Una investigación presentada en la Conferencia Internacional ATS 2025, en San Francisco, descubrió que la exposición a la contaminación del aire durante el embarazo puede tener efectos duraderos sobre la salud respiratoria de los hijos en la adultez.
Aunque ya se sabía que la contaminación del aire está relacionada con el desarrollo de asma infantil, este nuevo trabajo en modelos animales aporta evidencia sobre cómo ese daño puede estar mediado por mecanismos epigenéticos: modificaciones moleculares que alteran la expresión genética sin cambiar el ADN en sí.
El estudio fue realizado por científicos de la Universidad de Tecnología de Sidney y del Instituto Woolcock de Investigación Médica.
Una herencia inesperada: pulmones más reactivos y genes alterados
El estudio se realizó con ratones, cuyas madres fueron expuestas durante el embarazo a partículas contaminantes del aire o a una solución inocua. Las crías, ya en la adultez, mostraron diferencias notables: aquellas cuyas madres habían respirado aire contaminado desarrollaron síntomas de asma más severos, con una mayor constricción de las vías respiratorias frente a los alérgenos.
Además, los investigadores detectaron que miles de genes en los pulmones de estas crías funcionaban de forma distinta. Específicamente observaron alteraciones en la metilación del ADN, una marca epigenética que regula cómo se activan o desactivan los genes relacionados con la función pulmonar y la respuesta inmune.
La contaminación afecta más allá de lo visible
“Esto sugiere un ‘efecto de memoria epigenética’ de la exposición prenatal a la contaminación del aire, que persiste hasta la adultez y puede predisponer a enfermedades respiratorias como el asma”, explicó la doctora Razia Zakarya, integrante del Grupo de Epigenética de Enfermedades Crónicas del Instituto Woolcock.
Un dato que alarma: los niveles de contaminación utilizados en el estudio se ajustaban a los estándares considerados seguros por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto pone en debate la necesidad de revisar los límites establecidos para la calidad del aire, especialmente en relación con mujeres embarazadas.
Estudios en humanos y estrategias para revertir el daño
El equipo investigador planea continuar sus estudios para analizar si los mismos efectos epigenéticos se observan en humanos. También explorarán formas de mitigar o revertir estos cambios, lo que podría abrir nuevas puertas en la prevención del asma y otras enfermedades crónicas originadas en etapas tempranas de la vida.
Este tipo de hallazgos refuerzan la importancia de implementar políticas públicas que garanticen aire limpio, especialmente para las poblaciones más vulnerables. Cuidar el ambiente durante el embarazo no solo protege a quien gesta, sino también a las generaciones futuras.