Un estudio realizado por la Universidad de Hallym en Seúl, Corea del Sur, y publicado en la revista Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry, reveló que las personas con niveles bajos de colesterol LDL, también conocido como “colesterol malo”, presentan un menor riesgo de desarrollar demencia, incluida la relacionada con la enfermedad de Alzheimer.
Según los investigadores, los pacientes con niveles sanguíneos de colesterol LDL inferiores a 1,8 mmol/L (<70 mg/dL) experimentaron una reducción del 26% en el riesgo de demencia por cualquier causa y un 28% en el caso de la demencia por Alzheimer.
Hasta qué punto reducir el colesterol LDL es beneficioso
El estudio también analizó los efectos de niveles extremadamente bajos de colesterol LDL. Se observó que cuando estos descendían por debajo de 0,8 mmol/L (<30 mg/dL), la protección contra la demencia desaparecía. Esto sugiere que existe un umbral a partir del cual reducir el colesterol no aporta beneficios adicionales en términos de prevención del deterioro cognitivo.
Otro hallazgo clave del estudio es el efecto protector de las estatinas. En personas con niveles de colesterol LDL inferiores a 1,8 mmol/L (<70 mg/dL), el uso de estos medicamentos se asoció con una reducción del 13% en el riesgo de demencia por todas las causas y un 12% en la demencia relacionada con el Alzheimer.
Aunque los resultados son prometedores, los investigadores advierten que se trata de un estudio observacional, por lo que no se pueden establecer relaciones de causa y efecto definitivas. Además, señalan algunas limitaciones, como posibles factores de confusión no medidos y diferencias en la precisión diagnóstica entre hospitales.
Mantener niveles bajos de colesterol LDL podría ser una estrategia clave para reducir el riesgo de demencia, especialmente cuando se combina con el uso de estatinas. Sin embargo, aún se requieren más investigaciones para determinar el umbral exacto en el que estos beneficios dejan de ser efectivos.