La familia de Ramiro Alaniz Cortes vive momentos de mucho dolor tras la muerte de Ramiro, el joven de 32 años que se encontraba dentro del bar “Posto” cuando un enorme bloque de ladrillos se vino abajo de un edificio lindero.
Esta mañana su mamá compartió una reflexión sobre su hijo. “Ramiro era un ser de luz, estaba apurado por vivir. Tenía cosas hermosas. Lamentablemente esto fue una fatalidad, algo terrible que no tendría que haber sucedido”.
“El corazón sigue latiendo, tengo un hueco por lo que sucedió. Hoy quiero quedarme acurrucadita en ese lugar”, agregó.
Ana contó que Ramiro se dedicaba al rubro de las autopartes. Hace poco tiempo había cambiado de empleo. Antes había trabajado diez años en la cochera de un centro de salud privado.
En el diálogo con Arriba Córdoba, su mamá insistió en el aprecio que generaba su hijo en las personas que lo conocían. “Mi mamá tiene Alzheimer y preguntaba insistentemente por Ramiro”.
Finalmente Ana dijo que la pareja de su hijo decidirá los pasos a seguir en cuanto a la responsabilidad de lo sucedido. “Vamos a respetar lo que ella decida. A él no me lo va a devolver nadie”.
