La primera jornada del juicio por la muerte de Emiliano Messa, de dos años de edad, comenzó con una confusión y una larga demora, y siguió con acusaciones cruzadas entre la madre, imputada de homicidio junto a su pareja (a la que solo menciona por el apellido), y el padre de la víctima, constituido en querellante.
La memoria de Emiliano pareció apagarse en el quinto piso de los Tribunales de Villa María cada vez que de boca de unos y otros surgían solamente palabras que apuntaban a exculparse de la violencia sufrida por el pequeño, al tiempo que sólo traían al debate acusaciones mutuas.
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En lo único en que estuvieron de acuerdo los imputados Ana Yael Piedra y Jonathan Fernández, con el querellante José Luis Messa, fue en decir que Emiliano era un niño alegre, de sonrisa presente. Pero esa sonrisa ya no está. Murió con él en la terapia intensiva del Hospital de Niños de Córdoba el 23 de diciembre de 2021.
Demoras, maltratos y el “accidente”
El juicio debía comenzar a las 9 de este lunes, pero el Servicio Penitenciario equivocó el destino, y en lugar de llevar los presos desde el penal de Bouwer a Villa María, los llevó a Río Tercero. Tres horas después, ingresaron a la sala de audiencias correcta.
Piedra y Fernández son acusados de homicidio calificado por el vínculo. La instrucción de la causa apuntó a que el hombre ejerció reiterados maltratos físicos y psicológicos sobre el niño, mientras que la madre es, además, señalada como que consentía estas conductas.
La autopsia reveló golpes y apretones en diferentes partes del cuerpo. La acusación sostenida en la sala apunta a revertir la versión de los imputados, que aseguran que fue un accidente. “Estaba jugando en el baño con unas bombitas y se cayó contra el inodoro”, dicen sobre los golpes.
La madre asegura que quien golpeaba a Emiliano era el padre, que es querellante en la causa. Este relató que no le permitían verlo seguido y que cuando lo llevaba de vuelta a su casa, le daba miedo bajarse.
Ana se asumió víctima de violencia de parte de su propia madre, de su exmarido y de su pareja al momento del hecho.
A José Messa lo denunció por recomendación recibida en el Polo de la Mujer y la Justicia le impuso una restricción de acercamiento de seis meses. Al cabo de ese tiempo, ello lo llamó para retomar la relación, según la versión del hombre.
Cada imputado con su postura
Los dos imputados tienen defensores y estrategias diferenciadas.
Fernández relató los hechos como un accidente ocurrido en un momento que el niño estaba a su cuidado. Y que hasta allí casi todo era juego y diversión entre ambos, salvo ese día, que horas antes lo había visto “raro y apagado”.
Piedra toma distancia. “Los doctores dicen que él lo mató”, dijo acusando a Fernández, su pareja de entonces. “Emiliano era todo, mi príncipe, mi nene”, agregó sollozando la mujer.
A su exmarido también lo acusó de pegarle cuando estaba en su último mes de embarazo, encerrarla en el dormitorio y taparle la boca para que no gritara, entre otras formas de violencia.
Messa dio a entender que la relación entre los dos imputados comenzó mucho antes de que ellos se separaran, y que el matrimonio tuvo un quiebre cuando él estuvo internado por Covid y ella le pidió concluir el vínculo.
En medio de todas esas idas y vueltas quedaba el pequeño Emiliano, víctima de una violencia de la que nadie, hasta ahora, se hizo cargo.
El jurado popular tomó nota de cada declaración, incluso de las contradicciones que quedaron expuestas.
Este martes se reanuda el juicio con siete testigos.
El tribunal está integrado por los jueces Félix Martínez, Eve Flores y Edith Lezama. La audiencia tiene a Francisco Márquez como fiscal, a los abogados Gonzalo Ferreras y Carla De Falco como querellantes y a los defensores Jorge Bustos y Delfina Bustos en el caso de Piedra, y a la letrada oficial Ivana Castoldi para Fernández.
