La infectóloga Carla Raffo, condenada a dos años de prisión en suspenso y cuatro de inhabilitación por la muerte de 10 residentes del geriátrico Apart Los Incas de Belgrano durante la primera ola de Covid-19 en abril de 2020, rompió silencio. En una entrevista exclusiva con Infobae, Raffo negó haber cometido errores y lanzó duras acusaciones contra la Justicia, el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, el Same y el ex secretario Sergio Federovisky. Su defensa aseguró que actuó según los protocolos existentes en ese momento.
Raffo fue condenada por los delitos de propagación culposa de una enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas, y violación de medidas epidémicas. Sin embargo, la médica, que es Jefa de un servicio de infectología en un hospital público y Directora de una carrera universitaria, insiste: “Esto no fue un error”.
Su versión de los hechos
Según Raffo, una semana antes del brote, se le había reducido la frecuencia de visitas al geriátrico. Explicó que, a pesar de sus amplios conocimientos en enfermedades infecciosas y su experiencia en armar y adecuar protocolos, ningún geriátrico tenía la infraestructura para dividir la guardia como en un hospital grande. En ese momento, Argentina registraba 2246 casos, con sólo 400 de circulación comunitaria.
La médica sostiene que nadie estaba preparado para la pandemia y que hubo situaciones no informadas, como residentes que se sentían mal y la celebración de un cumpleaños. Además, reveló que el padre de Sergio Federovisky, cuya madre residía en el geriátrico (aunque no falleció por Covid-19), visitaba el lugar diariamente cuando no estaba permitido.
Raffo afirmó que activó el sistema 107 (línea Covid-19 de la Ciudad) y llamó al Same apenas se enteró de tres asistentes internados con síntomas respiratorios. Cuestionó por qué no se la hisopó a una paciente derivada la semana anterior por síntomas respiratorios, quien resultó ser uno de los primeros positivos, a pesar de haber estado internada siete días.
Retrasos y desorganización en la evacuación
La infectóloga denuncia que el Same se presentó días después de la activación del protocolo. Cuando activó el protocolo porque le “parecía raro que haya tantos casos con fiebre y tres asistentes internadas”, el Same “no quiso hacer la evacuación” porque “no cumplía el criterio de casos sospechosos”, según una médica del Same, María Alejandra Godoy.
El primer caso confirmado de Covid-19 en el geriátrico se informó el sábado, pero el Gobierno de la Ciudad “no quiso hacer la evacuación” y sugirió a los dueños conseguir personal nuevo, algo que Raffo consideró inviable dada la situación de miedo generalizado. “Acá la clave es por qué no derivaron el sábado a la mañana cuando vino el primer hisopado positivo”, sentenció Raffo, indicando que ella pidió la evacuación, pero no se realizó.
La evacuación masiva finalmente ocurrió el martes, de manera “totalmente desorganizada y caótica”, forzada por la “injerencia” de Federovisky. Raffo intentó entregar resúmenes de historia clínica de cada paciente al Director del Same, Alberto Crescenti, para que los médicos receptores conocieran sus afecciones (diabetes, Parkinson, hipertensión, demencia), pero Crescenti “no me dejó darle ese resumen”.
Las muertes, ¿no fueron sólo por Covid?
Raffo sugiere que las muertes no fueron únicamente por Covid-19. Afirma que “ninguno murió en el geriátrico” y “ninguno requirió intubación endotraqueal inmediatamente”. Argumenta que los médicos que recibieron a los pacientes no conocían sus afecciones preexistentes debido a la falta de información, lo que “acentuó enfermedades”. Además, uno de los fallecidos tuvo “resultado negativo de Covid”.
La médica enfatiza que, aunque todos los pacientes fallecidos en internación tuvieron hisopados Covid positivos, no puede asegurar que murieran “de Covid”, ya que sus enfermedades preexistentes “habían sido también desatendidas por esta derivación caótica” que podría haberse hecho de forma “ordenada y coordinada” por ella cinco días antes. Raffo lamentó que ni siquiera le avisaron de la llegada del Same y no se le permitió el ingreso.
La infectóloga atribuye su condena a posibles “conflictos de intereses” y la “mucha injerencia” de Federovisky. Se siente condenada “con el diario del lunes” y reitera que, con el conocimiento disponible en ese momento, “volvería a hacer lo mismo, porque no tenía otra cosa para hacer” ya que el Gobierno de la Ciudad y el Same no derivaron a los pacientes.
Raffo calificó el proceso de “injusto” e “hipocresía total”, expresando el dolor y la bronca de ser acusada después de que los médicos se arriesgaran durante la pandemia. A pesar de la condena, la médica se siente “confortada” de poder seguir ejerciendo la medicina, su vocación desde los 18 años y en la que posee cuatro especialidades. Sus abogados, Gonzalo Allende Loza, Catalina Santorfo y Ezequiel Briceño, ya preparan la apelación.