Magdalena es pediatra y casi no usa el teléfono móvil: es militante del fijo. De todos modos, tiene un celular.
Se compró un aparato moderno, con WhatsApp, para poder contactarse con los residentes, ya que está a cargo de la formación. "Pero prefiero toda la vida el fijo, siempre funciona", resume. Incluso, cuando tiene que llamar al hospital, pese a tener los móviles de los jefes de guardia, llama al fijo. "Sé a dónde tengo que llamar y quiénes me van a informar con precisión", explica.
Es más cómodo porque con el inalámbrico me muevo mejor que con el celular, puedo hablar mucho tiempo y me sigo acordando los teléfonos fijos a los que llamo, algo que no sé de los celulares", cuenta. "Los costos también inciden, soy un poco ratona así que el celular es para emergencia", bromea.
Habla muy seguido con su mamá, siempre por el fijo, al igual con las amigas. "No sé, es la sensación de estar en casa", resume. Su hijo de 12 tiene celular y desde el fijo sólo habla con la abuela.
Vive en barrio San Martín, en una cuadra donde están levantando cuatro edificios. "Mi vecina, que está entre dos construcciones, perdió la señal del celular", cuenta.
"Las amigas la llaman y les da el contestador. El fijo no falla: o estás hablando o no estás", asegura.
“Es la sensación de estar en casa”
Magdalena es pediatra y casi no usa el teléfono móvil: es militante del fijo. De todos modos, tiene un celular.
31 de diciembre de 2014,
