Ivana Farías (47 años) y su marido, Gabriel Bieira (45), podían haber quedado detenidos para siempre en ese indeseable momento de 2014. Haber perdido a la pequeña Lourdes, de solamente 6 años, por una enfermedad de médula ósea, dio inicio a un duelo con el que debían convivir. Recordarla con alegría y combatir como fuera esos silencios que se producirían en los primeros momentos fueron los primeros atenuantes.
Hasta que vino el desafío. “Jugaba al fútbol, pero no me sentía bien. Decidí hacer algo más individual. Me gustaba correr maratones y quería probar en una montaña. A los dos años que falleció mi hija, hice la primera. Tiempo después, se sumó mi señora. Corremos 15 carreras por año. Más de 30 entre los dos. Fue terapéutico y también sirvió para concientizar a la gente sobre la donación de médula”, comentó Gabriel.

La pareja empezó a correr hace tres años y el mes pasado completó los 10 kilómetros y la Climb & Fly de la Valholl Trail Race, una carrera de trailrunning hecha en Villa General Belgrano.
Como en cada desafío, cruzaron el arco con una misión muy especial: tratar de concientizar sobre la importancia de la donación de médula. Arco a arco llevan su bandera con la imagen de su hija, que los acompaña. “Buscamos que se sepa antes de que lo necesiten”, agregó Ivana, mientras repasa la historia de su familia.
“La idea de la bandera surgió de ambos. Queríamos llevar el mensaje de donación de médula a todos lados donde competimos. Se lo habíamos prometido a Lourdes. Había que difundir el mensaje para ayudar a quienes estaban pasando por un momento así. Es otra manera de sentirla cerca”, aseguró Ivana.
“Llevamos la bandera a todos lados. La primera vez fue en Tanti, en septiembre 2016, cuando también fue la primera vez que corrimos juntos. Ahí arranqué con cinco kilómetros y Gabriel ya estaba en los 15. Recorrimos casi todo Córdoba y estuvimos en Potrerillos, Mendoza; Merlo, San Luis, y Cafayate, Salta”, sumó.
La bandera tiene el rostro sonriente de Lourdes y las siguientes palabras: “Soy donante de médula ósea. Doná médula, doná vida. Tus ojos me guían”. Además, en la indumentaria de los Bieira, figura una leyenda similar.
Por Lourdes
“En mayo de 2012, Lourdes comenzó a enfermarse. Después de varios estudios, descartaron que tuviera leucemia, pero descubrieron una anemia de origen genético llamada ‘anemia de Fanconi’. La lucha comenzó con quimioterapia y medicación para activar la médula, pero, al no mejorar, se volvió necesario pensar en un trasplante de médula ósea”, contó Yasmín Jalil, encargada de prensa de la carrera que se hizo en Villa General Belgrano y una de las primeras en conocer la historia de la pareja que lleva 17 años de casados.
Ni Ivana ni Gabriel resultaron compatibles con Lourdes, por lo que tuvieron que recurrir al Registro Nacional e Internacional de Donantes de Médula Ósea. “No teníamos idea de todo esto y empezamos a enterarnos cuando nos tocó de cerca”, dijo Ivana.
Entre los posibles donantes compatibles alrededor del mundo, finalmente recurrieron a las células de una chica de 19 años, de Alemania. Si bien el primer trasplante fue exitoso, a menos de un año los controles de Lourdes comenzaron a salir mal. La familia empezó nuevamente la búsqueda de donante y encontró una posibilidad en Estados Unidos. Sin embargo, Lourdes, ya con 6 años, estaba muy débil y falleció antes de poder recibir ese segundo trasplante.
Ivana y Gabriel, con todo su dolor, tuvieron que seguir adelante. Como son de Santa Rosa de Calamuchita, ambos encontraron refugio en esas carreras, en la naturaleza y en la gente que los acompaña. “De a tres, siempre. Lourdes siempre va”, no se cansan de decir ambos.
La decisión de Ivana
Gabriel fue quien empezó, mientras que Ivana se sumó para acompañarlo. “En vez de quedarme a esperarlo sola en casa, lo acompañé. Ahora, hemos llegado a correr ambos en la misma distancia, en la categoría mixta. Por caso en Yacanto, que fue de noche, y en Potrerillos, que fueron 21 kilómetros”, señaló Ivana.
Los entrenamientos se volvieron cada vez más frecuentes, y en el trailrunning encontraron un refugio, que los fue ayudando a ocupar la mente y sentirse mejor físicamente. Junto con esta actividad, pensando en otras familias, empezaron a cumplir esa promesa que le hicieron a su hija: concientizar sobre la donación de médula ósea para que más gente conozca y se sume a ayudar.
Hoy, ambos se entrenan varios días por semana y van desafiándose en distintas carreras y distancias. “Correr también nos hizo hacer amistades nuevas, despejarnos, y nos ayudó a compartir y a sanar nuestro dolor. Junto a Ivana, encontré mucha gente que se sumó en esta campaña de concientización”, detalló Gabriel.
“En cada carrera, Ivana y Gabriel siguen sanando y haciendo entender, con su historia, que muchos pueden ayudar a salvar vidas”, agregó Jalil.
La bandera de los Bieira representa una lucha y otra historia en la que el deporte ayuda a superar momentos tan dolorosos como fue la pérdida de una hija.