La piel es el órgano más grande del cuerpo y también uno de los más sensibles a los cambios internos y externos. Desde las fluctuaciones hormonales hasta el estrés cotidiano, muchos factores pueden alterar su equilibrio natural, provocando la aparición de imperfecciones, enrojecimiento e irritación.
Estos problemas no sólo afectan a los adolescentes, sino también a una gran parte de la población adulta, especialmente a las mujeres, quienes experimentan cambios cutáneos a lo largo de las diferentes etapas de su vida.
Como la piel está en constante comunicación con el ambiente, es normal que se produzcan lesiones, infecciones y daños en su superficie. Uno de los principales problemas que afectan a este órgano es un dolor de cabeza para muchos.
La enfermedad cutánea que afecta a más del 80% de los adolescentes y al 40% de las mujeres
A pesar de la creencia de que esta problemática aparece durante la adolescencia, el 40% de las mujeres adultas de entre 20 y 40 años tienen acné. Factores como los cambios hormonales, el estrés, dieta, exposición a rayos UVs y ciertos medicamentos pueden incrementar su incidencia.
El acné es la principal causa de consulta dermatológica y no sólo tiene efectos en la salud física, sino también en la salud mental. Los estudios relacionados con el acné apuntan a una influencia negativa en la calidad de vida, incluyendo la presencia de signos y síntomas de depresión y ansiedad, como la baja autoestima.
También suele ser uno de los primeros signos de la pubertad, aunque también es sumamente frecuente en adultos, ya que se estima que el 35% de estos adolescentes siguen sufriendo de acné durante la adultez. Sin embargo, algunas personas suelen experimentar acné por primera vez durante su etapa de madurez.
Qué es el acné
El proceso de formación sucede cuando dentro de los poros, las bacterias utilizan sebo y desechos celulares como sus principales fuentes de energía y nutrientes. Por lo tanto, la obstrucción de los poros debido al aumento del sebo crea un ambiente apropiado para el acné.
Simon Scarano (MN 151411), dermatólogo, aclara que el microbioma cutáneo juega un rol fundamental en la piel de personas que sufren de acné. “Debemos preservar y resguardar su equilibrio utilizando productos que no lo alteren”, remarca.
Según el experto, se demostró que la combinación de diferentes tipos de ácidos para peeling aumentan la eficacia, mientras disminuye la irritación y los efectos secundarios del tratamiento. Por eso se recomienda optar por productos que contengan ácidos exfoliantes en sinergia, ácido salicílico, ácido glicólico y LHA.
Factores que incrementan esta problemática
Son diversos los factores que pueden desencadenar la aparición de acné. Algunos pueden ser por cuestiones internas:
- genética
- estrés
- estimulación de las hormonas
- crecimiento de microorganismos bacterianos
Otros también por factores externos:
- exposición al sol sin una protección adecuada
- mala alimentación
- fumar
- contaminación ambiental
Cómo prevenir el acné
Mantener una rutina adecuada de cuidado de la piel es esencial para prevenir esta enfermedad. Los especialistas recomiendan la utilización de activos tales como el ácido salicílico, que ayuda a limitar el sobrecrecimiento bacteriano y a reducir la inflamación, impulsando el manejo de manchas rojas y lesiones inflamatorias.
El ácido glicólico estimula la renovación celular y mejora el tono de la piel. El LHA estimula la renovación celular, micro-exfolia suavemente la piel y refina los poros, mejorando el engrosamiento de toda la epidermis viva, generando suavidad de la piel.
La niacinamida mejora la función barrera de la piel, calma intensamente y reduce las irritaciones cutáneas. También ayuda a reducir la apariencia de los poros y aclarar las manchas de hiperpigmentación
- Limpieza: con agua micelar, gel o jabón de limpieza que contenga ácido salicílico.
- Utilización de activos de acuerdo a las necesidades de cada piel. Para pieles con acné se recomienda activos tales como: el ácido salicílico, el ácido glicólico, LHA, la niacinamida y los post bióticos tópicos.
- Hidratación. Es fundamental para restaurar la función de barrera de la piel y lograr mejor tolerancia a los tratamientos indicados.
- Protección solar. Paso indispensable es ideal elegir un producto fluido contecnología capaz de captar el sebo y que no deje la piel oleosa.
