En la última audiencia antes de la sentencia, otro grupo de madres y padres de bebés fallecidos y sobrevivientes en el Hospital Neonatal de Córdoba volvieron a hablar.
El lunes lo hizo un grupo de cuatro mamás (representadas por los abogados Carlos Nayi y por la defensora Ana Pagliano) y este martes otras cinco, representadas por los abogados Nicolás Ruades y Daniela Morales Leanza.
Lo hicieron en el tramo final del juicio que investiga los presuntos ataques a 13 recién nacidos, ocurridos entre marzo y junio de 2022, por los cuales está acusada la enfermera Brenda Agüero y 10 exfuncionarios del sistema de salud provincial.
Con voz temblorosa, algunas leyendo sus palabras y otras quebrándose en medio de la exposición, las madres recordaron a sus hijos, relataron el dolor vivido y exigieron justicia. En sus relatos, hubo un hilo común: el amor incondicional, el trauma persistente y el reclamo de verdad.
“Ella vivirá con las secuelas toda su vida”
María, la mamá de D.P.M, una de las bebés sobrevivientes que nació el 6 de junio, habló del daño irreversible: “Para Pilar, el juicio no termina el 18 de junio. Ella vivirá con las secuelas de ese intento de asesinato toda su vida. Tiene una cicatriz en la espalda que le duele cada semana cuando va a rehabilitación. ¿Cómo le explico que alguien quiso matarla cuando apenas tenía horas de vida?”
María denunció que ella sufrió abandono institucional: “Desde que nació, nadie se acercó a preguntarnos nada. Nadie me explicó por qué estaba así. Pensé que era mi culpa; que había hecho algo mal”.
Cerró su exposición con un pedido directo al tribunal: “Quiero justicia, no sólo para Pilar sino para los 13 bebés. No puede haber más madres con los brazos vacíos. Que esto no se repita nunca más”.
“No vine a mentir. Yo sé lo que viví”
Gabriela González, madre de I.F., también sobreviviente, pidió a los jurados que se pongan en el lugar de quienes pasaron por esta situación: “No sé si todos tienen hijos, sobrinos, nietos. Pero les pido que piensen en esto como si les hubiera pasado a ustedes. Lo que vivimos no puede quedar así”.
Recordó la noche en la que vio a su hija luchar por su vida: “Sus piernitas se levantaban y caían. Estaba peleando por vivir. Ella me enseñó a resistir. Y aunque gracias a Dios está con nosotros, cada día convivimos con el miedo”.
También se refirió a lo que escuchó en el juicio: “Dijeron cosas muy hirientes; que venimos por dinero o que mentimos. Yo no vine a cambiar mi versión. Yo estuve ahí. Yo le entregué mi hija a Brenda Agüero porque ella me la pidió. No me la sacó cualquiera”.
“Mi hija merece justicia”
Justine y Raúl, los padres de Francesca, también sobreviviente, agradecieron haber podido hablar. “Tendría que estar en mi casa con ella. En cambio, estoy acá. Me cuesta soltarla, dejarla ir al jardín, jugar, hacer una vida normal. La tengo en una burbuja”, dijo Justine.
“Francesca fue víctima de un intento de asesinato. Tengo miedo del día en que me pregunte qué pasó. ¿Qué le voy a decir? Sólo me aliviará poder decirle que hicimos justicia”, agregó.
Raúl, su papá, habló en nombre de todos: “Queremos justicia por los cinco bebés que murieron, por los ocho que sobrevivieron, por cada familia que quedó rota. No queremos que esto vuelva a pasar”.
“Le corté las alas a mis hijos por miedo”
Yasmin Barrionuevo, mamá de G.H, bebé sobreviviente, relató cómo el intento de homicidio contra su hijo marcó para siempre su forma de criar.
“Desde ese día lo tengo en una burbuja. También a sus dos hermanos. Les corté las alas. Me da miedo dejarlos ir a un cumpleaños, a la casa de un amigo. No puedo enseñarles a confiar en nadie, porque yo ya no confío”.
Dijo que sigue mirando a su hijo cada noche, apoyando su oído en su pecho para sentir que respira. “Sé la verdad. Yo estuve ahí. Nadie me manipuló, nadie me puso palabras. Fue Brenda Agüero. No vine a buscar venganza. Vine a buscar justicia”.
“Brenda me mató a mi hija”
Brisa Molina fue la última en hablar. Su hija Melody murió el 6 de julio. “Brenda me la mató. Y todos los que callaron, también. Volví a casa con los brazos vacíos y con el alma hecha pedazos”, expresó.
Agradeció la contención de sus abogados y pidió que nadie más pase por lo mismo. “Yo no quiero venganza. Sólo quiero justicia. Y quiero que el alma de mi hija descanse en paz. Melody Luz va a iluminar este juicio. El 18 de junio ella va a dar luz”.
Al finalizar, leyó una carta que le escribió a su hija fallecida: “Tu paso fugaz me convirtió en lo más fuerte. Sos mi ángel guardián”.