El complejo Potrerillo, cerca de Potrero de Garay, en el departamento Santa María en el valle de Paravachasca, sin dudas fue el epicentro de uno de los incendios más devastadores que se recuerden en Córdoba.
En ese lugar se prendieron fuego y quedaron consumidas unas 50 cabañas, de las 80 casas que fueron arrasadas por los diferentes focos que hubo en Córdoba. La Justicia investiga este y otros focos que se registraron en la tarde del miércoles.
GALERÍA. Imágenes del espanto
El arquitecto Efraín Agustinoy, propietario de los lotes afectados, y creador del complejo, se mostró conmocionado por lo sucedido.
“Han quedado 2 cabañas, y el restaurante, y había 50. Las cabañas tenían cada una su propietario, su dueño”, dijo a radio Mitre.
“Era un pueblito de montaña”, recordó Efraín, quien dijo que en el lugar sólo vivían 10 familias que ayudaron a tratar de apagar el incendio, aunque les fue imposible.
La mayoría perdió todo. Por suerte no hubo que lamentar víctimas ni heridos. Sí hubo pérdida materiales millonarias y se produjeron muertes de animales que no pudieron escapar de las llamas. Panorama desolador.
Culpa a Epec
“Hemos tenido incendios, pero bueno, no puedo certificar cómo ha entrado, supongo que ha sido algo en el mismo complejo o el juez de paz que ha certificado la caída de una torre de Epec y que originó todo este lío, debe haber sido adentro o muy cercano, era un predio de 200 hectáreas atravesado por la línea”, recalcó.
“Aparentemente ha sido así, el mantenimiento de las líneas de Epec es lamentable. Otra vez se quemaron 130 hectáreas y conseguí por intermedio de un amigo toda la secuencia y también fue por un problema de mantenimiento de Epec. Con esa prueba hicimos una acción de resarcimiento pero aún no la hemos cobrado”, agregó, al recordar otro incendio sobre los lotes.
“Un amigo piloto de helicópteros me ha mencionado lo lamentable de las líneas de Epec”, sostuvo.
Al ser consultado sobre si las casas tenían seguro contra incendio, Efraín indicó: “Sí, seguramente está desactualizado pero esto va más allá del dinero”.
Cómo seguirá
“Estamos tratando de imaginar cómo vamos a llevar adelante esto, no es cuestión de bajar los brazos. Esperemos que pase el fuego, se aplaque un poco, caiga alguna lluvia y vuelva el verdeo y veremos qué hacer”, agregó.
“En alguna oportunidad se nos incendió una cabaña y no trascendió ni pasó a mayores. Pero esto ha sido algo catastrófico”, concluyó.
