Hasta ahora, muchos pensaban que los bebés solamente podían aprender palabras si tenían los objetos delante. Pero un nuevo estudio de las universidades de Northwestern y Harvard, publicado en Plos One, rompió esa creencia.
Los bebés de 15 meses son capaces de captar el significado de palabras nuevas, incluso si el objeto no está presente.
La investigación, liderada por la psicóloga Sandra Waxman, mostró que los pequeños pueden usar las pistas del contexto conversacional para comenzar a formar una idea del significado de nuevas palabras.
El experimento: frutas ocultas y palabras nuevas
Para llegar a esta conclusión, los investigadores trabajaron con 134 bebés de 12 y 15 meses. El experimento tuvo tres fases:
- Asociación visible: Les mostraron palabras conocidas junto a sus imágenes (como “manzana” o “banana”).
- Palabra sin objeto: Luego, escucharon palabras nuevas mientras el objeto estaba oculto (por ejemplo, “kumquat”, una fruta poco común).
- Elección de objetos: Finalmente, vieron dos objetos nuevos y se les preguntó cuál correspondía a la palabra que habían oído.
Los bebés de 15 meses lograron identificar el objeto correcto más veces de lo que sería por azar. En cambio, los de 12 meses todavía no mostraron esa capacidad.
El poder del lenguaje antes del habla
Sandra Waxman explicó que este hallazgo demuestra que incluso los bebés que apenas empiezan a hablar ya están absorbiendo mucho más del lenguaje que escuchan. No necesitan ver algo para empezar a construir una representación mental de su significado.
Así, el estudio revela que a partir de los 15 meses, los bebés pueden usar el lenguaje como herramienta para formar ideas sobre objetos y conceptos que nunca han visto directamente.
Una nueva mirada sobre el desarrollo cognitivo temprano
Estos resultados ofrecen una perspectiva fresca sobre los orígenes de la capacidad humana para aprender más allá de lo que se percibe directamente. Además, destacan la importancia de hablarles a los bebés, leerles libros y sumarlos a conversaciones, aunque parezca que todavía no entienden todo.
El contexto lingüístico que los rodea es, desde muy temprano, una fuente poderosa de aprendizaje.