Satao, uno de los elefantes más grandes del mundo, fue asesinado por cazadores ilegales, que emplearon flechas envenenadas para atraparlo.
[Video: http://www.youtube.com/watch?v=KjDH_QZd0ok]
El animal, de casi 50 años, era un símbolo del Parque Nacional Tsavo, en Kenia. Su cuerpo fue hallado en la primera semana de junio con señales de mutilación y sin sus colmillos –muy buscado por el marfil–, que pesaban más de 45 kilos.
Según detalla el diario El Mundo, de España, el elefante era el más emblemático de la reserva, conocido por cuidadores y turistas, por eso la noticia de su cruel final ha dado la vuelta al mundo. No se trataba del ejemplar más grande ni el más imponente, pero sus enormes colmillos, de 1,8 metros de largo en la parte visible y 2,5 metros en total, lo hacían fácil de reconocer incluso desde el cielo y una pieza muy cotizada para los furtivos.
Satao había sobrevivido a incontables sequías y hambrunas y posiblemente a varios intentos de matarlo para hacerse con su lucrativo marfil. Al final, y a pesar de los esfuerzos de guardas y naturalistas, encontró la muerte de la forma más cruel y caprichosa: unos furtivos lo abatieron con flechas envenenadas y le arrancaron la cara para sacarle los colmillos para luego venderlos en el mercado negro.
Antecedente
Hace menos de un mes, la caza ilegal dejó a una treintena de crías de elefante huérfanas, quienes tuvieron que ser acogidas dentro de un orfanato –pionero a nivel mundial– dentro del Parque Nacional de Nairobi, ubicado a pocos kilómetros de la capital de Kenia. La demanda de marfil –su comercio está prohibido desde principios de los ochenta– en varios países asiáticos alentaron nuevamente a la caza indiscriminada.