Elegir alimentos frescos, naturales e hidratantes siempre es la mejor opción, incluso la recomendación de los médicos. Sin embargo, no todo lo saludable es apto para cualquier hora del día.
Un reconocido médico español, José Manuel Felices, advirtió en TikTok que consumir frutas como la sandía, el melón o el ananá antes de irse a dormir podría ser una mala idea si se busca un sueño reparador.
El especialista, que suma miles de seguidores en redes, explicó que estas frutas contienen un alto porcentaje de agua y tienen propiedades diuréticas. Eso significa que pueden aumentar la necesidad de orinar durante la noche, interrumpiendo los ciclos del sueño profundo.
“Lo que es bueno durante el día, no siempre es lo mejor antes de acostarse”, advirtió Felices.
Por qué el ananá es el más “traicionero” para el sueño
Aunque todas estas frutas refrescantes comparten el efecto hidratante, el ananá tiene una característica particular: contiene bromelina, una enzima con propiedades digestivas y antiinflamatorias que puede estimular el sistema nervioso.
Además, aunque también tiene triptófano (precursor de la melatonina, la hormona del sueño), la acción de la bromelina puede contrarrestar sus beneficios nocturnos. Por eso, el médico recomienda evitarla por la noche.

Cuándo es mejor comer sandía, melón o ananá
Los nutricionistas coinciden, lo ideal es consumir estas frutas por la mañana o a media tarde. Así, el cuerpo tiene tiempo suficiente para digerir el agua y los azúcares naturales sin que eso altere el descanso nocturno.
Felices no recomienda evitarlas, sino elegir el momento adecuado: “Una merienda con frutas frescas es perfecta. Pero si vas a dormir en una hora, optá por una infusión o algo que relaje tu sistema”, concluye.

6 pasos simples (y respaldados por la ciencia) para dormir mejor
Según los especialistas de la Mayo Clinic, una institución de salud de renombre mundial, reconocida por su excelencia en la práctica médica en los Estados Unidos, no todo está perdido. Adoptar algunas rutinas simples puede marcar la diferencia en la calidad del sueño.
- Respetar un horario de sueño. La constancia es clave. Acostarse y levantarse todos los días a la misma hora, incluso los fines de semana, ayuda a reforzar el ciclo natural del sueño. Los adultos necesitan al menos siete horas de descanso por noche, pero no más de ocho.
- Cuidar lo que se come y se bebe. Evitar comidas pesadas antes de dormir es fundamental. La cafeína, la nicotina y el alcohol también pueden interferir con el descanso. Sus efectos pueden durar horas y alterar los ciclos de sueño.
- Crear un ambiente adecuado para el descanso. Una habitación fresca, oscura y silenciosa es ideal para dormir bien. Apagar las pantallas al menos 30 minutos antes de acostarse también ayuda. Se pueden usar cortinas opacas, ventiladores o tapones para los oídos si hace falta.
- Limitar las siestas. Dormir siestas largas o demasiado tarde en el día puede dificultar el sueño nocturno. Lo recomendable es descansar no más de una hora, y hacerlo temprano. En el caso de quienes trabajan de noche, una siesta previa al turno puede ser útil.
- Hacer ejercicio con regularidad. La actividad física favorece el sueño profundo, pero es importante evitar hacerla justo antes de acostarse. Pasar tiempo al aire libre durante el día también tiene efectos positivos sobre el descanso.
- Manejar el estrés antes de dormir. Anotar las preocupaciones o practicar técnicas de relajación antes de dormir puede ayudar a liberar la mente. La meditación, la organización y aprender a delegar son estrategias efectivas para reducir la ansiedad nocturna.