Entre los escépticos de siempre y los que siguen convencidos, Generación Zoe reparte hoy sensaciones muy diferentes en los comentarios entre vecinos y vecinas de Villa María y de Villa Nueva.
En el epicentro del sismo que sacudió toda la estructura creada por Leonardo Cositorto “no se habla de otra cosa”, principalmente porque “todos tienen algún conocido que está metido”, comentó una mujer integrante de una empresa de servicios que llega a toda la ciudad.
El “yo te lo dije” está en la boca de empresarios, comerciantes, analistas y asesores financieros que hacía meses venían prendiendo luces amarillas en torno a este emprendimiento. Sin embargo, hubo miles de personas que el último año se volcaron con sus dólares en busca de una rentabilidad soñada.
Todo lo publicado sobre Generación Zoe
Que es una locura que tanta gente haya confiado en semejantes ganancias sin pensar un poco más es otro de los razonamientos por estos días, cuando el caso detonó.
Generación Zoe
Pero el idilio terminó más pronto de lo que se creía y para algunos comenzó a ser una pesadilla cuando la fiscal Juliana Companys ordenó allanamientos y detenciones de los principales involucrados.
Entre los detenidos, hay personas que, además de salir a convencer a familiares y a amigos para que pusieran allí sus ahorros, ellos mismos invirtieron su capital, y ahora están entre lo que dejaron de cobrar, presos, y acusados de estafa y de asociación ilícita.
Detrás de ellos, una larga fila de personas que pusieron desde 500 hasta varios miles de dólares en el esquema Zoe.
“Esto nunca tuvo buen olor. Era un castillo de naipes que tarde o temprano se iba a caer”, comentó un gerente del sector empresarial de Villa María.
“Nadie que tenga una actividad productiva podía creer que fuera real una oferta de rentabilidad así”, agregó un comerciante sobre las atractivas tasas que pagaba Zoe a quienes les entregaron sus ahorros.
Pero esa mirada escéptica, corroborada por el actual panorama judicial, con detenidos y pedidos de captura internacional, contrasta con la percepción de muchos de quienes depositaron dólares y confían todavía en recibir dólares.
Promesas de Leonardo Cositorto
La promesa nace de quien preside la organización, Leonardo Cositorto, y es defendida por quienes han sido parte de la estructura. No solamente segundas líneas, sino hasta los que ocuparon escalones mucho más abajo en la pirámide. Los grupos de WhatsApp en los que están inversores y administradores arden de comentarios a favor y en contra.
Se cree que hay inversores que no denuncian, a pesar de no tener ninguna certeza de cobro, porque aún confían en la palabra de los líderes. Ellos creen aún que el sistema volverá a funcionar tal como lo vino haciendo hasta los meses previos al descalabro actual.
En lo que muchos coinciden también es en cierta captación de inversores a través de círculos que se fueron involucrando paulatinamente. “Funcionaba como una secta”, arriesgan: una persona que ingresaba y procuraba luego sumar a familiares, compañeros de trabajo, amigos y vecinos.
Así es como entre quienes hoy podrían considerarse damnificados habría varios policías. Una de las personas detenidas es una mujer de la fuerza provincial que estaba en uso de licencia oficiaba de “vendedora”.
También se menciona que integrantes de algunos sindicatos y medios de comunicación, que se acercaban por la “pauta” y luego terminaban “invirtiendo” ese dinero en la misma empresa.
Otros vendieron vehículos y pusieron allí su capital para obtener más dinero y lograr acceder a un auto o a una moto de mayor valor.
Además de la creación de un club de fútbol local, el Zoe Athletic, la organización liderada por Cositorto había comenzado a auspiciar eventos deportivos en la zona, buscando asociar su imagen a estas actividades.
El esquema de la organización en Villa María
No quedar “pegados”
En los ámbitos municipales de Villa María y de Villa Nueva se comenzó a mirar con cierto recelo la expansión de la empresa y algunos empezaron a encender alertas para evitar, luego, “quedar pegados” a lo que se pronosticaba como un final poco claro.
Zoe buscaba utilizar espacios públicos municipales para el desarrollo de eventos.
“Un canto de sirenas”, lo definió el analista económico local Alberto Costa en un artículo publicado en noviembre de 2021 en su revista Claves. Allí hablaba de quienes se sentían “embelesados” por oratorias y promesas muy atractivas, y terminaban embarcándose “ciegamente” hacia un supuesto futuro en el que el dinero se gana rápido, fácil y sin hacer nada más que ponerlo en manos de Zoe. Ahora todo es zozobra.
Cómo sigue la causa judicial
Mientras tanto, la investigación judicial sigue su curso, manteniendo el pedido de captura internacional de Cositorto y de su socio Maximiliano Batista, y de detención para los villamarienses Claudio Álvarez, su madre Silvia Fermani, las hermanas Ivana y Florencia Álvarez, y Silvio Shamne, esposo de Ivana.
Los detenidos son el contador Norman Próspero (apresado en Buenos Aires), Silvana Abellonio, su madre Silvia Luján, Cristian Delgado, Claudia Pereyra y Gabriela Álvarez.
Las últimas tres personas fueron trasladadas a Córdoba capital, mientras que las otras dos mujeres permanecen en Villa María.
Javier Marcos, abogado de Pereyra y de Álvarez, asegura que nada tuvieron que ver con el manejo de la empresa y solo cumplían tareas menores. Algo parecido dijo Silvana Medina, abogada de Delgado, a quien mencionó como un simple cajero.
Hasta este martes no se habían producido nuevas detenciones ni se había fijado fecha para las indagatorias.
Mientras Cositorto sigue comunicándose vía internet con sus seguidores desde algún lugar remoto, su captura ya es también un tema de Interpol.
