“Hay una frase que uso en casi todos mis libros. Son tres preguntas orientadoras: ¿Si yo no soy para mí, quién será? ¿Y si sólo soy para mí, qué soy? ¿Y si no es ahora, cuándo?”.
La retórica queda como flotando en el aire. Del otro lado del tubo, analítica como de costumbre, Susana Balán habla desde su lugar de residencia, Nueva York. Balán es dueña de una extensa carrera en Buenos Aires, como discípula de Pichón Riviere, en San Pablo y en su ciudad actual.
En diálogo con La Voz, la autora del libro Dos para el Tango analiza las huellas que va dejando la pandemia y lo que comúnmente se llama "la nueva normalidad". "Estamos atravesando una situación 'en la que todavía no'; no es el pasado, pero tampoco es el futuro. A su vez, estamos solos pero conectados con todo el mundo", propuso como puntapié inicial.
Esta amplia definición que ofrece la autora es una temática en la que viene trabajando hace años. "Antes del advenimiento de la pandemia me encontraba escribiendo el libro que se publicará este mes: Link y las estrellas fugaces", recuerda Balán.
Esa primera pregunta que ella lanza en sus grupos de trabajo y a sus lectores, recayó sobre su propia experiencia. “De repente me di cuenta de que podía servir esta forma de ver estar en ‘between’ (entre tanto, mientras tanto o durante). Todo el mundo está polarizado. La pregunta de ‘si yo no soy para mí’ aborda la temática del cuidado personal y a la vez colectivo”, apunta.
Los disparadores se van presentando uno tras otro. A su vez, no son de su autoría, sino que se desprenden de un texto religioso del Talmud (Pirkei Avot). Y son enseñanzas éticas de los rabinos del período de la Mishná.
En este nuevo tiempo –dice Balán– los sujetos estamos analizando como nunca antes nuestras necesidades personales. Pero a su vez, agrega, lo hacemos para cuidar a los que tenemos al lado. Y según la mirada de la especialista el mundo reaccionó con posiciones dicotómicas (las famosas grietas) pero también haciendo ejercicios para superarlas.
“Las actitudes están muchísimo más volcadas a crear comunidades. La gente está poniendo acentos en el alma, el amor, en las cualidades bondadosas. En Estados Unidos hay heladeras con alimento en las calles, para que los que menos tienen se sirvan comida”, señala.
Pero Balán avanza hacia un análisis más global sobre la conducta humana que ha suscitado el nuevo tiempo. “Existen lo que llamo las potencias del mal, la falta del cuidado social, la acumulación de riquezas. Frente a esto, lo que viene pasando es que las personas se juntan más entre los que piensan de forma más parecida, desde la bondad y desde la fuerza”, considera la analista.
Esto la lleva al segundo postulado que acostumbra hacer. Aquella pregunta que dice “Y si sólo soy para mí, qué soy”.
Pero hay una más. La tercera cuestión –“Y si no es ahora, cuándo”– según Balán llega a generar miedo o ansiedad a la sociedad. “En este momento tengo que tomar mi vida en mis manos y pensar cómo la cuido. Y también cómo cuido al resto de las personas”, dice sobre ese estrés.
Así Balán redondea su definición sobre este transitar humano por un tiempo inédito. Y aunque al comienzo pensó que su actividad intelectual debía tener una pausa, luego entendió que su modo habitual de analizar la realidad le permitía reflexionar sobre la situación actual.
