Mientras se esperan los fundamentos del fallo en el juicio por la muerte y descompensaciones de bebés en el hospital Neonatal, se hicieron públicas dos declaraciones de personas que resultaron imputadas en la investigación fiscal preparatoria y luego condenadas.
Una de ellas es el subdirector administrativo del hospital, Alejandro Escudero Salama, quien en entrevistas periodísticas sostuvo su inocencia. Declaró que promovió las denuncias penales y aseguró que en la reunión que mantuvo con el fiscal Guillermo González no había información sobre muertes en serie.
La segunda es Adriana Moralez, coordinadora del comité de seguridad del paciente del hospital. Primero su hija difundió una carta y ahora se expresa su marido, Jorge García Márquez.
La Fiscalía de Cámara había sostenido la acusación de la instrucción en cuanto a los delitos de omisión de deberes de funcionario público y encubrimiento agravado. Pero pidió penas de ejecución condicional. Sin embargo, el Tribunal técnico la condenó por ambos delitos con una pena de cinco años de prisión efectiva y cuatro años de inhabilitación para desempeñar cualquier cargo público.
Moralez mantiene su estado de libertad bajo caución. Sus abogados adelantaron que pedirán un recurso de casación para que el caso llegue hasta el Tribunal Superior de Justicia. Su hija, Rocío García Moralez ya había hecho públicas sus opiniones en una carta abierta que se tituló “Una justicia que no es para todos”.
Ahora es su esposo, el médico Jorge García Márquez, quien sostiene la inocencia de la ex coordinadora de seguridad del paciente del hospital.
La médica sostuvo que ella envió una carta a la entonces directora del hospital, Liliana Asís, pidiendo que se investiguen los casos, en mayo del 2022. “¿Cómo me pueden acusar de encubrir algo que yo pedí que se investigara? Siempre dije la verdad", sostuvo en su última palabra.
El juicio por la muerte de cinco bebés y las descompensaciones de otros ocho comenzó el 6 de enero y terminó el 18 de junio. Investigó los sucesos ocurridos entre marzo y junio del 2022. La enfermera Brenda Agüero fue condenada a prisión perpetua por los 13 hechos, mientras que las penas mayores recayeron sobre médicos, directivos del hospital y el ex secretario de Salud de Córdoba, Pablo Carvajal.
Esta es la carta que Jorge García Márquez le dedicó a su esposa:
Por la injusta condena de Adriana Moralez:
Me dirijo a la sociedad y a los medios de comunicación para hacer pública una situación profundamente injusta y dolorosa: mi esposa, Adriana Moralez, ha sido condenada por un delito que no cometió, en un proceso judicial claramente condicionado por intereses políticos, judiciales y mediáticos.
Adriana se desempeñó como miembro del Comité de Seguridad y Calidad del Hospital Neonatal de Córdoba. El día 6 de mayo de 2022, en el marco de una situación grave que afectaba a recién nacidos en la institución, presentó una nota formal dirigida a la directora del hospital, advirtiendo que, desde el área de seguridad del paciente, no podía explicar lo que estaba ocurriendo. Además, elevó informes, realizó análisis de causa raíz y cumplió plenamente con sus deberes técnicos, dentro del marco de sus funciones.
A pesar de ello, fue injustamente condenada por incumplimiento de deberes de funcionaria pública, bajo el absurdo argumento de que no denunció penalmente lo que ella misma estaba alertando por las vías institucionales.

Adriana no era parte de la plana mayor del hospital era una soldado raso un personal operativo no era fiscal, ni directora. Su función era técnica, no tenía autoridad para iniciar una causa judicial, ni acceso a la atención de pacientes. Aun así, hizo lo que correspondía: alertar a sus superiores, pedir revisión interna y dejar todo asentado por escrito. No encubrió, no omitió: actuó con responsabilidad y conciencia ética.
Hoy, en lugar de ser valorada como una profesional que intentó prevenir daños, se la castiga como si fuera parte del delito, solo para construir un relato político, buscar culpables ejemplares y cerrar un capítulo doloroso de cualquier manera.
Esta condena no es solo contra ella, es un mensaje perverso hacia todos los trabajadores del sistema de salud: “si ves algo raro, callate o te destruyen”. ¿Ese es el mensaje que queremos dar como sociedad?
Desde lo más profundo, afirmo: no creo en la justicia cordobesa. Al menos no en una que se deja manipular por la presión política y mediática, y sacrifica inocentes para proteger estructuras de poder.
Por eso, pido a la sociedad, a los medios independientes, a los organismos de derechos humanos y a toda persona con sentido de justicia, que difundan este caso, que se solidaricen con Adriana, y que ayuden a que esta injusticia no quede silenciada.
Porque callar sería complicidad.
Y porque todavía hay tiempo de reparar lo irreparable.
García Márquez Jorge