El Programa de Justicia Restaurativa del Fuero Penal Juvenil para la sede Capital cumplió un año, y del total de casos bajo programa sólo cuatro adolescentes habrían reiterado conductas delictivas.
Este dato relevante proporcionado por la Oficina de Coordinación en Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar, Género y Penal Juvenil al que accedió La Voz se incorpora al debate sobre la situación de adolescentes que tienen conflicto con la ley penal y si es necesario hacer modificaciones en la legislación vigente.
“Con este nuevo programa tenemos una opción que puede ser útil, diferente a todo lo que hemos probado con anterioridad”, indicó la jueza Ileana Benedito.
El programa de justicia restaurativa es una iniciativa innovadora a mecanismos existentes que tiene por objetivo reducir los niveles de reiterancia a partir de un proceso pedagógico y reflexivo de los adolescentes en conflicto con la ley penal.
Se impulsan intervenciones que los ayuden a responsabilizarse por sus actos y a tomar conciencia del daño causado, para así poder repararlo a través de estas alternativas restaurativas. Asimismo, pretende que las personas damnificadas por los hechos delictivos tengan una participación activa en el proceso de reparación.
El protocolo puede ser requerido por el juez de oficio o por el asesor letrado y es una herramienta procesal más disponible, pero no la única. Una vez incorporado al programa se establece cómo será el sistema de derivación y trabajo con jóvenes (punibles o no punibles) y la posible participación de instituciones intermedias.
Una vez que el joven ingresa al programa, se le designa un facilitador restaurativo que lo acompaña en un proceso de diálogo a lo largo de un tiempo. Tras finalizar, el facilitador advierte la conclusión del abordaje, el cual no es un informe técnico conclusivo.
El programa en números
Entre los jóvenes que ya han sido entrevistados para participar en esta experiencia, 175 manifestaron la voluntad de incorporarse al programa y solo 15 no aceptaron.
Hay 23 casos finalizados exitosamente. Los hechos delictivos por los que fueron abordados responden a delitos de encubrimiento, hurto, hurto calificado, robo en grado de tentativa, robo, robo calificado, extorsión y lesiones.
De los casos que han finalizado exitosamente, sólo cuatro jóvenes habrían reiterado conductas delictivas. Estas responden a delitos de robo calificado en tentativa, daño, robo y amenazas calificadas.
Solo durante octubre y noviembre de este año, 61 casos nuevos fueron seleccionados para participar en el programa (19 corresponden a a niños, niñas y adolescentes no punibles –menores a 16 años– y 42 a NNA punibles –con 16 o 17 años–).
Actualmente, casi 100 jóvenes se encuentran en la etapa de abordaje que se realiza de modo individualizado y diferenciado, a través de la escucha activa por medio de personal especialmente capacitado, con la finalidad de diseñar estrategias restaurativas específicas para el caso.
Cambios en las pautas prácticas
Entre los cambios que se implementaron se destacan la ampliación de los casos que pueden ser incorporados al programa, ya que antes eran posibles aquellos referidos a lesiones leves, amenazas, hurto, daño y robo, y actualmente se incorporan los supuestos de robo calificado y encubrimiento.
Además, se implementó una dependencia para el seguimiento de estos casos y para desarrollar las tareas administrativas, de modo tal que jueces y fiscales penales juveniles tengan más tiempo para abocarse a su función.
“Siempre se puede hacer algo”
La jueza Penal Juvenil, Ileana Benedito, reflexionó sobre la importancia de la justicia restaurativa para resolver conflictos y reparar el daño causado por un delito, involucrando a las víctimas, a los infractores y a la comunidad en general.
La magistrada, quien recientemente autorizó la aplicación de una tobillera electrónica al adolescente de 15 años que ya motivó 19 intervenciones policiales, judiciales y de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), explicó que la intención siempre es de restaurar, de abordar la parte educativa en primer lugar para analizar si se pueden abrir mecanismos de solución. “En general los victimarios han tenido previamente derechos vulnerados”, agregó.
“Si no funciona es por una multiplicidad de causas. Existen familias muy fracturadas sobre las cuáles también se realiza un acompañamiento”, indicó.
La jueza consideró que la visibilidad de este tipo de programas colabora con erradicar la falta de información de las estrategias de abordaje con las que cuenta la Justicia para acompañar a NNA en conflicto con la ley penal.
“Las víctimas no siempre quieren venganza. En una oportunidad la madre de una víctima escuchó las últimas palabras del victimario y deseó su recuperación. Cuando son informados y conocen la realidad llegan a comprender”, argumentó.
Finalmente, Benedito concluyó que cuando un NNA resulta sindicado por la comisión de un delito, cumple criterios de noticiabilidad ya que impacta justamente el factor de la edad. “Pero por otro lado estamos hablando de un porcentaje de alrededor del 3% en el universo total de causas penales”, dijo.