Si bien está claro que los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la diabetes tipo 2, la obesidad, la hipertensión arterial y el tabaquismo, están asociados con un mayor riesgo de desarrollar demencia, lo que no está claro es cuándo podría ser el mejor momento para intervenir con el tratamiento adecuado para evitar la neurodegeneración asociada y si ese momento podría diferir entre sexos.
Para investigar más a fondo esta cuestión, investigadores del Departamento de Ciencias del Cerebro del Imperial College London en Reino Unido se basaron en 34.425 participantes, todos ellos con escáneres abdominales y cerebrales. Su edad media era de 63 años, pero variaba entre 45 y 82.
Los hallazgos del estudio sugieren que los hombres con factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluida la obesidad, enfrentan un deterioro de la salud cerebral una década antes (desde los 55 hasta los 70 años) que las mujeres con afecciones similares que son más susceptibles desde los 60 hasta los 70 años.
Factores de riesgo en mayores de 55 años que aumentan el riesgo de deterioro cognitivo
El análisis de los datos mostró que niveles más altos de grasa abdominal y tejido adiposo visceral se asociaron con un menor volumen de materia gris cerebral tanto en hombres como en mujeres. Los datos revelaron que la influencia más fuerte del riesgo cardiovascular y la obesidad en la neurodegeneración cerebral se produjo una década antes en los hombres que en las mujeres y se mantuvo durante dos décadas.
Los efectos también fueron más fuertes en los hombres que en las mujeres. Los hombres fueron más susceptibles a los efectos dañinos entre las edades de 55 y 74 años, mientras que las mujeres fueron más susceptibles entre las edades de 65 y 74 años.
El alto riesgo cardiovascular y la obesidad predisponen a una pérdida gradual del volumen cerebral a lo largo de varias décadas, que se produce en una curva en forma de campana a lo largo del tiempo, con una susceptibilidad menor en edades más jóvenes (menores de 55 años) y mayores (75 años o más), aunque hubo relativamente pocos participantes de ambos sexos en estos grupos de edad, señalan los investigadores.
Las regiones más vulnerables del cerebro fueron los lóbulos temporales, ubicados en la corteza cerebral, la superficie externa del cerebro. Estas regiones están involucradas en el procesamiento de la información auditiva, visual y emocional, y en la memoria, regiones que se ven afectadas en las primeras etapas del desarrollo de la demencia.
“El impacto perjudicial del riesgo cardiovascular se extendió a todas las regiones corticales, lo que pone de relieve cómo el riesgo cardiovascular puede perjudicar una variedad de funciones cognitivas”, señalaron los investigadores.