Los días más fríos de mayo evidenciaron que no todos los pasajeros del transporte urbano de Córdoba están dispuestos a viajar con las ventanillas abiertas, tal como se recomienda en este contexto de pandemia. Además, se registraron quejas de usuarios por la cantidad de personas que viajan paradas; y de choferes, por la falta de repuestos para la flota de Ersa, lo que impactaría en el servicio, la cantidad de unidades disponibles y, por esa vía, el hacinamiento de los pasajeros.
“Tomé la línea 81 a la altura de Alberdi antes de las 9, estábamos todos parados y amontonados. Tuve que esperarlo más en la parada, y cuando subí me encontré con mucha gente y las ventanillas apenas si estaban abiertas”, contó R. P., una joven que contó cómo viajó este martes, y que teme contagiarse.
“Yo me subo al 27 todas las mañanas para ir a trabajar a las 7.30, no está lleno, pero las ventanillas, todas cerradas”, relató M. A, una pasajera que recorre en ómnibus el trayecto de barrio Jardín al Centro.
También La Voz constató cómo líneas de Ersa en la zona de Vélez Sársfield y San Juan circulaban con muchos pasajeros parados (lo permitido por el municipio de Córdoba son hasta 20 personas) y las ventanillas semiabiertas. Lo mismo se observó a la altura del CPC Argüello, donde un coche de Coniferal circulaba con unas pocas ventanas abiertas.
“Esto es una responsabilidad social de los pasajeros, es una sugerencia. No es una obligación dispuesta por el intendente Martín Llaryora”, se expresó desde la Municipalidad de Córdoba.
En Rosario, por ejemplo, desde abril pasado el Ente de la Movilidad dispuso trabar la mayoría de las ventanillas para promover la circulación de aire. En Buenos Aires, también desde hace más de un mes, se resolvió el uso obligatorio de ventanas abiertas en trenes y colectivos.
En Córdoba, las empresas fundamentaron que las ventanillas son diferentes a las de los coches de Capital Federal y que trabarlas complicaría la higiene que se les hace a los coches. Para esto, el municipio aseguró que en las puntas de líneas se inspecciona que las unidades salgan con los vidrios abiertos.
Inspectores que trabajan en Control de Movilidad, que pidieron la reserva de sus nombres, confiaron que las unidades salen con las ventanas abiertas, pero que en controles que se realizan ya en los barrios observaron que están cerradas o poco abiertas. Y pusieron el acento en otra cuestión: el alto registro de problemas que observan en las unidades, lo que explicaría la queja de los choferes acerca de que no hay mantenimiento y falta de repuestos en la flota de Ersa.
“Hay 30 puntas de líneas y todos los días vamos a una y controlamos que salgan con ventanillas abiertas, y a los coches que llegan con ventanas cerradas les labramos actas. Vemos que Coniferal y Tamse son las que más cumplen, pero Ersa y Aucor, no”.
“A estos coches, en plena Colón y General Paz, los hemos encontrado sin alcohol, sin barbijo, matafuego, sin mampara el chofer. Les hacemos multas, pero se no se corrige la acción”, confió uno de los agentes.
Debido a esta situación, los inspectores de Control de Movilidad armaron tres puestos sanitarios, en los que se inspecciona la unidad en viaje, además de los operativos para verificar el estado de las unidades.
“A veces vamos a una punta de línea de Ersa, y si hay ocho coches, tenemos que cortar la salida de todos, y si vamos a una de 20 unidades, cortamos la salida de 20 porque les falta el mantenimiento, cubiertas lisas, parabrisas trizados o ITV vencido del año pasado”, contaron los agentes municipales que mostraron fotos del estado de algunas unidades. Tal el caso de un colectivo de la línea 36, con escasas medidas de seguridad.
Reclamos por la falta de mantenimiento
Este problema de falta de mantenimiento también fue contado por los choferes de Ersa, que pidieron reserva de sus nombres, y aseguraron que esto impacta en el servicio y en los viajes con más pasajeros parados.
“El problema es que no hay repuestos de nada en el taller y van los coches hasta las manos. Tenemos una cantidad importante de choferes en las puntas de línea, sin salir porque no hay coche. Faltan unos 35 servicios por turno”, aseguró uno de los delegados de Ersa.
“No sé si compran repuestos, hay muchos coches parados y no se arreglan”, sumó un conductor de la línea 20. “Estamos en la misma de siempre porque no hay repuestos”, agregó un empleado del taller.
Por parte de la empresa, explicaron que no hay tal preocupación. “No estamos observando nada inusual en la operación, o sea, con las bajas usuales en el taller”, se precisó.
La Municipalidad no informó si detectó demoras en estas frecuencias.
Meses atrás, el municipio le había solicitado un plan de mejora de la flota, lo que se había iniciado con una inversión de 19 millones de pesos.
Desde la Unión Tranviarios Automotor (UTA) dijeron que actualmente “hay problemas de repuestos en todas las empresa”.
Aclararon, al mismo tiempo, que los problemas en frecuencias “se deben a la mala diagramación” de los recorridos.
