La anorexia nerviosa (AN) es el trastorno psiquiátrico con mayor nivel de mortalidad directa, con un riesgo 10 a 12 veces mayor que el de mujeres sanas de la misma edad. Los datos surgen con motivo del Día Mundial de Acción por los Trastornos de la Conducta Alimentaria, que se celebró el 2 de junio.
Esta alta tasa de mortalidad se debe a complicaciones médicas derivadas de la desnutrición y al suicidio. Marina Díaz, psiquiatra experta en trastornos alimenticios, señaló que las pacientes con bulimia nerviosa no registran en general un aumento de mortalidad prematura. Estas pacientes presentan un número de intentos de suicidio similares en cuantía a los de las pacientes con AN, pero dichos intentos son menos letales.
Qué es la anorexia nerviosa
Es un trastornos de la conducta alimentaria. Según Díaz, el 90 por ciento de las personas con trastornos de la conducta alimentaria son mujeres jóvenes. Investigaciones recientes revelaron que estas pacientes presentan importantes alteraciones emocionales, fundamentalmente depresión, inestabilidad afectiva y desregulación emocional que pueden condicionar conductas suicidas.
En los TCA, como la anorexia nerviosa, la bulimia y el trastorno por atracón, además de los síntomas relacionados con la ingesta y con la obsesión corporal, aparecen otros síntomas relevantes que es necesario identificar y tratar.
El 65 por ciento de los pacientes con anorexia nerviosa presentan síntomas de ansiedad severa, mientras que un 55 por ciento de los que sufren bulimia muestran signos de depresión clínica y ambas entidades tienen muchas dificultades en la regulación emocional, en la identificación de las emociones y en el manejo del estrés.
Además, las alteraciones de la personalidad y los trastornos de la personalidad son otra de las comorbilidades frecuentes en estos trastornos, por ejemplo, el trastorno límite de la personalidad (TLP) se diagnostica en, aproximadamente, el 30 por ciento de las personas con Bulimia Nerviosa.
“Las comorbilidades psiquiátricas son frecuentes en los TCA. El trastorno depresivo mayor (TDM) es una de las comorbilidades más peligrosas ya que incrementa el riesgo de suicidio, disminuye la ingesta y produce un síndrome de rechazo generalizado. Es imperativo identificar los trastornos depresivos graves en estas pacientes para evitar el riesgo de suicidio”, detalló Díaz.
La importancia de la humanización
Díaz insistió en la importancia de la humanización en el campo de la Psiquiatría. “En el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentarios y cualquier otro problema de salud mental es esencial recordar que estamos tratando con personas, no sólo con síntomas. La empatía, la comprensión y el apoyo emocional son fundamentales para el éxito del tratamiento. Humanizar la Psiquiatría significa contemplar al paciente en su totalidad, considerando los factores biológicos, emocionales, psicológicos, así como los factores sociales implicados en su enfermedad. Se trata de ofrecer el mejor tratamiento desde la evidencia científica respetando la dignidad de la persona, desde la cercanía, la empatía y la calidez, ayudando al paciente en su proceso de recuperación”, explicó.
La especialista también considera fundamental la prevención y la sensibilización pública. “Debemos educar a la sociedad para identificar los signos y síntomas de alarma de los TCA y favorecer la intervención y el tratamiento precoz en entornos que promueva la salud mental. Los jóvenes, especialmente, necesitan apoyo y recursos adecuados para enfrentar estos desafíos. Trabajar desde la evidencia científica y desde la cercanía son los pilares fundamentales para la recuperación de los pacientes con TCA”.
Aumento de los TCA en hombres
Los trastornos de la conducta alimentaria en hombres son un problema creciente y a menudo subestimado. Aunque los TCA se asocian comúnmente con mujeres, los hombres también pueden desarrollar estos trastornos, y su prevalencia ha ido en aumento.
Un estudio indicó que la prevalencia de trastorno por atracón en hombres es de aproximadamente el 2 por ciento, comparado con el 3,5 por ciento en mujeres, lo que hace que este trastorno sea más común que la anorexia y la bulimia combinadas en hombres.
La prevalencia de la vigorexia en hombres varía según los estudios y las regiones. A nivel internacional, la prevalencia se encuentra entre el 13,6 por ciento y el 14,7 por ciento, según estudios recientes. Por eso hay que estar también pendiente de los síntomas de TCA en los varones jóvenes.