Córdoba viene atravesando un septiembre complejo en materia de riesgos de incendios, pero con resultados hasta ahora alentadores.
Se sabía desde hace meses que septiembre marcaría el pico de riesgos, por las condiciones climáticas.
Efectivamente, es el mes con más días de baja humedad, aumento de temperaturas y, sobre todo, de jornadas de intenso viento: un combo muy complicado.
Este jueves también estaba marcado como de “riesgo extremo”, y aunque hubo decenas de inicios de fuego en todo el mapa provincial, pocos requirieron de más de un cuartel de bomberos voluntarios para ser controlados. Y ninguno se expandió en superficie.
Entre los que generaron la necesidad de sumar refuerzos se contó un foco en Villa General Belgrano (Calamuchita) y otro en Serrezuela (departamento Cruz del Eje), pero ambos fueron contenidos tras un par de horas de tareas.
Hasta en los cuarteles y en los despachos del Plan Provincial de Manejo del Fuego se admitía algún asombro por la escasa incidencia, a pesar de las muy adversas condiciones. Varios marcaron la relevancia de detectar temprano y llegar rápido a los inicios.
En la última década, más que antes, se viene observando que los incendios no contenidos en las primeras horas se tornan luego muy difíciles de controlar y registran fuertes avances, hasta que recién un cambio más favorable del clima colabore en su extinción.
El mismo riesgo extremo, por presencia de vientos, está anunciado para este viernes. Para el sábado se pronostica una baja marcada en la temperatura, por la entrada de un frente frío, pero con presencia de un intenso viento sur.
Cómo viene 2025
En lo que va de 2025 no se cuentan aún casos de megaincendios en la provincia. De todos modos, el estado de alerta se mantiene alto casi hasta el cierre del año.
En lo que va de 2025, en el primer semestre (de enero a junio) se quemaron 2.700 hectáreas en la provincia: una superficie algo menor a la que suele darse en el semestre de menor incidencia de fuego.
Desde julio a ahora, aún sin relevamientos oficiales, la suma no superaría por mucho esa cifra: ha habido muchos más focos en estos meses pero ninguno de magnitud.
Si esta situación logra sostenerse, puede que 2025 pueda contarse entre los años más benévolos en materia de impacto del fuego en Córdoba en la última década.
Córdoba viene de cinco años seguidos de incendios muy complejos, que se ubican entre los peores de las últimas décadas. El año 2024 terminó con 103 mil hectáreas quemadas; en 2023 fueron 41.300; en 2022 se contaron 82 mil; en 2021 habían sido 65.700 y en 2020 se anotó la cifra récord de 341 mil hectáreas hechas humo.
En cambio, entre los años de menor impacto se recuerdan, en las última década, las 11 mil hectáreas quemadas de 2014, las 19 mil reportadas en 2015 y las 10 mil de 2016.