La falla multiorgánica, técnicamente denominada síndrome de disfunción multiorgánica (SDMO), es una emergencia médica grave. Se define como la disfunción progresiva de dos o más sistemas de órganos vitales que dejan de funcionar adecuadamente.
Este cuadro no constituye una enfermedad por sí misma, sino que es una respuesta patológica secundaria a una agresión inicial. Esta agresión puede ser una infección severa (sepsis), un traumatismo grave o quemaduras extensas.
Impacto en los sistemas vitales
Cuando el organismo activa una respuesta inflamatoria sistémica descontrolada, se genera un daño en cascada. Esta situación compromete funciones esenciales del corazón, pulmones, riñones, hígado y cerebro.
Las complicaciones más frecuentes incluyen insuficiencia respiratoria, que suele requerir ventilación mecánica, y fallos renales que obligan a realizar diálisis. También puede presentarse coagulación intravascular diseminada (CID), lo que aumenta el riesgo de hemorragias.
La mortalidad en estos casos es elevada y depende del número de órganos afectados. Estudios médicos señalan que si fallan tres o más órganos por más de 48 horas, el riesgo de muerte puede superar el 90%.
Tratamiento y soporte en terapia intensiva
El ingreso inmediato en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) es indispensable para la supervivencia. El tratamiento se enfoca en tratar la causa subyacente y brindar soporte vital para suplir las funciones que los órganos no pueden realizar.
El manejo médico incluye el uso de fármacos vasoactivos para mantener la presión arterial y la perfusión de los órganos. Además, el soporte nutricional es clave: se prioriza una dieta hiperproteica para modular la degradación del músculo corporal.
Principales síntomas
- Respiratorio: taquipnea, dificultad extrema para oxigenar la sangre e infiltrados pulmonares (SDRA).
- Cardiovascular: frecuencia cardíaca elevada (taquicardia) y shock.
- Neurológico: alteración del estado mental, confusión, delirio o coma.
- Renal: disminución drástica de la orina y aumento de creatinina sérica.
- Hepático: coloración amarillenta y elevación de bilirrubina y enzimas hepáticas.
- Hematológico: descenso de plaquetas y coagulación intravascular diseminada (CID), con riesgo de coágulos y hemorragias simultáneas.
- General: fiebre (>38.5°C) o hipotermia (<36°C), y debilidad muscular extrema.
