Dormir no es solamente cerrar los ojos durante unas horas. Es un proceso esencial para la salud física y mental. Durante el sueño, el cerebro procesa información, consolida recuerdos y regula emociones.
Cuando ese descanso es insuficiente o de mala calidad, se afecta la memoria, la atención y el estado de ánimo y aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad.
Cada persona tiene su propio patrón de sueño, y comprenderlo puede marcar una gran diferencia en el bienestar diario.
El estudio y sus hallazgos
Investigadores de las universidades Concordia y McGill, en Canadá, analizaron datos de 770 personas del Proyecto Conectoma Humano. Los resultados, publicados en la revista PLOS Biology, permitieron identificar cinco perfiles de sueño con características cerebrales y psicológicas distintas.
“El sueño se compone de muchas dimensiones, no sólo de la duración. Encontramos cinco perfiles basados en la duración, la interrupción del sueño y el uso de somníferos, cada uno asociado con diferentes niveles de salud, estilo de vida y cognición”, explicó Aurore Perrault, investigadora de Concordia.

Cinco perfiles de descanso
El primero se caracterizó por un sueño deficiente y una mayor presencia de depresión, ansiedad y estrés.
El segundo mostró “resiliencia del sueño”: pese a presentar síntomas de estrés o dificultad atencional, las personas no reportaban descanso pobre.
Los tres restantes se vincularon con aspectos específicos, como la duración del sueño. Por ejemplo, quienes dormían menos horas tendían a mostrar un rendimiento cognitivo inferior.
Cada uno de los perfiles presentó patrones únicos de conectividad cerebral, lo que refuerza la idea de que la calidad del sueño se refleja en la estructura y actividad del cerebro.
Una herramienta para tratamientos personalizados
Según los especialistas, comprender estos perfiles les perrmitirá diseñar estrategias de intervención más precisas. “El conocimiento del patrón completo de sueño de una persona puede ayudar a los profesionales de la salud a realizar evaluaciones más exactas y guiar el tratamiento”, señaló Perrault.
El estudio abre la puerta a una mirada más integral del descanso, que va más allá de contar horas dormidas: incluye cómo, cuándo y con qué calidad se duerme.