Neo (Keanu Reeves) se dobla hacia atrás y en esa contorsión esquiva decenas de balas que iban hacia su cuerpo. Es una de las imágenes más recordadas de la primera saga de Matrix, que ahora está de nuevo en los cines, casi dos décadas después, con una continuidad de la historia. La imagen en un gif va acompañada por diferentes leyendas: “Covid en Córdoba”, “Yo en Córdoba”, “Ómicron y Córdoba”.
Es lo que publicaron en Twitter dos periodistas de La Voz, Pablo Petovel y Diego Marconetti:
Es conocida la teoría que dice que existen apenas seis grados de separación entre todas las personas del mundo. Es decir: cualquier persona puede estar conectada a cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios. Surgió a partir de una obra de ciencia ficción de un escritor húngaro, en la década del 1950. Es una historia interesante, pero no la vamos a contar acá porque lo que nos interesa es reformularla para Córdoba: ya casi todos estamos a dos o menos de dos grados de separación con los casos positivos de Covid, formato variante Ómicron: si no somos contactos estrechos, somos contacto de contacto.
¿Cuántas personas de ese segundo círculo de relaciones, esa especie de anillo de Circunvalación de tu vida, dieron positivo de Covid-19 en las últimas horas? Hacé tu propio cálculo. El mío: más de 10.
En las últimas dos semanas se confirmaron más de 9 mil nuevos contagios: son los casos activos notificados. Por cada uno de estos casos hay entre cuatro y siete contactos estrechos aislados. Muchos de ellos convivientes, positivizados e incluidos luego en la cuenta global.
Nunca el número de casos comunicado en los partes diarios tanto del Ministerio de Salud nacional como de su par provincial dieron cuenta por completo de la cantidad de contagios real. Pero jamás como en este momento ese dato puede estar tan subestimado y distante de la realidad.
Convergen, en ocultar la real dimensión de la presencia de Ómicron, varios factores:
- Ómicron se expande con mucha velocidad, con cuadros leves o asintomáticos. Es casi indetectable para el propio contagiado.
- La variante logra contagiar vacunados, que por la inmunización tienen signos clínicos muy moderados o directamente nulos. De nuevo, se hace casi indetectable o se confunde con síntomas que normalmente se desprecian.
- El sistema de testeos fue desbordado en los últimos días. Muchos desistieron de hacer la prueba luego de horas de cola. Muchos más se vieron desalentados y decidieron esperar la evolución de sus síntomas o las noticias de sus contactos estrechos y no testearse.
Pero el testeo es la última milla. Nos relajamos muchísimo más que lo aconsejable antes. Tuvimos reuniones con un número grande de personas en espacios cerrados o mal ventilados, sin usar barbijo y sin mantener distancia. Podemos echarle la culpa al cansancio de la pandemia o a la sociabilidad propia de diciembre, pero los hechos no cambian.
No se ve aún impacto en las guardias de los hospitales del brote de contagios, pero sí comienzan a notarse un aumento del ausentismo y la aplicación de protocolos en espacios laborales.
De nuevo: ¿cuántos compañeros de trabajo están aislados, haciendo teletrabajo, tanto por ser positivos como por ser contactos estrechos de un caso confirmado? Sacá tu número. El mío, hoy, es cinco.
El pase sanitario, la única medida en vigencia, puede ser muy útil para completar inmunizaciones y reducir el riesgo de hospitalizaciones y muertes, pero como barrera al contagio quedó vieja: está pensada para otras variantes, no Ómicron, que viaja entre vacunados, incluso con esquemas completos y antecedentes de infección.
Que solo tenga vigencia para eventos de más de mil personas marca otro límite de –de nuevo– la única restricción en marcha porque deja afuera al 20 por ciento de las situaciones que explican el 80 por ciento de los contagios (el Pareto infectológico): las reuniones sociales y familiares donde no hay ninguna medida de cuidado.
Una imagen de fuegos artificiales en el cielo y el texto: “Covid en Córdoba después de Navidad”. Un meme, se lo dejo.
Si no se hace nada para evitarlo, es inevitable.
