La declaración como “Monumento Histórico Nacional” fue el paraguas que, por ahora, resguardó a la Unidad Turística de Embalse de ser transferida a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), que parecía marcar el camino hacia una eventual privatización o venta del complejo estatal enclavado en el valle de Calamuchita.
Lo mismo ocurrió con su par de Chapadmalal, en la costa de la provincia de Buenos Aires.
El cierre de las unidades construidas hace 80 años para turismo social parecía una decisión tomada por el gobierno de Javier Milei, en su interés de recortar partidas presupuestarias en diversas áreas de gobierno.
No obstante, tras la tercera reunión en pocos días de delegados del gremio ATE con Daniel Scioli, secretario de Turismo, Deportes y Ambiente de la Nación, el tema tomó un nuevo giro hasta días atrás impensado. Los dirigentes sindicales regresaron con lo que interpretan como “buenas noticias”, y alguna expectativa renovada.
Según adelantaron, la idea ahora del Gobierno es que el turismo social (subsidiado por el Estado para sectores sin recursos) seguirá vigente en el complejo bonaerense, pero ya no en el cordobés de Embalse.
Aunque el ritmo de decisiones ha sido cambiante y nada parece definido, la idea que se les transmitió a los dirigentes cordobeses de ATE es que en Embalse ya no volverán a abrir como hoteles del Estado nacional y se aspira ahora a abrir una negociación con el Gobierno de la Provincial para una eventual transferencia que permita sostener activo al complejo turístico.
“La reunión con Scioli esta vez fue buena; se logró parar la privatización de los hoteles de Embalse y Chapadmalal, porque, al ser monumentos históricos por ley, el proceso de venta tendría dificultades para llevarse a cabo. También nos dijo que le van a solicitar al gobernador Martín Llaryora que tome bajo su órbita los hoteles, con la ayuda del Estado Nacional”, precisó Leonardo Ladoux, directivo del gremio de los estatales en Calamuchita.
Desde 2013 ambos complejos hoteleros tienen el sello de “monumentos históricos nacionales”.
El dirigente gremial consultado aseguró que, por lo dicho al menos en esta reunión, el predio de Embalse “ni se van a privatizar ni va a tener continuidad el turismo social”. Pero dijo que al menos se habilita una chance de que sigan en actividad y que el personal actual pueda continuar trabajando.
Años atrás se negoció el traspaso de uno de los siete hoteles a la Provincia, pero ese proceso luego quedó anulado.

Dudas por el plantel de empleados
De los casi 80 empleados que se desempeñan en Embalse (contratados o de planta), unos 19 ya no seguirán desempeñando las tareas, por diversos motivos: no renovación de contratos, pase a disponibilidad, jubilaciones y una renuncia. Ladoux dijo que estas decisiones no se modificarán, y que se tendrá que readaptar el desempeño de los trabajadores que permanecen.
De todos modos, admitió que las decisiones han tenido idas y vueltas y que las condiciones pueden variar en cualquier momento.
En este marco, trascendió que presentó su renuncia la directora nacional de Turismo Social Responsable, Griselda Rey.
El complejo de Embalse suma en 300 hectáreas de altísimo valor, parquizadas y pegadas al mayor lago de Córdoba, siete hoteles (solo dos están operativos ahora), 50 bungalows, una gran piscina, un polideportivo, capilla, un dispensario y hasta una sede policial.
En sus años de apogeo, en las décadas de 1960 y 1970, supo albergar hasta a 2.500 turistas. En las últimas tres décadas fue decayendo en actividad y en inversiones de mantenimiento.

Proyecto municipal
En uno de los encuentros con Scioli, se sumó el intendente de Embalse, Mario Rivarola, quien presentó un proyecto municipal para administrar al menos uno de los hoteles y parte del predio y de la infraestructura.
El municipio, en manos de Rivarola, cercano al gobernador Llaryora, la idea ahora sería avanzar con la Provincia para un proyecto conjunto, ya más abarcativo.
Mientras, el enorme predio luce ya sin turistas.