La esperanza de vida aumentó significativamente en las últimas décadas, gracias a los avances en medicina, nutrición y sanidad. Sin embargo, la muerte sigue siendo una parte inevitable del ciclo de la vida. Todos nacemos, crecemos, envejecemos y, finalmente, morimos.
Entre el nacimiento y la muerte, una serie de enfermedades pueden cruzarse en el camino, algunas más letales que otras. Si bien las causas de fallecimiento pueden variar según la región, la edad y otros factores, existen algunas enfermedades que, a nivel global, se destacan por su alta tasa de mortalidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) realiza periódicamente un recuento de las enfermedades por las que fallece la población mundial y el primer puesto siempre lo ocupan las patologías cardiovasculares, seguidas de las enfermedades infectocontagiosas (sobre todo en países de bajos ingresos) y el cáncer, Más atrás aparecen las patologías respiratorias crónicas y la diabetes.
Estas son las 3 enfermedades de las que más mueren las personas
Carlos Briones, doctor en Ciencias Químicas e investigador científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Centro de Astrobiología (CAB-INTA), explica que las enfermedades cardiovasculares incluyen los ictus (isquémicos o hemorrágicos) y las enfermedades coronarias (con variantes como el infarto agudo de miocardio y la angina de pecho).
Sus causas principales son tener una edad avanzada, el consumo de alcohol y de tabaco, además de mantener una alimentación inadecuada, los antecedentes familiares, la hipertensión, el consumo de drogas, la falta de actividad física y la obesidad.
Después, de acuerdo a los datos más actualizados de la OMS, el segundo grupo de enfermedades por las que morimos los seres humanos son las infectocontagiosas, centradas en los países de bajos recursos, porque en los más avanzados económicamente se combaten activamente con antibióticos y con otros compuestos que logran eliminar o detener el crecimiento de los microorganismos patógenos, y se lucha contra el desarrollo de resistencias a ellos.
En tercer lugar se ubica el cáncer, un grupo de patologías que son de muchos tipos, caracterizadas por la transformación de las células normales del organismo en tumorales y que se dividen incontroladamente.
Cada año se diagnostican unos 18 millones de personas con cáncer y se estima que un tercio de las mujeres y la mitad de los hombres desarrollarán durante su vida alguno de los más de 200 cánceres que hoy en día se conocen.
Los de mayor prevalencia, según detalla, son el de mama, pulmón, colon y recto, próstata, estómago, hígado o cuello de útero. Algunos tienen componente hereditario, si bien sus causas principales son el contacto con agentes carcinógenos físicos, como la radiación ultravioleta, sustancias del tabaco, o algunas bacterias o virus oncogénicos.
Qué podemos hacer para prevenir estas enfermedades
Si bien no podemos evitar el envejecimiento, podemos adoptar medidas para reducir el riesgo de desarrollar estas enfermedades y mejorar nuestra calidad de vida. Algunas recomendaciones clave incluyen:
- Alimentación saludable. Una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y granos integrales es fundamental para mantener un corazón sano y un sistema inmunológico fuerte.
- Actividad física regular. El ejercicio regular ayuda a controlar el peso, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejora la salud mental.
- No fumar. El tabaquismo es un factor de riesgo importante para el cáncer de pulmón, las enfermedades cardiovasculares y otras afecciones.
- Controlar la presión arterial y los niveles de colesterol. Estas medidas son cruciales para prevenir enfermedades cardiovasculares.
- Vacunarse. Las vacunas nos protegen de enfermedades infecciosas prevenibles.
La importancia de la prevención
La prevención es la mejor arma contra las enfermedades. Al adoptar un estilo de vida saludable y siguiendo las recomendaciones de los profesionales de la salud podemos aumentar significativamente nuestras posibilidades de vivir una vida larga y saludable.
