El incendio forestal que azotó una zona del valle de Calamuchita en los primeros días de septiembre dejó un devastador panorama de casi 11 mil hectáreas quemadas.
Fue el mayor de este año en Córdoba, con graves impactos por daños en ambiente, animales muertos, forestación arrasada y unas 10 viviendas perdidas por el fuego entre los parajes El Durazno y Pinar del Ríos, en jurisdicción de Villa Yacanto. La Justicia sigue investigando causas y responsabilidades.
La fiscal de Tribunales de Río Tercero, Paula Bruera, confirmó a La Voz que “hay un solo imputado, que recuperó la libertad con fianza”. También precisó que está esperando “los resultados de pericias de bomberos, más las de Policía Judicial, acerca de la valuación de daños ocasionados”.
Bruera tomó declaración indagatoria al único sospechoso de haber causado el inicio por un presunto descuido. Si bien recuperó la libertad sigue imputado como supuesto autor del delito de incendio culposo agravado. Este delito prevé una pena de un mes a cinco años de prisión.
El imputado declaró, negó los hechos, se defendió y realizó una amplia declaración sobre los sucesos de ese día en que a primera hora de la mañana arrancó el fuego cerca del paraje serrano El Durazno.
Querellantes
El abogado riotercerense Carlos Ríos se presentó como querellante. Ríos es damnificado por tener una propiedad en esa zona que resultó afectada por el fuego. Señaló que “es acusador particular simplemente para colaborar en lo que tenga que ver con el esclarecimiento del hecho”.
Ríos, quien ya tuvo acceso al expediente, detalló que ya se están analizando las llamadas telefónicas que se hicieron a Bomberos Voluntarios en el día de inicio. La primera llamada fue la del ahora imputado. A su vez, se están aguardando informes que deberían determinar o acercar hipótesis sobre las causas del inicio, el lugar de origen y su modo de extensión.
A su vez, precisó que en materia de daños se ha solicitado un oficio, por medio de las autoridades de Villa Yacanto, que se encargaron de hacer un relevamiento de las pérdidas.
Este diario pudo saber que hay unos 20 vecinos más que también quieren constituirse como querellantes, afectados por las pérdidas materiales y de animales por el incendio. En los próximos días se presentarían ante la fiscal Bruera para formalizar ese trámite.
Quién es el imputado
Alejandro Schulga, abogado defensor del único imputado, Hugo Sverruga, indicó que “no hay ninguna prueba en su contra”. Subrayó que “la imputación no tiene ningún sustento”.
Relató que fue el mismo acusado quien llamó a los bomberos porque se estaba prendiendo fuego su campo. “Él avisó que se estaba prendiendo fuego su campo (de 100 hectáreas). No dijo ‘Yo prendí fuego el campo’”, resaltó.
Despotricó en contra de un testigo, que es bombero, que declaró en la causa que vio una chispa que sería proveniente de una de las estufas de una cabaña cercana a la casa del ahora sospechado. “Están todas vacías”, achacó.
Al mismo tiempo aclaró que esas cabañas no le pertenecen al imputado y que sólo tiene su casa en ese predio, y que es un damnificado más por los daños sufridos por el fuego.
En defensa del imputado, relató que se trata de una persona de 71 años, que trabajó más de 40 años como ingeniero, en la Central Nuclear de Embalse, e hizo alusión a que es una empresa donde las medidas de seguridad son de las más exigentes.
“Estuvo en una obra importantísima para la extensión de la vida útil de la Nuclear, y tiene una trayectoria intachable”, remarcó Schulga, quien recordó que su defendido ya fue víctima de un gran incendio en esa misma zona registrado hace cinco años.
“Tiene experiencia en medidas de seguridad, sabe de eso”, apuntó.
A su vez, contó que su campo tiene una gran inversión de un sistema (con mangueras enterradas con bombas, utilizando dos piletas de más de 30 mil litros de agua) para mitigar incendios, pero que ese día no pudo activarlo porque las llamas ya no se lo permitieron.
El letrado aclaró que esta persona que vive en ese lugar hace 10 años, “tiene como regla que cada vez que sacaba cenizas las ponía en unos recipientes y quedaban tapadas en agua”.
Esa declaración tiene relación a que en un principio se dijo que podrían ser cenizas de una estufa a leña descartadas de ese lugar las que podrían haber originado el incendio.
El abogado cuestionó la investigación judicial: “No fue más que un chivo expiatorio, para que la Fiscalía apague su propio incendio”, dijo, y luego cuestionó que “el problema es que la Provincia tiene un fondo contra el fuego, que no utiliza bien”.
Schulga detalló que, aunque la causa sigue, a su defendido le concedieron la libertad porque “no tiene antecedentes penales y no hay peligro procesal ni de fuga ni de entorpecimiento del proceso”. Se ofreció una fianza de cinco millones de pesos y la fiscal impuso que no salga del país.
La defensa ofrecerá más peritos en los próximos días, además de pedir un cambio de calificación, que no prevea el agravante.
Mientras, la Fiscalía aguarda más pericias, tras sumar testimonios y otros elementos en la causa.
Los primeros testigos fueron los que marcaron el lugar donde se vio la primera columna de humo, alrededor de las 6.30 de la mañana, de un fuego que luego se hizo imparable.
Tras haber sido controlado ese foco, la Provincia estimó que había quemado unas 12.700 hectáreas. Un dato posterior de la Conae (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) lo recalculó en casi 11 mil hectáreas.
