Especialistas de organismos multilaterales, autoridades educativas y referentes de la sociedad civil destacaron el consenso alcanzado en Argentina para ubicar la alfabetización inicial en el centro de la agenda educativa. Fue durante el Encuentro Regional 2025 del Movimiento por la Comprensión Lectora, que reúne a colectivos de la sociedad civil de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, que actúan con independencia partidaria para impulsar políticas de comprensión lectora como prioridad educativa en cada uno de sus países. En total, el Movimiento ya está integrado por más de 400 organizaciones pero permanece abierto a que otras instituciones de América Latina y el Caribe se sumen al esfuerzo.
El evento contó con la participación de autoridades de distintos países como Nicolás Cataldo (ministro de Educación de Chile), Gilda Alcívar (ministra de Educación de Ecuador), Pablo Caggiani (director de la ANEP de Uruguay), José Thomas (secretario General del Consejo Federal de Educación de Argentina) y Kátia Cruz Schweickardt (secretaria de Educación Básica de Brasil). También con autoridades a nivel sub-nacional, entre las que se destacaron el gobernador de la provincia de Chaco, Leandro Zdero, y el gobernador del estado de Goias (Brasil), Ronaldo Caiado. La pluralidad de los oradores dio cuenta de que la alfabetización se está posicionando como una prioridad en la región, más allá de diferencias políticas.
El diagnóstico regional planteado durante el encuentro mostró que casi la mitad de los estudiantes latinoamericanos no alcanza los niveles mínimos de comprensión lectora, según la evaluación ERCE de UNESCO. Esta situación motivó la puesta en marcha, en 2023, de la Campaña Nacional por la Alfabetización, impulsada por 200 organizaciones de la sociedad civil. Diversos especialistas y referentes internacionales destacaron el consenso logrado en Argentina en torno a la prioridad de este tema, que se expresó en el Compromiso Federal por la Alfabetización y en los planes de alfabetización de las 24 jurisdicciones y de la Nación, presentados en mayo de 2024.
Jaime Saavedra, director de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, advirtió que la región enfrenta un “problema gravísimo”: casi la mitad de los estudiantes no logran niveles básicos de comprensión en tercer grado, una situación que compromete su trayectoria escolar. “Tenemos una obligación moral con darle esa competencia fundamental a los chicos”, remarcó, y sostuvo que Argentina constituye un ejemplo del papel de la sociedad civil en instalar la alfabetización como prioridad pública. Destacó especialmente la experiencia de Argentinos por la Educación, que logró “poner en el debate político, utilizar datos y comprometer a todos los partidos políticos” para priorizar la lectura como política educativa central.
Durante una entrevista dedicada a los avances regionales, Mercedes Mateo, jefa de la División de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), sostuvo que la evidencia contradice la idea de que las reformas educativas tardan décadas en mostrar resultados. “Hay países, estados y municipios en la región que han logrado demostrar que sí se puede, y se puede en un plazo relativamente corto”, afirmó. Mateo también mencionó el caso de la política educativa argentina resaltando el rol del monitoreo y la evaluación de aprendizajes.
Valtencir Mendes, jefe de Educación para América Latina y el Caribe de UNESCO, celebró que el movimiento por la comprensión lectora articule evidencia científica, colaboración multisectorial y acciones concretas en países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú. En el mismo sentido, Miriam Preckler, directora de educación de CAF, Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe señaló “tenemos la oportunidad de consolidar una agenda compartida en donde se refuerce la idea de que la alfabetización y la lectura no son un asunto nacional o local sino objeto estratégico compartido para toda América Latina y el Caribe”.
En cuanto a las voces locales, José Thomas, secretario del Consejo Federal de Educación, subrayó que “hoy en la Argentina, gracias a un impulso de la gestión nacional y a una consolidación de datos muy fuerte, estamos todos hablando en el mismo idioma, con metas claras de corto, mediano y largo plazo”, afirmó Juan Ignacio Ustárroz, intendente del municipio de Mercedes, Provincia de Buenos Aires, aportó: “en un mundo con tanta polarización, para desandar el camino tenemos que fortalecer el camino de la educación, del entendimiento, del diálogo, del conflicto bien resuelto”.
Una de las voces que más interés despertó fue la de Ben Piper, director del programa de educación global de la Fundación Gates. En un panel con Ignacio Ibarzábal, director de Argentinos por la Educación, remarcó la importancia de movilizar la voluntad política en los países. “Este es un desafío que no es fácil de resolver, pero sabemos cómo hacerlo”, recalcó Piper, quien cuenta con amplia experiencia en la mejora de aprendizajes fundacionales en África. Por su parte, Ibarzábal, destacó que ese compromiso comienza a mostrarse de manera cada vez más clara en distintos países de la región.
A su vez, referentes educativos de alcance regional y global, junto a docentes y directivos de distintos países, compartieron aprendizajes sobre la implementación de políticas de alfabetización a gran escala y el rol clave de la evidencia para lograr mejoras sostenidas, incluso en contextos diversos y complejos. Entre otros, se pueden destacar las figuras de Andreas Schleicher (OCDE), David Saad (Instituto Natura), Rukmini Banerji (Pratham), Veveu Arruda (ex-alcalde de Sobral en Brasil), Emiliana Vegas (Harvard), Martín Benavides (IIPE Unesco), Javier González (SUMMA) y Janice Jackson (Aspen Institute).
Para Argentina, los referentes remarcaron que el compromiso federal alcanzado constituye un avance significativo, aunque advirtieron que las mejoras sostenidas dependen de mantener la coherencia entre la evidencia, las políticas y la implementación cotidiana en las escuelas. El desafío, coincidieron los expertos, es convertir ese consenso en resultados medibles que garanticen que todos los niños aprendan a leer y comprender a tiempo.

























