En la última década, la ciudad de Río Tercero ha experimentado un notable auge en la construcción de edificios en altura, transformando su tradicional paisaje urbano. Con nuevas torres que superan los siete pisos, la expansión vertical responde a una mayor demanda habitacional impulsada por el crecimiento poblacional y la llegada de universidades.
La historia muestra que se construyeron los primeros tres edificios de siete pisos entre las décadas de 1980 y 1990, en las calles Libertad, Homero Manzi y Sarmiento, en pleno centro. Varios arquitectos consultados admitieron que ese crecimiento fue muy paulatino en los años siguientes, hasta que en la última década comenzó a apreciarse un incremento en la construcción de edificios de varios pisos.
El más llamativo se levantó en la calle Uruguay, con dos torres. En ese predio funcionaba el emblemático boliche bailable Hot Point. Ahora, en ese edificio se estima que viven unas dos mil personas, casi igualando la cantidad de habitantes de un pueblo, según indican fuentes del mercado inmobiliario.
Este auge ha modificado el crecimiento urbanístico de la ciudad, marcado en los últimos años por el desarrollo horizontal, con viviendas que seguían construyéndose en distintos puntos. Ya parece una postal lejana aquella ciudad de casas con numerosas antenas de televisión, como lo reflejan antiguas fotografías que registran la historia de Río Tercero.
Estudiantes universitarios
Se espera también un crecimiento poblacional en la ciudad a corto plazo. Esto se debe a la inminente puesta en funcionamiento de la sede de la Universidad de la Provincia de Córdoba y de la Universidad Nacional. De esta manera, la ciudad se convertirá en un polo atractivo para los estudiantes que buscan formarse profesionalmente.
Por este motivo, desarrollistas locales y de otras ciudades ya planifican la construcción de una importante cantidad de nuevos edificios en los próximos años.
Mirada profesional
En esta línea, la presidenta de la Cámara Inmobiliaria local, Sol Marín, confirmó que el crecimiento en el número de edificios de varios pisos ha sido muy notable en la última década en la ciudad.
Marín asoció este fenómeno con un claro desarrollo y una mayor demanda habitacional en la zona. Además, destacó que los desarrollistas no solo están construyendo edificios en el centro de la ciudad, sino también en algunos barrios más alejados.
Otro de los factores que se observa es que mientras en el centro los edificios tienen un promedio de siete pisos, en los barrios más alejados la altura oscila entre tres y cuatro pisos.
Marín también recordó que, con las dos universidades en funcionamiento, continuará la construcción de edificios debido a la demanda de estudiantes de otras regiones que se mudarían a Río Tercero para alquilar un departamento, un fenómeno que —acotó— también se dio en otras ciudades con casas de altos estudios.
Finalmente, la referente dijo que la construcción en altura contribuye al desarrollo y a la prosperidad económica de Río Tercero.