenga, generando un aborto tubárico. Sin embargo, si continúa, aumenta el riesgo de ruptura de la trompa y hemorragia interna. Si no se actúa rápidamente, la vida de la persona está en riesgo, ya que se desangra hacia adentro del abdomen.
Diagnóstico y Tratamiento
El diagnóstico temprano es clave para prevenir complicaciones graves. Los síntomas iniciales pueden parecerse a los de un embarazo normal (falta de menstruación, sensibilidad en senos, náuseas), pero a medida que avanza pueden aparecer dolor pélvico o sangrado vaginal leve.
Para confirmar el diagnóstico, se utiliza la ecografía transvaginal, que permite ver la ubicación del embarazo, y un análisis de sangre para medir los niveles de la hormona del embarazo (hCG). Niveles elevados de hCG sin visualizar el saco gestacional en la ecografía pueden indicar un embarazo ectópico. El 75% de estos embarazos se detectan en etapas tempranas gracias a estos métodos combinados.
El tratamiento varía según la etapa y las complicaciones. Cuando el embarazo ectópico es más avanzado o presenta complicaciones, se requiere cirugía. La cirugía más común es la laparoscópica, con pequeñas incisiones para extraer el tejido ectópico. Si la trompa está rota o muy dañada, puede ser necesaria una salpingectomía (extirpación completa de la trompa). En casos menos graves, se puede intentar una salpingostomía para preservar la trompa.
El doctor Bianchi aclara que si la paciente no tiene un shock hipovolémico y el caso está controlado, la cirugía puede programarse. Sin embargo, si hay una pérdida significativa de sangre, se necesita una cirugía de urgencia. Es importante saber que el embarazo ectópico no puede ser recolocado en el útero. En la cirugía, “Se extrae la trompa y se resuelve el problema”, según el experto.
Sobre el futuro de una mujer que experimenta un embarazo ectópico, el pronóstico dependerá de las condiciones de las trompas y ovarios restantes y de la cirugía realizada.
Si bien no siempre es posible prevenir un embarazo ectópico, reducir riesgos incluye la detección y tratamiento temprano de infecciones de transmisión sexual para evitar inflamación o bloqueo de las trompas. También es clave seguir las recomendaciones médicas después de cirugías reproductivas o tratamientos de fertilidad.