Luego de tres meses con una inflación en alza, en mayo los precios de los alimentos y las bebidas registraron una marcada desaceleración, aunque en buena medida explicada por una baja muy fuerte en las frutas y las verduras.
Según el relevamiento que mes a mes realiza La Voz en las principales cadenas minoristas de la ciudad de Córdoba, el costo de la canasta del súper aumentó un 0,41%, muy lejos del incremento del 4,4% que había experimentado en abril.
Inflación en Córdoba: fuerte desaceleración
De esta manera, una familia tipo de clase media compuesta por cuatro integrantes (matrimonio con dos hijos en edad escolar) necesitó $ 602.259 para realizar su compra mensual, apenas unos $ 2.460 más que en el mes anterior.
En lo que va del año, el costo de la canasta acumula un alza del 13,87%, mientras que en la comparación interanual la suba promedio llega al 32,26%: en mayo de 2024, para hacer la misma compra, hacían falta $ 455.369.
La desaceleración de los precios fue confirmada por la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Córdoba (Casac), que registró un incremento promedio de todas las categorías del 1,8%, casi un punto porcentual menos que en abril (2,7%).
“En mayo observamos un amesetamiento en los precios. Se ve una tendencia a la baja en la inflación de alimentos y bebidas. Siguen llegando listas con aumentos, pero menores que en los meses anteriores”, aseguró Víctor Palpacelli, vicepresidente de Casac y titular de la Cámara Argentina de Supermercados (CAS).
El dirigente explicó que la mayoría de las cadenas supermercadistas, en especial las más grandes, vienen aplicando una política de precios muy agresiva para intentar recuperar unidades perdidas. Y ello se nota en las góndolas, con muchas promociones y ofertas en casi todas las categorías.
“Lo bueno es que los precios muestran una tendencia a la desaceleración, lo que llevará a que en mayo el índice de inflación se ubique por debajo del 2%”, confió Palpacelli.
Verduras a la baja
En mayo, las frutas y las verduras bajaron un 11,7%, retrotrayéndose a valores de hace un año. Salvo contadas excepciones, la inmensa mayoría de los productos de esta góndola mostraron precios muy accesibles, con bajas de dos dígitos.
El tomate perita, por caso, bajó un 21% en el mes para que su precio caiga por debajo de los $ 3.000 el kilo, algo que hacía meses no pasaba. La variedad redonda mostró precios similares.
El precio de la lechuga también se desplomó, pasando de $ 7.000 en abril a $ 5.500 en mayo, con algunas ofertas por debajo de los $ 4.000. La acelga fue la otra verdura de hoja que se vendía más barata.
La papa blanca se sumó a la tendencia con una retracción en su precio del 12,1% y precios que en todos los supermercados relevados no superaban los $ 1.000 por kilo.

La única verdura que aumentó en mayo fue la cebolla (18,4%), pero sobre la base de valores muy bajos que venía registrando en meses anteriores.
Por el lado de las frutas también se observaron bajas, particularmente entre los cítricos. La naranja de ombligo mostró un precio 26% más barato que en abril, por debajo de los $ 1.500 el kilo. También bajó la banana, mientras que la manzana registró una leve suba del 1%.
“Las frutas y las verduras están muy baratas. Ello se explica por la combinación de una oferta excedente producto del clima benigno del otoño, y de una baja del consumo por falta de ingresos de la población”, analizó en diálogo con La Voz Juan Perlo, presidente de la Asociación de Productores Hortícolas de Córdoba (Aproduco).
A ello se suma –explicó– la estabilidad del dólar que mantiene a raya los precios de algunos productos importados, como por ejemplo la banana.
“Hay que ver qué pasa ahora, con la llegada de las primeras heladas y si ello impacta en la producción”, advirtió no obstante Perlo, quien dijo que muchos productores están vendiendo por debajo del costo para poder movilizar su capital.
Carnes y lácteos
A contramano de la baja observada en las frutas y las verduras, las carnes y los lácteos mostraron subas de precio en mayo, aunque menores que en meses anteriores.
Entre las carnes el aumento promedio fue del 3,2%, con el asado y los cortes de pulpa encabezando los incrementos. La costilla de novillito tuvo un alza del 7,9%, para que su precio se ubique en torno a los $ 11 mil por kilo. La nalga y el cuadril se encarecieron un 6,5% y ya se venden por arriba de los $ 15 mil el kilo.
La decisión de muchos productores ganaderos de retener animales para engorde sigue restando oferta en los mercados concentradores, lo que termina presionando sobre los precios.

La baja en esta categoría llegó por el lado del pollo fresco, que se vendió casi un 6% más económico que en abril, con un precio por debajo de los $ 3.000 el kilo. Los huevos, en cambio, subieron el 3,3%, con la docena de color en torno a los $ 4.000.
Los lácteos aumentaron 2,7% en promedio, impulsados particularmente por el alza de los quesos. El cremoso de primera marca subió un 7,2% en el mes, mientras que las variedades duras (reggianito, sardo) se incrementaron en torno al 4,5%.
En el caso de la leche, la suba fue algo menor, del 1,1%, aunque con todos los supermercados lanzando ofertas especiales para el sachet de primera marca en la última semana de mayo.
Procesados
Entre los productos secos y empaquetados se observaron aumentos leves de precios el mes pasado, incluidas algunas bajas importantes. En promedio, el rubro “Almacén” subió 1,1%.
Los aumentos más significativos fueron los del puré de tomates (+15,6%), la harina de trigo (+9,4%) y el aceite de girasol (+3,4%). Aunque también se observaron bajas, como la del azúcar (-3,7%), las galletitas de agua (-2,7%) y las yerbas (-0,7%).
Entre las bebidas, los aumentos llegaron por el lado de las gaseosas (+1,7%) y las cervezas (+1,1%). El kilo de pan francés, de alta ponderación en la canasta, se mantuvo sin cambios, en $ 2.999 por kilo.
El mismo comportamiento de alzas y bajas se vio en las góndolas de productos de tocador y limpieza, con la lavandina subiendo un 15,5% y los jabones corporales bajando el 6,1% en los extremos de la lista.