El fiscal de Violencia Familiar del 3° Turno Cristian Griffi solicitó que el dirigente del gremio de recolección de basura Surrbac Pascual Vicente Catrambone sea juzgado por dos episodios de agresiones -en 2016 y 2020- a quien era su pareja.
Griffi le adjudica a Catrambone dos cargos de lesiones leves doblemente calificadas por el vínculo y por mediar violencia de género (en 2016 y 2020) y privación ilegítima de la libertad, con los mismos calificantes (en 2020).
La víctima de estos hechos es quien era pareja de Catrambone, el que a su vez es la mano derecha del titular del Surrbac, Mauricio Saillén.
El episodio de mayo de 2020 le valió a Catrambone volver a la cárcel, luego de haber sido beneficiado cinco semanas antes con la libertad en la causa de la Justicia federal que lo tiene procesado por manejos supuestamente irregulares en el gremio. En agosto de 2019 había sido detenido y desde setiembre de ese año comenzó a gozar del beneficio de prisión domiciliaria.
Tras volver a prisión en mayo de 2020, Catrambone volvió a resultar beneficiado por el encierro domiciliario en setiembre pasado y con la excarcelación en noviembre, en este caso con caución de 10 millones de pesos.
Episodio violento
Luego de la primera denuncia de 2016 y su imputación, Catrambone fue detenido por hechos protagonizados en su casa en un barrio cerrado de la ciudad de Córdoba, durante el segundo fin de semana de mayo de 2020.
El gremialista protagonizó un hecho de violencia que terminó con una nueva imputación de Griffi que entendió que, además de lesiones a su expareja, la había privado de su libertad.
Ante esto, el fiscal federal Enrique Senestrari solicitó revocar la la libertad del gremialista, que había sido dejado en libertad por la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba.
Según dijo su momento Senestrari a La Voz, los motivos que lo llevaron a pensar que Catrambone estaba violando los términos en los cuales se le otorgó la libertad, fueron dos. “No sólo por un hecho de violencia de género, sino por su conducta de riesgo procesal”, explicó.
En primer lugar, Catrambone fue detenido porque tenía prohibido acercarse a personas vinculadas a la causa judicial en la que está procesado por usura, defraudación, asociación ilícita y lavado de dinero en perjuicio de los afiliados del sindicato, la mutual y la obra social.
En este caso, la mujer agredida y su hermano, que fue la persona que la buscó en auto para sacarla de la casa de Catrambone en el barrio privado Tejas del Sur II, tienen algún tipo vínculo con el sindicato. Horas antes de eso, en el Polo de la Mujer se había recibido la llamada de una amiga de la mujer, que contó que había sido agredida físicamente y que el gremialista, supuestamente, no la dejaba salir de la casa.
Pero el motivo más grave por el cual se pidió la detención del sindicalista es que cuando los policías fueron a su casa y le preguntaron si adentro estaba la mujer agredida, Catrambone lo habría negado.
Un rato después, los policías vieron salir de la casa a la presunta víctima, con anteojos oscuros y un apósito en una mejilla, y luego subir al auto en el que la esperaba su hermano.
Para el fiscal Senestrari, esa conducta demuestra la intención de entorpecer las investigaciones, por lo cual consideró correcto que vuelva a estar detenido.
Causas pendientes
A pesar de estar en libertad, tanto Catrambone como Saillén siguen acusados de lavado de dinero, defraudación, asociación ilícita y usura, por haber perjudicado los intereses económicos de los afiliados del sindicato, a través de la administración que realizaron del gremio, la obra social y la mutual.
El Tribunal Oral Federal N° 1 de Córdoba (TOF1) debe realizar el juicio oral contra ambos dirigentes, pero por planteos de nulidad el debate ha sido suspendido.
Ahora, se suma el expediente por violencia intrafamiliar en la Justicia provincial.
