“Esto me enseñó que tengo que extremar el cuidado”. Juan es el papá de la beba de un año que sobrevivió a una ahogamiento en una pileta este fin de semana en Arroyito.
La tarea de reanimación cardiopulmonar (RCP) que le realizó su vecino, el policía Enrique Giménez, fue trascendental para evitar una tragedia.
Con la tranquilidad de que Guillermina se encuentra en buen estado de salud se animó a hablar con La Voz para reiterar el agradecimiento a su vecino, lo que cambió en su vida a partir de este incidente y la importancia de la enseñanza de la RCP.
“Estoy muy agradecido por lo que hizo Enrique. Ayer vino a ver cómo estaba la bebé con su esposa y compartimos unos mates. Necesitaba que él supiera que lo que hizo fue muy importante para nuestra familia”, expresó.
Juan estaba al cuidado de su beba de un año en una pileta de lona cuando ingresó unos segundos a la casa a buscar algo. Al regresar Guillermina estaba sumergida en el líquido. Rápidamente alzó a su hija en brazos y salió a pedir ayuda. Intentó con su vecino del lado pero no lo encontró. Allí recordó que su vecino del frente, Enrique, es policía y tocó su timbre. “No sabía si lo iba a encontrar porque sé que trabaja fuera de la ciudad”, recordó.
Giménez tomó a la beba en sus brazos sin signos vitales, comenzó a realizarle RCP y en la calle encontró a un hombre que los llevó al hospital.
Juan, quien realiza trabajos de herrería, explicó que en el momento de ingresar a su hogar jamás tomó dimensión de lo que podía ocurrir. “Mi mujer estaba ocupada haciendo pan casero, por eso ingresé un segundo. Hoy sé que ese segundo me puede cambiar la vida”, reflexionó.
“Generalmente somos muy cuidadosos con nuestras tres hijas. Pero entiendo que nunca es suficiente la atención”, agregó.
Gigena comprendió que cometió un error y que lamentablemente tuvo que estar en riesgo la vida de su hija para entender la noción del riesgo que implica un ahogamiento.
“Ahora sí lo veo y quiero borrar ese recuerdo con un cambio de actitud y el verano que viene no volver a hacer lo mismo”, manifestó. Tras el accidente, la familia Gigena decidió guardar la pileta de lona.
La importancia del RCP
Los ahogamientos de niños en piletas se han vuelto recurrente en los últimos años y Juan aprovechó la oportunidad para insistir en la enseñanza de la RCP en las escuelas, más allá de los recaudos necesarios.
“Esta vez apareció Enrique que está capacitado para realizar la técnica pero debería ser obligatorio que lo enseñen desde chicos”, dijo.
Un paso hacia adelante
Gigena reconoció que su testimonio puede servirle a otros en el cuidado de sus hijos. “Quizás uno se queda con la cabeza en que no quería molestar a mi mujer pero ahora que lo pienso mi atención debía estar con mi hija. Con mi esposa nos consideramos buenos padres, les damos mucho amor y vamos a seguir en ese camino”, concluyó.
Después de recuperarse en el hospital, ayer Guillermina les regaló un alegría: dio su primer paso.
