La Canasta Básica Alimentaria es sensiblemente más económica en los súper e hipermercados de la ciudad de Córdoba, con excepción del rubro “Frutas y verduras” que muestra precios más convenientes en los autoservicios y almacenes de barrio.
Esa es la principal conclusión del informe “Conveniencia por canales de comercialización”, elaborado por el Área de Estadísticas de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Córdoba a partir de un relevamiento realizado durante noviembre pasado.
El estudio tiene como objetivo mostrar cuánto cuesta adquirir la misma canasta de alimentos según el tipo de comercio en el que se efectúa la compra y en qué rubros resulta más conveniente cada canal. Para ello, se relevaron precios al público en negocios de distintos tamaños, ubicados en los cuatro puntos cardinales de la ciudad, sobre una canasta de 49 alimentos esenciales.
Los productos se agrupan en cinco rubros: Carnes, Frutas y Verduras, Harinas y Legumbres, Huevos y Lácteos y Almacén. Y los valores fueron calculados para un hogar tipo integrado por un matrimonio con dos hijos en edad escolar.
Según los resultados, el costo promedio de la Canasta Básica Alimentaria fue de $ 542.367 en noviembre de 2025. Sin embargo, al discriminar por canal de comercialización, las diferencias fueron bien marcadas. En los súper e hipermercados, la misma canasta costó $ 506.132, mientras que en los autoservicios dicho costo llegó a $ 550.652, y en los almacenes y despensas a $ 570.316.
De este modo, la brecha entre los comercios más grandes y los de cercanía fue de casi $ 65.000 en la compra mensual de alimentos básicos.

El análisis global muestra que los supermercados son el canal más económico, seguidos por los autoservicios, mientras que los almacenes de barrios se ubican como la opción más cara. Los precios más elevados registrados en autoservicios y almacenes son los que traccionan hacia arriba el promedio mensual de la canasta, fenómeno que impacta con mayor fuerza en los hogares que concentran sus compras en ese tipo de comercios.
Diferencias por rubro
Al observar el comportamiento de los precios rubro por rubro, el informe permite matizar la conclusión general. En el rubro “Carnes”, los súper e hipermercados mostraron una clara ventaja: el gasto mensual fue de $ 245.246 en dichos establecimientos, frente a los $ 261.674 que demandó la misma compra en los autoservicios, y los $ 265.595 en los almacenes de barrios.
La mayoría de los cortes, como el asado, la nalga, la paleta y el cuadril, fueron más económicos en las grandes superficies, aunque algunos productos puntuales, como la carne molida y la carnaza, resultaron más baratos en los autoservicios.
Una tendencia similar se verificó entre las “Harinas y Legumbres”. En los supermercados, el gasto fue de $ 72.018, mientras que en los autoservicios ascendió a $ 97.910 y en los almacenes a $ 101.934. En este rubro, las grandes superficies fueron entre un 30% y un 50% más convenientes en la mayoría de los productos, aunque las galletas dulces y el arroz fueron más bajos en los autoservicios.
En el rubro “Huevos y Lácteos” también se impuso la conveniencia de los supermercados, con un costo de $ 56.175, frente a los $ 58.580 de los autoservicios y los $ 64.731 de los almacenes.
La leche fluida, uno de los productos de mayor peso dentro del rubro, presentó diferencias de entre el 13% y el 24% según el canal de compra, mientras que algunos quesos resultaron más baratos en los minimercados. Los huevos, en tanto, mostraron valores similares en autoservicios y almacenes, apenas por debajo de los supermercados.
El rubro “Almacén” concentró las mayores diferencias. En los súper e hipermercados, la compra requirió $ 52.456, contra $ 57.283 en los autoservicios y $ 62.828 en los almacenes. Productos básicos, como la yerba, el azúcar, el té, los dulces, las bebidas y el vinagre fueron sensiblemente más económicos en las grandes superficies, con precios entre un 9% y un 20% más bajos que en los comercios de cercanía.
Frutas y verduras, la excepción que equilibró la balanza
La excepción a la regla general se dio en el rubro “Frutas y Verduras”. Allí, los supermercados resultaron ser el canal más caro, con un gasto de $ 80.237, mientras que en los autoservicios el costo fue de $ 75.204 y en los almacenes de barrio de $ 75.227. La diferencia entre comprar estos productos frescos en una gran superficie o en un comercio de cercanía rondó los $ 5.000 en noviembre.
Este comportamiento refuerza una práctica habitual en muchos hogares cordobeses: la fragmentación de las compras para aprovechar las ventajas de cada canal. Sin embargo, el informe advierte que no todas las familias tiene la posibilidad real de sostener esa estrategia.

En ese sentido, el secretario de Relaciones Institucionales de la Defensoría del Pueblo, Franco Jular, señaló: “Nuestro estudio confirma que no existe un único canal de compra conveniente. Mientras los supermercados tienen mejores precios en productos industrializados, los negocios de cercanía mantienen ventajas en alimentos frescos. Esto obliga a muchas familias a fragmentar sus compras para cuidar el presupuesto, una estrategia que no todos los hogares pueden sostener”.
“La consecuencia es clara: el precio final de la Canasta Alimentaria resulta más alto para quienes tienen menos margen de decisión, profundizando desigualdades sociales preexistentes”, cerró Jular.




























