La sirena de los cuarteles de bomberos voluntarios ha sido (y sigue siendo) un símbolo de alerta en todas las ciudades y los pueblos del interior cordobés. Su sonido inconfundible avisa a la comunidad de una emergencia y convoca a los voluntarios al cuartel. Sin embargo, en la actualidad, con el avance de las tecnologías de comunicación, algunas ciudades han comenzado a disminuir y hasta eliminar su uso.
¿Sigue siendo el mejor método? ¿Genera más miedo entre los vecinos que utilidad al cuartel, o al revés? El debate está abierto y divide opiniones.
Por un lado, hay quienes creen que la sirena es un recurso necesario para agilizar la respuesta ante incendios, siniestros viales y otras emergencias. Por otro, algunos sostienen que su sonido causa angustia, especialmente en quienes han vivido situaciones traumáticas.
La experiencia de distintas localidades de Córdoba muestra que ya existen alternativas, pero que el cambio no siempre es sencillo.
Entre la alerta y el miedo
Marcos, un vecino de una ciudad cordobesa, compartió en redes su experiencia con la sirena. Era jueves por la noche, había terminado su jornada laboral y decidió relajarse con un libro. Unos 10 minutos después, el sonido estridente llenó las calles. Como a muchos, lo invadió la inquietud: “¿Les habrá pasado algo a mis seres queridos?”, se preguntó.
En su cuenta de Instagram, escribió: “Tal vez sea hora de buscar una forma de salvar vidas sin sembrar miedo, de encender la esperanza sin revivir el dolor”.
Su publicación se llenó de comentarios. Algunos coincidieron con su mirada: “Cada vez que suena la sirena, el corazón se me paraliza”; “Estaba jugando al pádel y tuve que parar. Pensé en mi familia, en mi mamá llamándome para saber si estaba bien”; “Hace tiempo que vengo pensando por qué no buscamos otra solución?”, fueron algunos de los comentarios.

Otros, en cambio, defendieron el uso de la sirena: “Si alguien de tu familia estuviera en peligro, querrías que se escuchara fuerte y claro”; “Es la forma más rápida de convocar a los bomberos, ¿qué alternativa mejor hay?”; “Si te genera angustia, quizás el problema no es la sirena, sino cómo procesás el miedo”, “Siempre se usó la sirena”.
Las respuestas reflejan una tensión entre la necesidad operativa y el impacto emocional.
Aunque el tema no suele ser discutido en profundidad, varias ciudades han comenzado a explorar nuevas formas de comunicación.
Alternativas en Córdoba
En la provincia de Córdoba hay 192 cuarteles de bomberos. Aunque no hay estadísticas precisas, los jefes coinciden en que la mayoría sigue usando la sirena. Sin embargo, algunas localidades (sobre todo las de mayor tamaño, donde la llegada de las sirenas se relativiza) han implementado cambios con resultados positivos.
Río Tercero fue uno de los primeros en dejar de usar la sirena. Fue en 1995, después de las explosiones de la Fábrica Militar. Tras aquella grave tragedia, cada activación generaba pánico en parte de la población, que asociaba el sonido con esos días de altísimo impacto emocional.
Abel Domínguez, jefe del cuartel riotercerense, explica que, aunque la sirena volvió a usarse luego y hasta ahora de forma parcial, su activación es limitada. Según dijo, solo se emplea en emergencias que requieren convocar a todos los bomberos o cuando es necesario alertar a la comunidad sobre la salida de vehículos de emergencia.

Río Tercero tiene un sistema mixto: utilizan WhatsApp, radio y una aplicación especial desarrollada por un equipo local para convocar a sus bomberos. Además, cuentan con un sistema de turnos que permite gestionar esa respuesta sin necesidad de activar la sirena en cada emergencia.
Villa María tiene el segundo cuartel más grande del interior de Córdoba. Su jefe, Gustavo Nicola, explica que la sirena se usa en muy pocas ocasiones: “Si la activáramos en cada intervención, la ciudad viviría en un estado de alarma constante”. Y señala que muchos de los cuarteles que utilizan sólo la sirena como método de llamada tienen pocas intervenciones.
Hace unos 10 años, el cuartel villamariense adoptó Alertor, una aplicación que notifica a los bomberos directamente en sus celulares. El sistema es gratuito hasta cierta cantidad de usuarios y es utilizado por muchos cuarteles del país.
“La sirena quedó como respaldo para situaciones realmente críticas, pero no es nuestro método principal”, explica Nicola, quien además es jefe operativo de la Federación de Bomberos Voluntarios de Córdoba. Según dijo, el tema no está en la agenda de discusión actual en esa institución.
Oncativo: la ciudad que apagó la sirena
En Oncativo, la sirena dejó de sonar hace más de una década. El cambio no fue inmediato ni sencillo, pero hoy es un caso testigo de que se puede gestionar un cuartel sin depender de ese sonido.
Utilizan un sistema de alertas pagado que funciona mediante los celulares de los bomberos. Al recibir una emergencia, la persona encargada en el cuartel envía un mensaje con detalles del siniestro, lo que permite organizar la dotación de manera eficiente.
“La sirena generaba un estrés innecesario en la comunidad. Además, nos traía otros problemas: la gente llegaba al cuartel para ver qué pasaba, los curiosos seguían a los móviles y se bloqueaban las líneas telefónicas con llamados de vecinos preocupados”, explica a La Voz el jefe del cuartel Mauricio Cingolani.
La resistencia al cambio vino, sobre todo, de las generaciones más antiguas. “Nos decían que la sirena era la esencia de los bomberos, que sin ella la gente no nos reconocería. Pero hoy nadie la extraña”, asegura.

En Alta Gracia, su uso también disminuyó notablemente. “Se está usando poco y nada”, dijo Cristian Vega, a cargo del cuartel. “Usamos Alertor y también los handys”.
Entre otras razones para dejar de usarla, Vega mencionó que es perjudicial para personas con autismo.
El futuro de la sirena
En otras ciudades, como San Francisco, el sistema de alertas también se basa en aplicaciones y radios. “Solo usamos la sirena cuando necesitamos convocar a más gente de la que tenemos disponible”, explica Diego Gaetan, jefe del cuartel.
A nivel provincial, la tendencia parece clara: cada vez menos cuarteles dependen exclusivamente de la sirena. Sin embargo, muchos aún la consideran el método más seguro en emergencias de gran magnitud.
Por ahora, la mayoría de los cuarteles continúan con la sirena, mientras otros viran a un sistema híbrido: tecnología moderna combinada con aquella sirena como respaldo.
La discusión no es nueva, pero sí poco explorada. A medida que más ciudades buscan alternativas, la tradición se enfrenta a la modernidad.
La sirena ha sido, por décadas, la voz de los bomberos en la comunidad. Pero también es, para muchos, una fuente de ansiedad.