La ciudad de Córdoba encara un proceso de intervención en el espacio público que busca garantizar la accesibilidad universal. Según datos oficiales, desde 2022 se construyeron 813 rampas en distintos sectores, lo que representa el plan más ambicioso de los últimos años en esta materia.
El programa abarca el área central, los corredores principales y numerosas plazas distribuidas en distintos barrios.
En el área central se ejecutaron 152 rampas en dos etapas que abarcaron intersecciones estratégicas. A esto se suman 327 en corredores como avenida Maipú, bulevar San Juan, avenida Ambrosio Olmos, Sagrada Familia, 27 de Abril y avenida del Piamonte.
Además, en plazas y parques se realizaron 334 intervenciones que incorporaron rampas y más de 10 mil metros cuadrados de senderos podotáctiles.
El secretario de Desarrollo Urbano, Diego Peralta, explicó que la política busca que toda nueva obra o intervención en el espacio público incluya obligatoriamente rampas.
“Lo que estamos planteando es un cambio de paradigma: no pensar las rampas como elementos aislados, sino como parte de la infraestructura básica que debe estar presente en cada proyecto”, señaló.
El programa contempla tanto la construcción de nuevas estructuras como la reparación de las que estaban deterioradas o mal ubicadas. La intención es lograr una red continua que permita a las personas con movilidad reducida desplazarse de manera segura y autónoma.
En la planificación se incorporaron criterios técnicos específicos, como pendientes normadas, baldosas guía podotáctiles y un lenguaje de tránsito unificado con colores determinados.
Veredas en mal estado
Uno de los puntos centrales del plan está vinculado con la zona céntrica. Allí, además de las obras ejecutadas por la Municipalidad, se está notificando a los frentistas para que asuman su responsabilidad en la construcción y el mantenimiento de veredas y rampas.
Desde el municipio recordaron que, según la normativa vigente, las veredas son responsabilidad del propietario frentista. En el caso de las esquinas, las rampas forman parte de la vereda y, por lo tanto, deben ser ejecutadas y mantenidas por el dueño del inmueble que ocupa esa esquina.
La medida apunta a reforzar la accesibilidad en el sector más transitado de Córdoba. En las últimas semanas comenzaron a enviarse notificaciones formales a frentistas del área central, instándolos a reparar veredas rotas y a adecuarlas a la normativa vigente.
El objetivo es que las veredas del Centro ofrezcan un tránsito seguro tanto para peatones en general como para quienes utilizan sillas de ruedas, bastones u otros apoyos.
Una caminata por el Centro arroja que gran parte de las veredas céntricas presentan deficiencias estructurales que dificultan el tránsito.
Baldosas levantadas, desniveles, ausencia de rampas o construcciones improvisadas son algunas de las problemáticas detectadas. Las notificaciones buscan revertir esa situación y evitar que la ciudad avance en accesibilidad de forma parcial.
Más allá de las rampas
La política de accesibilidad universal no se limita a las rampas. En paralelo, el municipio avanza con la incorporación de otros dispositivos, como semáforos con pulsadores accesibles y sendas podotáctiles.
La intención es consolidar un modelo urbano inclusivo que contemple las necesidades de todas las personas, independientemente de sus capacidades físicas.
El impacto de estas obras también alcanza al turismo. Según remarcan en el municipio, contar con un espacio público accesible mejora la experiencia de quienes visitan Córdoba y contribuye a su desarrollo económico.
El Centro, por su carácter histórico y patrimonial, es un punto de referencia tanto para residentes como para turistas.
Plazas y espacios verdes
En plazas y espacios verdes la intervención se tradujo en más de 300 rampas distribuidas en distintos barrios.
Entre ellas se destacan la plaza Colón, la plaza de la Intendencia, la plaza Rivadavia y el Parque Sarmiento, donde además se incorporaron senderos podotáctiles.
Estas obras no solo facilitan la accesibilidad, sino que también mejoran la seguridad y la integración social en espacios de uso comunitario.
Corredores viales intervenidos
Los corredores viales son otro eje del plan. En avenida Maipú, por ejemplo, se instalaron 116 rampas en intersecciones clave.
En Sagrada Familia se sumaron 88, mientras que en bulevar San Juan y avenida Ambrosio Olmos se ejecutaron 56 en cada uno.
Estas intervenciones apuntan a acompañar la renovación urbana que se desarrolla en esas arterias y garantizar un tránsito más seguro en sectores de alto flujo vehicular y peatonal.
Desafíos pendientes
De todos modos, las autoridades reconocen que aún restan desafíos importantes. Quedan intersecciones por intervenir y la continuidad del programa dependerá de sostener la inversión y el cumplimiento de las obligaciones por parte de los frentistas.
“La accesibilidad es un derecho que debemos garantizar entre todos. No alcanza con lo que hace el Estado si los privados no cumplen su parte”, afirmó Peralta.
En los próximos meses, la Municipalidad prevé ampliar el relevamiento a otras zonas y reforzar las intimaciones a propietarios. El objetivo es consolidar una política sostenida que coloque a Córdoba en línea con los estándares internacionales en materia de accesibilidad urbana.