A metros de la Secretaría de Transporte de la Provincia, el Panal y el Hospital de Niños, los peatones que transitan por el puente de la Bajada Pucará se quedan peligrosamente sin “recorrido” al terminarse de forma abrupta la pasarela, quedando “arrinconados” y obligados a cruzar corriendo al lado opuesto por medio de una zona sin circulación peatonal ni puentes para transeúntes.
La falta de previsión que contemple al peatón y su seguridad se potencia aún más por la altísima concentración vehicular por el puente que lleva al Hombre Urbano, la rotonda a metros del Centro Cívico, la avenida Perón (que corre por debajo), el ingreso y egreso de colectivos entre las dos terminales, las líneas de colectivos, los tres hospitales, la Casa Médica, el SuperMami y los edificios.
Son miles de vehículos que circulan a diario, y especialmente los transeúntes se ven “obligados” -a 100 metros de la Secretaría de Transporte- a cruzar por medio de colectivos, autos, motos y camiones que circulan a altas velocidades prohibidas particularmente manejan desde el Hombre Urbano hacia el Hospital San Roque.
En ese contexto, los peatones -jóvenes, mayores y hasta pequeños niños- que caminan por la pasarela del puente, particularmente del lateral que da al SuperMami quedan “arrinconados”, cuando abruptamente se termina el paso y se ven “obligados”, sin salida, a cruzar corriendo entre medio del tráfico hacia el otro lado, donde existe una escalera (en mal estado) que conduce a la vereda del Iram.
Allí, el martes pasado por la tarde un camión con acomplado embistió el guardarrail y quedó ubicado en “S” sobre la mano que va desde el Polo Sanitario hacia el Hombre Urbano, ocasionando una fila de innumerables vehículos atascados.
La peligrosa pero prevenible situación, que persiste hace décadas, es posible observarla a diario in situ o, a través del megabuscador Google -por medio de Streew View-, desde cualquier parte del mundo.
