Giselle Della Mea es uruguaya, pero conoce mucho Argentina. Con su empresa 3 Vectores tiene trabajos en toda la región, en particular en el país. De un estilo colaborativo y de crear redes, se vincula con múltiples socios locales en grandes proyectos que buscan que la sostenibilidad se imbrique en el ADN de las empresas y de las organizaciones. Seleccionada por The Economist como “changemaker”, una “agente de cambio que tiene el potencial de transformarse en figura influyente en las próximas décadas, estuvo en la Conferencia Climática Internacional que se hizo la semana pasada en Córdoba y en ese marco, dialogó con La Voz.
En la charla, dijo que no existe el negacionismo en las poblaciones: los jóvenes están buscando cómo sobrevivir al colapso del mundo y las empresas, cómo adaptarse para no perder sus negocios por el agotamiento de recursos.
-¿Cómo es que desde el diseño pasas a procesos, a repensar los modelos de negocio y a hacer el clic hacia la sostenibilidad?
Bueno, lo que me dí cuenta era que cualquier persona venía a pedir un encargo de diseño al inicio de un emprendimiento. Y ese es el momento en que uno está tomando la mayor cantidad de decisiones. Yo me daba cuenta que una vez que tenían el dibujito, lo estético, lo funcional o la forma, de una manera el valor que yo le estaba dando era mucho más que aquello, que la cosa en sí misma que la entrega. ¿Por qué? Porque yo le estaba haciendo un proceso de inducción de lo que quería. Muchas veces venían diciendo, quiero hacer algo, quiero emprender, no sé cómo, más o menos tengo unas ideas, pero no sabían cómo bajarlo, cómo aterrizarlo. Entonces ahí dije, wow, el diseño es un proceso de inducción que te genera la creación de un prototipo, y después del prototipo pasa hasta la realidad.
Y entonces desde el diseño empecé a trabajar sobre otras cosas, como procesos y modelos de negocio. Trabajé mucho en varias empresas de Argentina, porque viví allì 11 años y me empecé a meter luego en procesos industriales.
Cuando estudié modelos de negocio, ahí dije, ah, pero... entonces la forma que nosotros estamos creando modelos de negocio también es un proceso de diseño. Porque estamos creando propuestas de valor que tienen que ver con qué actividades, qué recursos, qué materiales, qué proveedores, estamos tomando un montón de decisiones que moldean y ponen en un paquete algo al mercado.
-En tu experiencia, ¿qué te ha resultado más fácil trabajar con, llamémosle, nativos circulares o nativos sustentables o empresas tradicionales con mucha antigüedad, que se da la cuenta que tienen que empezar a cambiar su forma por demandas de mercado o a veces por demandas internacionales de casas matrices y demás?
-Sin duda que las generaciones más jóvenes tienen esto mucho más incorporado, los emprendimientos nuevos todos quieren nacer por este lado. Hoy no me he encontrado con un emprendimiento que quiera nacer sin la pata sustentable. De hecho, nosotros transformamos una herramienta que se llama Canva para el diseño del modelo de negocio en un Canva sustentable ya en 2013.
Mercado y propuesta de valor, problema, propósito, métricas. Todo alineado con un idea sustentable. Que los acerca al propósito.
Ahora, cuando vos conocés una empresa establecida, incluso tenés problemas generacionales porque tenés al padre y al hijo, que es que quiere ir para acá, pero no sabe por dónde empezar, porque hay una barrera cultural. Imaginate que tenés una fábrica de 100 años, con un modelo de éxito que los ha llevado a tener un statu quo, eso es difìcil de porque no solo requiere inversión, sino que además requiere un país estable, mínimamente. Una cosa que yo le propongo a un cambio, un huayo donde la economía es estable y otra cosa es que eso te propongo un cambio en un país donde la inestabilidad es, todos los días no sé con qué mover a levantar.
-¿Estás hablando de nosotros?
- (se ríe). Sí, estoy hablando de la Argentina. Yo soy de Argentina, tengo nacionalidad argentina también, viví 11 años acá, y me doy cuenta que vos acá si encontrás una veta estable te quedas quietito. Porque necesitás un poco de paz y porque sabés que se te van a mover un montón de otras variables.
Entonces es mucho más difícil, pero en la medida que se den cuenta que en todo el mundo demanda viene por acá, van a empezar a innovar, porque creatividad acá en Argentina sobra.
-¿De qué manera es un activo suficiente de marca la sustentabilidad o sigue teniendo que justificar su implementación en recursos económicos, retornos económicos tangibles?
-Yo le digo sostenibilidad. Nosotros creemos que innovación y sostenibilidad son caras de la misma moneda, porque la innovación que buscás es mejorar la calidad de los productos, los servicios, mejorar la calidad de vida, y no hay calidad de vida posible con este nivel de residuos, presión sobre la finitud de recursos, etcétera.
Antes había que justificarlo mucho. Hoy se entiende que es una necesidad, porque si vos no estás incorporando la sostenibilidad de tu proceso, te quedas atrás en la innovación. Porque toda Europa viene por ese lado. Y toda China va a empezar en la medida que se lo exijan los mercados. No estoy hablando de pequeños productos, en productos industriales, que haya madera verde, hidrógeno verde, para bajar las emisiones del resto de los países, van a tener que incorporarlo dentro de la DNA de la innovación. Lo que creo es que hoy no se está viendo la sostenibilidad como una oportunidad de negocio también, además de como propósito.
-Todavía falta mucho, es decir, faltan muchas empresas que todavía no incorporan empresas, industrias, negocios de todo tipo, que todavía no incorporan esta mirada...
-Todavía falta mucho. Lo que más falta es el trabajo en las cadenas de valor. Los industriales, todos te dicen, yo la verdad que trato de valorizar todos los desperdicios de la industria, porque se recupera dinero. Porque si encima tengo que pagar una empresa para que venga y se llegue este residuo, prefiero valorizarlo y venderlo. ¿Qué industrial no te va a decir quiero vender este residuo? Ahí es donde muchos tienen que invertir, porque para transformar eso en un subproducto y venderlo también necesitas llegar el mercado.
Entonces, hay empresas que están valorizando la interna de ellos, tratando de disminuir residuos, pero lo que está faltando es la mirada de cadenas de valor. ¿Cómo hago una simbiosis con otros industriales? Hay que encontrar las redes de colaboración. Eso es cercanía, y eso es plantearse un territorio con mirada circular, como los parques industriales con mirada circular.
-Hay una frase que a mí me encanta, que dice que el mejor residuo es el que no se genera, que no se produce. ¿Se está trabajando fuerte en eso? ¿Vos estás trabajando fuertemente en eso en repensar los productos, los sin embalajes, o con el menor nivel de embalaje posible, sin desecho con el reúso de la segunda, tercera, cuarta vida ya previsto?
-Nosotros tenemos otra buena frase que es que nuestro mundo no es sostenible por errores de diseño. La basura es un error de diseño, un problema de tránsito en una ciudad es un error de diseño.Y así todo.
¿Por qué? Porque al mundo lo diseñamos nosotros. El planeta viene dado, pero el mundo es lo que construye la humanidad. Nosotros lo que tenemos que pensar es que todo lo que consumimos en la cotidiana, el teléfono, el shampoo, la pasta de dientes, todo, pero con la mirada de la sostenibilidad.
Y ahí es más importante pensar en la retornabilidad, antes que en el reciclaje, el refill, antes del reciclaje, y el producto como servicio, que es la clave. Porque a nadie le interesa ser dueño de un celular que a los dos años lo va a tirar a la basura, o que lo va a tener que regalar a un sobrino. A mí lo que me interesa es que el aparato funcione y vos podés pagar un monto anual que sea el mismo importe de comprarte uno, digamos, rentándolo, y que te lo recambien periódicamente. Entonces, si el celular es un servicio, va a volver siempre a la fábrica y se va a provocar la logística reversa y se va a poder rearmar. Lo que tenemos que entender es que todo el modelo económico está montado en que nosotros somos dueños de las cosas y que encima esas cosas tienen una obsolescencia programada que produce residuos.
Si nosotros cambiamos la mirada, la obsolescencia va a seguir estando porque en algún momento esto va a quedar obsoleto, pero si vos no sos dueño de los objetos, si tenemos un modelo de suscripción, como si fuera un Netflix, de la heladera,el lavarropas, los muebles, al fabricante siempre le vuelve el producto.
-A esto, ¿cómo creés que es la mejor forma de impulsarlo? ¿A través de las propias industrias, de los propios negocios, o se requiere de alguna intervención fuerte de regulación estatal al estilo de una responsabilidad de productor, de generador, que de alguna manera le dé el marco de obligatoriedad de avanzar en estos procesos?
-Bueno,en Uruguay ya tenemos la Responsabilidad Extendida del Productor (REP). Pero podemos pensar más allá. No le tengamos miedo en proponerle a un Samsung: “yo te servitizo”. Es la tendencia clara en un mundo en el que todos los negocios pasan a ser modelos de negocios más digitales.
Hoy hay una empresa que se llama Bandles en Holanda que servitiza lo que quieras: cafeteras, lavarropas, y lo que hace es un contrato con grandes marcas y con el fabricante. Les dicen: vos no te metas en este lío, no te preocupes. ¿Vos sos bueno fabricando? Yo soy buena haciendo contratos de servicios.
¿Bandles podría venir y decir voy a empezar a servitizar en la Argentina? Más vale. Como se nos metió Airbnb en algún momento. ¿Por qué no hacerlo nosotros? ¿Cuántos modelos de negocio digitales se nos han metido entre nosotros? Uber, Airbnb.
Si Mercado Libre se mete en el negocio de la servitización, la rompe, porque ya tiene todo armado.
Un desafío que tenemos es ¿cómo logramos tener unicornios con la circularidad? Y digo esto entendiendo que una gran parte de la población no va a bajar su consumo. Se va a seguir consumiendo 10 planetas. El tema parecería ser claro que si vamos a pretender que la reducción de gases de efecto invernadero dependa de una reducción del consumo no parece un modelo viable.
-Se dice que los jóvenes vienen con un chip distinto. Que tienen conciencia ambiental “nativa”. Pero también se ve una fuerte tendencia de apoyo de estos jóvenes a líderes políticos negacionistas del cambio climático.
-Es cierto que hay una corriente de jóvenes que están más sensibilizados, pero ojo. Yo también veo influencers que no paran de consumir en las redes.
-Estamos asistiendo en el mundo, en Argentina en particular a una especie de restauración de conceptos tradicionales. Muchos le dicen negacionismo. ¿Vos estás viendo eso también? Un decir: “ya pasó la moda esta” del ambiente.
-No, en los jóvenes no existe el negacionismo. Lo que existe es una resignación, un yo ya sé que el planeta se va a la mierda. Y lo que necesito ahora son herramientas para sobrevivir, herramientas para adaptarme, porque sé que va a haber inundaciones, incendios, tornados... Ya sé. Ayudame a adaptarme.
Pero a la par, te cuento que trabajo para grandes multinacionales y les pregunté: ¿vos cambiaste tus metas de ser carbono neutral por estas narrativas? Y me dijeron: Lo único que estoy haciendo es hablar menos de esto, pero yo no voy a cambiar las metas. Porque sé que es un riesgo dentro de mi modelo de negocio. O sea, si yo no tengo más recursos, si yo no tengo agua ¿Qué hago? ¿Qué vendo? Y esto no se lo dice solamente Coca Cola.
-Bueno, la última, sé que también que sos una impulsora de sistema B. Una empresa que todavía no lo es, ¿por qué tiene que ser sistema B? Haceme el speech, vendeme sistema B.
-Lo que te propone la evaluación de impacto B y sistema B es todo un recorrido de preguntas para que vos mejores primero tus buenas prácticas, las incorpores a tu modelo de negocio. Y luego alcances la única certificación en el mundo que lo que te certifica es que vos tenés un modelo de negocio de triple impacto.
Te permite evolucionar y empezás a tener aliados con quien dialogar, una tribu donde todos hablamos el mismo idioma en un ecosistema de negocio y de relaciones. Nosotros en 3 Vectores, que es una empresa que se dedica al diseño de metologías, tenemos 100 facilitadores certificados en toda la región y trabajamos en más de 20 países. Este es un modelo diferente del de la competencia y eso hace que incluso las relaciones sean menos tensas. Esto cambia a las personas.