La defensa de la enfermera Brenda Agüero cuestionó los montos “millonarios” de las demandas civiles (actualizadas) de las familias como eje de su argumentación en nueva jornada del juicio por la muerte de cinco bebés y otros ocho ataques intencionales en el hospital Materno Neonatal entre marzo y junio de 2022 en la ciudad de Córdoba
Lo hizo el abogado Juan Manuel Riveros, quien planteó dudas sobre las causas de algunos casos y deslizó que las víctimas pudieron haber cambiado sus relatos por interés económico. Esto disparó, a la salida de la sala, una respuesta muy dolida de las madres, quienes aseguraron que buscan la verdad.
Es claro que les corresponde el resarcimiento civil, en tanto resultan, al final del proceso, víctimas de ataques con consecuencias de lesiones o muertes de sus hijos.
Alegato de Riveros: caso por caso, dudas en las declaraciones
Dirigiéndose al jurado, Riveros planteó enfáticamente: “díganme si ustedes no van a repensar su declaración por estos montos de dinero”.
El defensor argumentó que, según su análisis de los casos, existe una relación entre el monto reclamado y la similitud del testimonio actual con las primeras declaraciones. Expresó: “Mientras más baja la demanda, más se parece a la declaración original”.

Uno de los puntos centrales cuestionados es el análisis de los valores de potasio en determinaciones postmortem. Se enfatizó que las muestras nunca fueron procesadas en servicios especializados en toxicología forense ni siquiera chequeadas por otros laboratorios.
Caso 1, Vela Uma Julieta Martinez: Riveros expuso que el médico Néstor Vain señaló en su declaración que “no tuvo una actuación de agentes externos que se la provoca sino es una situación de origen natural”. “¿Cómo puedo haber tratado cuando nunca toco a la niña?”, aseverando que “no hay ningún testigo ni prueba que Brenda haya tocado a la niña”.
Dijo que el monto inicial de la demanda era de $ 17 millones y actualizada es de $ 52 millones + honorarios 20% ($ 11 millones).
Caso 2, Francisco Calderón: el bebé fue encontrado por Raquel Gómez, una enfermera, en la sala de incubadoras y atendido por el Dr. Lynch. La Dra. Gómez Flores en su declaración dijo que un niño con marcada acidosis metabólica a las 2 horas de nacer presenta condiciones “casi incompatibles con la vida, posiblemente, a causa de enfermedades metabólicas congénitas”. Se destacó que este caso y el caso 2 son “dos casos completamente distintos”.
Monto de la demanda civil: $ 98 millones
Monto de la demanda civil actualizada $ 250 millones + honorarios 20% ($ 500 mil)
Caso 3, Benjamín Luna: La acusación señala un supuesto suministro de una sustancia no determinada e incompatible con la vida. Sin embargo, el Dr. Vain y la Dra. Gómez Flores indicaron que con potasio y glucemia normales, no se puede descartar que la muerte haya sido una historia natural.
La Dra. Gómez Flores sostuvo que “No se puede descartar lo infectológico o lo metabólico”. Riveros reafirmó que el médico no descarta que estén “frente a algo natural” y que “Se dijo que no se puede establecer la causa de muerte”.
Monto de la demanda civil: $ 98 millones
Monto de la demanda civil actualizada $ 250 millones + honorarios 20% ($ 500 mil)

Caso 9, Ibrahim Benitez Guardia: la situación reportada por su madre fue de un colapso súbito e inexplicable. Según su testimonio, aproximadamente a las 20, dejó a su bebé durmiendo de costado con la cabecita levantada mientras ella se higienizaba en el baño. Tan sólo cinco minutos después, al regresar, encontró al niño con los labios morados y sin respirar.
Riveros declaró que no se pudo establecer ninguna causa para el deceso. Describió la muerte como un “colapso neonatal”. Se cuestiona qué paso en un lapso de 30 minutos en los que la madre estaba en el baño y una compañera de habitación afirmó que nadie más ingresó.
Monto de la demanda civil: $ 33 millones
Monto de la demanda civil actualizada $ 70 millones
Caso 10, Angeline Giselle Cornelio Rojas: en este expediente, la acusación sostenía que se le habría suministrado al neonato “dosis de potasio no compatibles con la vida”. La forma en que presuntamente se administró el potasio no fue precisada durante la instrucción del caso, aunque se mencionaba presumiblemente mediante una inyección no endovenosa. Sin embargo, según el defensor de la enfermera, “no se demostró la acusación”.
Monto de la demanda civil: $ 98 millones
Monto de la demanda civil actualizada $ 220 millones + 20% de honorarios ( $ 45 millones)
Caso 11, Melody Luz Molina: La situación de la bebé presentó una descompensación a las 23:10 del día en que nació. La causa de muerte inicial fue reportada como insuficiencia cardiorrespiratoria. Sin embargo, una autopsia posterior determinó que el fallecimiento se debió a un paro cardíaco a causa de bradicardia extrema, que a su vez fue provocada por hiperpotasemia extrema. Según los documentos, no existía registro de potasio ni glucemia en vida de la paciente. La autopsia también reveló, el síndrome de aspiración meconial, hemorragia adrenal medular, desprendimiento del epitelio respiratorio y congestión visceral generalizada.
Riveros, se plantea la pregunta: ”Acaso todos los enfermeros estaban atentando contra Brenda“. Riveros también insta a examinar la documentación clínica y las conductas de las madres, afirmando que ”Sigan las historias clínicas, sigan las conductas de las madres y se darán cuenta que no estamos hablando de ninguna actividad deliberada de Brenda“.
Caso 4, Francesca Abregú Bustamante: se señaló que Brenda Agüero participó en el historial clínico de Francesca recién a las 6:40 AM. Poco después, a las 7 de la mañana, Agüero avisó que había un problema respiratorio en la bebé. Riveros expresó que “los motivos de la acusación siempre es la misma”.
Particularmente sobre el caso de Francesca, el defensor hizo un comentario sobre las partes involucradas en la demanda, indicando que “hay una demanda de los padres y de los tíos; parece el Quini 6”.
Monto de la demanda civil: $ 111 millones
Monto de la demanda civil actualizada $ 450 millones
Caso 5, Luna Carolina Hermosilla: Riveros afirmó que existe una “literalidad de los médicos” que debe considerarse, pero puso especial énfasis en resaltar las discrepancias en el testimonio de la madre. Según el defensor, lo declarado por la madre en la sala de juicio es “completamente contradictorio” con lo que había manifestado en 2022. La propia madre habría dicho en este juicio: “Yo no dije tantas cosas en aquel momento”.
El abogado mencionó el relato sobre la entrada y salida de una enfermera y la posterior condición de la bebé. Además, sostuvo que la afirmación de que Brenda sacó al niño por 20 minutos “nunca existió” porque, según él, no fue mencionado en aquel momento (2022). La defensa argumentó que el “relato original” de los hechos cambió. Inicialmente, según Riveros, el relato era distinto. “Cuando vino acá ya era en otro lugar y la enfermera ya era Brenda”.
El abogado también hizo una observación sobre la diferencia entre declarar en 2022 “de forma imparcial a $ 80 millones con el precio actualizado”, comparándolo con la situación actual.
Monto de la demanda civil: $ 34 millones
Monto de la demanda civil actualizada $ 80 millones
Caso 6, Isabella Victoria Farías: según la acusación original, se habría procedido a inyectar, en la región del miembro inferior izquierdo (muslo y glúteo), dosis de potasio u otra sustancia no compatible con la vida. Sin embargo, Riveros sugiere que la acusación principal no fue demostrada. Dentro de los puntos clave presentados, se señaló categóricamente que “Este bebé no tuvo acceso de potasio”, contradiciendo directamente parte del señalamiento inicial.
Se menciona la declaración de la madre de la bebé, quien dijo que su hija “pegó el grito”. Esta observación fue contrapuesta con la afirmación de que “todos los bebés gritan y lloran”, sugiriendo que el llanto podría no ser un indicio concluyente del acto acusado. Además, se cuestionó: “Es imposible que nadie haya visto el pinchazo; 3 personas en la sala y ¿nadie lo vio?”, poniendo en entredicho la versión de los hechos implicada en la acusación.
Caso 7, Gino Herrera: el abogado afirmó que “Este niño no corrió riesgo de vida”. Adicionalmente, minimizó la gravedad de un hecho específico, señalando que “Si este hecho es un delito, no es tentativa de homicidio son lesiones leves”. Una figura central mencionada es Brenda, de quien se asegura enfáticamente que “ella no participó y no tuvo ninguna acción en lo que fue el pinchazo de la bebé”. Esta declaración busca desvincular completamente a Brenda del hecho específico del “pinchazo de la bebé”.
Monto de la demanda civil: $ 128 millones
Monto de la demanda civil actualizada $ 280 millones + 20% honorarios
Caso 8 y 12, de Juniors Efraín Leiva y Melody Eleonora Torres: según la acusación, esta administración habría sido de un modo no precisado aún, pero presumiblemente de manera exógena mediante una inyección no endovenosa.
En el caso de Juniors, la madre declaró “no vi a nadie colocarle nada” y afirmó que “el bebé siempre estuvo con ella”. Se mencionó que el monto de la demanda en este caso es “mucho más bajo que los anteriores”, lo que, según una interpretación, podría significar que “Mientras más baja la demanda, más se parece a la declaración original”.
El abogado Riveros, refiriéndose a la posibilidad de niveles altos de insulina, explicó que “cuando las madres son diabéticas gestacionales el niño trabaja para lo dos, por lo que cuando sale generan estos picos de insulina”.
“Para que estos bebés hayan tenido que llegar al nivel de insulina por día le tendrían que haber puesto tres jeringas en un niño que pesa 3 kilos, representa 1 kilo de su peso”.
En cuanto al caso de Melody, se describe como un caso de hipoglucemia. La madre, Ludmila Torres, compartió detalles de su parto. Ella fue consultada específicamente “en qué momento Brenda Agüero inyectó esta jeringa llena”, a lo que respondió “en ningún momento”.
Las conclusiones de los montos millonarios de las denuncias
Durante su exposición, Riveros deslizó una posible influencia económica externa en los testimonios al referirse a las cifras millonarias en juego.
La defensa de este viernes planteó que el hecho de que no se encuentre la causa de muerte, sea desconocida o idiopática, “no quiere decir que haya un delito”.
Argumentó que “no se puede probar que haya sido homicidio o que Brenda Agüero haya participado de esta muerte” en al menos un caso. El abogado Riveros expresó desconcierto: “No sabemos cómo se llega a esta conclusión” y “se ve que la fiscalía entendió otra cosa”.
“Un nivel de bajeza inesperado”
En diálogo con La Voz, Cáceres expresó su profundo dolor ante los argumentos expuestos por Riveros, integrante de la defensa de Agüero.
Manifestó que, aunque ya esperan “cualquier cosa de esta gente”, lo escuchado la sigue sorprendiendo. Señaló que el alegato “de un nivel de bajeza” que no puede creer. Particularmente hiriente resultó el cuestionamiento al dolor de las madres y las demandas económicas. Según Cáceres, el defensor puso en duda su sufrimiento al decir: “las madres se sentaban acá a llorar por esto, por la plata”.
“Es que nosotros ¿no estamos duelando acaso? ¿Nosotros no perdimos un hijo?”, cuestionó con la voz quebrada. Para Cáceres, esta afirmación superó todos los límites y constituye una “falta de respeto hacia el dolor”. Recordó que al inicio del juicio, la defensa había intentado culpar a las propias madres, algo que les costó mucho superar, a pesar de que ya quedó demostrado que no son ellas las responsables.
La madre reconoció que esperaba que se mencionan las demandas civiles, ya que “todo el mundo sabe que es un juicio penal y económico”. Sin embargo, meterlo “en una bolsa en la que nos sentamos a llorar por la plata” le pareció inaceptable.
Cáceres también compartió su propia experiencia para ilustrar el inmenso dolor que enfrentan las madres. Contó que ella es una de las que no hizo la denuncia ni autorizó la autopsia de su bebé debido al dolor que implicaba. “Yo tenía que salir de esa cesárea cocida, volver pegarme un baño e ir a enterrar a mi hijo. Y me decían que a lo mejor no se sabía”, relató, explicando la falta de energía que tenía en ese momento para una autopsia.
La madre enfatizó que “bajo ninguna circunstancia pensás que en un lugar donde vos vas a dar vida te terminan matando a tu hijo”. Atribuyó la situación actual, que las obliga a estar sentadas en un juicio, a todo el accionar de la defensa y a lo que no se hizo.
Cáceres lamentó la carencia de “humanidad” que, según ella, faltó desde el primer día del juicio, no sólo por parte de los abogados, sino también de los funcionarios. “¿Hasta cuándo nos van a hacer pagar dolor a nosotros, que venimos soportando todo esto y tenemos que seguir aguantando estas cosas?”, concluyó.