Estudiantes de la carrera de Ingeniería Aeroespacial de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (FcefyN) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), junto a docentes investigadores, diseñarán y construirán un nanosatélite del tipo Cubesat, adaptado para ser compatible con diferentes vehículos de lanzamiento.
El prototipo se llamará “Nano 70/30″ en homenaje a la preparación del aperitivo cordobés más popular y pesará no más de 50 kilos. Sus medidas acordadas son: 20 centímetros de largo por 20 centímetros de profundidad y 30 centímetros de alto.
La directora del proyecto y docente de la FcefyN, Walkiria Schulz, contó a La Voz que la idea de crear un satélite pequeño en un ambiente académico no es una novedad. Los nanosatélites como los Cubesat surgieron como una colaboración, en 1999, entre los profesores Jordi Puig Suari, de la Universidad Politécnica Estatal de California, y Bob Twiggs, del Laboratorio de Desarrollo de Sistemas Espaciales de la Universidad de Stanford.
Inicialmente, el objetivo del proyecto era desarrollar un artefacto espacial simple, con un ciclo de vida corto para que pudiera ser monitoreado en su totalidad por estudiantes de grado de Ingeniería, así como proporcionar acceso de bajo costo al área espacial a la comunidad científica, desarrollando, de esta manera, el programa espacial de varias universidades.
El “Nano 70/30″, tendrá, principalmente, fines académicos y educativos para formar a estudiantes de las carreras de Ingeniería Aeroespacial, que reemplaza a la Ingeniería Aeronáutica, e ingenierías afines. “La idea es que los estudiantes participen de una misión de desarrollo de un satélite, y la ventaja que tienen los nanosatélites es que su construcción está estandarizada, lo que los vuelve ideales para entornos educativos”, expresó Schulz.
El proyecto ya comenzó con el trabajo de las primeras fases de diseño a cargo de tres estudiantes. Los futuros ingenieros aeroespaciales deberán explicar cómo se diseña y construye un satélite, pero también saber rastrearlo y operarlo cuando esté en órbita.
El equipo trabaja de forma conjunta con el Centro de Investigaciones Aplicadas (CIA) de la Fuerza Aérea Argentina para adaptar el proyecto a las necesidades del sistema de propulsión electro-magnético que se desarrolla en el lugar, de forma a que, una vez en órbita, se pueda testear y evaluar su efectividad. “Así será un logro conjunto de distintos actores del sector espacial cordobés”, indicó Schulz.
La idea del nombre
En el caso de los satélites Cubesat, se los suele bautizar con nombres populares, lejos de la denominación técnica que se utiliza en el ámbito científico-académico.
Uno de los antecedentes es el nanosatélite Capitán Beto, que se lanzó desde la Universidad de Buenos Aires, en 2013, en homenaje a la canción de Luis Alberto Spinetta. En la actualidad, se construye, en Buenos Aires, otro de las mismas características que se llamará Manolito, por el personaje de la historieta Mafalda.
Es así que el equipo de la UNC decidió nombrarlo “Nano 70/30″ por la preparación del trago que lleva fernet y gaseosa cola.
“Estamos en contacto con gente de la Universidad de Minas Gerais, Brasil, que también está haciendo un satélite similar y le pondrán el nombre de una comida popular de allí: se llamará PdQ-Sat por el popular ‘pão de queijo’”, mencionó Schulz.
El desarrollo
El proyecto tiene un tiempo de desarrollo estipulado de cuatro años y el equipo de la UNC estima que el costo final no bajará de los 100 mil dólares.
Ya recibió el subsidio Consolidar de la Secretaría de Ciencia y Tecnología (Secyt) de la UNC, y está en marcha el estudio y desarrollo conceptual del satélite, luego le sigue el diseño y la fabricación, y finalmente, su ensamblaje y testeo de prueba.
“Hay estudiantes que trabajan en la estructura, mediante simulaciones en computadoras. Para hacer esto es necesario tener muchas cosas en cuenta que se prevén en una misión espacial, que van desde el lanzamiento hasta su final, o su cantidad de vida útil”, explicó Schulz.
Luego de la construcción del satélite vendrá la fase de prueba con numerosos ensayos para simular todas las vibraciones y condiciones climáticas extremas que soportará cuando esté en órbita.
“Es necesario que el vehículo espacial realice las funciones esperadas y con las restricciones aplicables. Por lo tanto, el proyecto debe satisfacer las necesidades físicas y funcionales del sistema. Para tal, se pretende situar las metas físicas como hitos del proyecto”, añadió la científica.
Lanzamiento y puesta en órbita
De acuerdo a los especialistas, lanzarlo y ponerlo en órbita al “Nano 70/30″ no es un problema. “Primero, tendremos que gestionar quién lo lleve. En Argentina se construye un cohete para poner satélites en órbitas bajas, esta es una oportunidad interesante”, contó Guillermo Cid, jefe del Departamento de Ingeniería Aeroespacial de la FCEFyN.
Al equipo lo completan: Facundo Oliva Cúneo, Héctor Brito, Eduardo Zapico, Martín Paredes Ross, Facundo Belisario, Agustina Casasola, Gino Moretta, Valentina Segura.