Dos niños de nueve y cinco años de edad se quedaron de repente sin madre y sin padre, tras un traumático episodio de violencia de género en el que el hombre ejecutó a la mujer utilizando dos armas de fuego, para luego quitarse la vida por la misma vía.
Una dramática situación que enmudeció al centro de Villa María luego de las estampidas de los disparos efectuados dentro de una vivienda interna de calle Jujuy 1468, aproximadamente a las 18.30 de este viernes 29 de noviembre.
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Dentro de esa casa había una decena de armas automáticas y una gran cantidad de municiones. Este arsenal de gran potencia era propiedad del hombre, quien sería instructor de tiro, además de propietario de un comercio.
La víctima fue identificada oficialmente como Cecilia Andrea Ermácora, de 40 años de edad, en tanto que el hombre se llamaba Martín Jorge Ferreras, de 43 años. La pareja llevaba unos 15 años junta, aunque en las últimas semanas ella se habría retirado del hogar, con los niños, para irse a vivir a la casa de su hermana, situada a pocos metros de distancia.
Sin embargo, según pudo saberse de las primeras versiones de dieron allegados a la mujer a la Policía, en la tarde del viernes ella habría vuelto provisoriamente a la vivienda, con los niños, aparentemente para bañarse y retirar algunos elementos.
Fue en ese momento, cuando él también regresó al domicilio en el que todavía vivía, donde se habría desencadenado el lamentable episodio.
Previo al violento desenlace, el hombre procuró evitar que los niños fueron testigos directos del hecho, y los retiró hacia afuera de la vivienda. Se cree que la mujer intentó huir o defenderse, y probablemente hubo un forcejeo de parte del hombre. En el suelo se encontraron mechones de pelo, que serían de ella.
Tres disparos contra la víctima
La autopsia reveló que la víctima recibió dos impactos de escopeta por la espalda y al menos un disparo de pistola calibre 9 milímetros en la cabeza. Luego, con la misma escopeta, el hombre se quitó la vida, disparándose en el rostro.
No hay registros judiciales de denuncias previas por violencia de género y el fatídico desenlace probablemente no estaba en la mente de nadie.
Casi de inmediato de ocurrido el hecho, intervino un gendarme que escuchó los gritos de pedido de auxilio de parte de los niños, e ingresó a la vivienda tras romper la puerta de ingreso. Se encontró con los dos cuerpos sin vida y sin que pudiera hacerse nada más que dar aviso a la Policía. Lo inmediato fue poner los niños a resguardo, quienes se quedaban con la hermana de la víctima.
En este sentido, el municipio informó que puso a disposición el gabinete psicológico y todo el equipo de Infancias para brindar la contención y el acompañamiento necesario.
Gran cantidad de armas y municiones
Una vez que tomaron participación en el caso la División Investigaciones de la Departamental San Martín de la Policía de Córdoba y la fiscalía de Instrucción Tercer Turno a cargo de René Bosio, pudieron revelarse más detalles del contexto.
Además de la escopeta automática calibre 12 y la pistola 9 milímetros utilizadas en el hecho, en living de la casa, expuestas a la vista, había unas ocho armas más. Dentro de la vivienda, tras revisar las habitaciones, los policías se dieron con gran cantidad de proyectiles y de municiones.
Todas estas armas fueron secuestradas y enviadas a la Policía Judicial de Córdoba para ser peritadas y establecer su procedencia y si estaban legalizadas y a nombre de su poseedor.
En el lugar se hizo presente el Gabinete Criminalístico de Policía Judicial, a cargo de Ariel Fuentes, para llevar a cabo el relevamiento científico de la escena con fotos y croquis, previo al levantamiento de los cuerpos.
Este sábado por la mañana todavía no se había dispuesto la toma de testimonios de familiares debido al impacto que el hecho generó en toda la comunidad, pero especialmente en el círculo más cercano a la pareja.
La fiscalía actuante ordenó la autopsia de los cuerpos para establecer científicamente detalles de lo ocurrido, en tanto que avanzará en testimonios a medida que las circunstancias lo permitan. También se dio participación a la Justicia de Menores para que intervenga en cuanto a la protección de los niños de 9 y 5 años que sobrevivieron a este lamentable hecho de violencia de género.